2 Samuel 17:17-20
“Jonatán y Ajimaz se habían quedado en Enroguel. Como no se podían arriesgar a que los vieran entrar en la ciudad, una criada estaba encargada de darles la información para que ellos se la pasaran al rey David. Sin embargo, un joven los vio y se lo hizo saber a Absalón, así que ellos se fueron de allí enseguida. Cuando llegaron a la casa de cierto hombre en Bajurín, se metieron en un pozo que él tenía en el patio. La esposa de aquel hombre cubrió el pozo y esparció trigo sobre la tapa. De esto nadie se enteró. Al pasar los soldados de Absalón por la casa, le preguntaron a la mujer: ¿Dónde están Jonatán y Ajimaz? —Cruzaron el río —respondió ella. Los soldados salieron en busca de ellos, pero como no pudieron encontrarlos, regresaron a Jerusalén.”
Otra mujer – otro pozo

La vida es complicada. Vivir justamente es complicado, costoso y sangriento. Las decisiones que tenemos que tomar, muchas de las cuales nos son impuestas, y muchas de las cuales quisiéramos no tener que tomar, tienen implícitas consecuencias enormes. Esa mujer desconocida se levantó esa mañana para hacer algo de harina y hornear un poco de pan, y terminó salvando a Israel antes de ir a la cama. ¡Imagínense!
Vivimos esta vida cristiana en una película que ya está corriendo, una historia que se agita con furia en los muros de la eternidad, con cada cuadro arañado y raspado, tostado por el pecado de una humanidad caída y siempre con la sombra oscura del villano de bigote encerado y sombrero de copa negra, que es Satanás en persona. Nuestra sorpresa más grande al ver a esta historia desenvolverse, es encontrarnos de repente en medio de la escena, en mitad del escenario, y todo el argumento dependiente de lo que vayamos a hacer. ¡Eso es aterrador! Cuando te suceda, sin importar qué decidas hacer después, sin importar el caos, a pesar de los temores de tu corazón, siempre opta por el Rey Jesús, ¡y siempre proteje a Sus mensajeros reales!
Medita: “Después de que los soldados se fueron, Jonatán y Ajimaz salieron del pozo y se dirigieron adonde estaba David para ponerlo sobre aviso. Le dijeron: Crucen el río a toda prisa, pues Ajitofel ha aconsejado que los ataquen. Por tanto, David y quienes lo acompañaban se fueron y cruzaron el Jordán antes de que amaneciera. Todos sin excepción lo cruzaron.” 2ª Samuel 17:21-22
Ora: Señor, cuando esté en el centro del escenario, salvando a los mensajeros y hombres del Rey, concédeme una cara inmutable y buenas mentiras. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

No comments:
Post a Comment