DISCIERNE
2 Corintios 11:13-15
Tales individuos son falsos apóstoles, obreros estafadores, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y no es de extrañar, ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz. Por eso no es de sorprenderse que sus servidores se disfracen de servidores de la justicia. Su fin corresponderá con lo que merecen sus acciones.
Baile y picnic
Calvin Miller, en su libro Un Réquiem Para el Amor, escribe este verso revelador al comienzo de uno de sus capítulos. Dice así:
Las alas de los demonios son tan blancas como las de los ángeles
Sus halos son del mismo dorado brillante
A su vez, cantan tan bien como los ángeles
Pero lo hacen sólo de noche
No soy un neófito en cuanto a la guerra espiritual, pero reconozco que necesito saber mucho más, eso es seguro. Sin embargo, sí sé que duele. Sí sé que es destructiva. Sé que es una guerra total. Sé que es mortal y sé (¡oh Dios, ayúdanos!), que nosotros los Cristianos, en nuestra ignorancia, bailamos y hacemos picnic en el más terrible campo de batalla, pues hemos sido engañados completamente.
Permítanme que hable como un hombre, porque quizá “Baile” y “Picnic” deban ser el nombre de la compañía de sepultureros, los directores del funeral, si lo prefieren, que internan a tantos de nosotros, los Cristianos, en morgues sensibleras mucho antes de nuestro tiempo, aún antes de que hayamos dado el primer golpe en nombre de Dios. Aquí no hablo de la muerte física, sino más bien, de estar sujetos por nuestros cuellos bajo el fuerte pie de nuestro enemigo. Estoy hablando de ser miserable, quizá ser resentido, cínico o tal vez ¡totalmente ignorante! Lo que sea que le resulte al enemigo para mantenernos inútiles para el Señor y encerrados en un calabozo, ¡eso es lo que encontraremos impreso en la parte de atrás de nuestros cuellos! Recuerden, aunque esté hermosamente decorado, aun sigue siendo un calabozo y en tu caso hoy, querido amigo, ¡probablemente lo sea! ¡Quizá necesites que un buen amigo revise la parte de atrás de tu cuello por ti!
Una estrategia de nuestro enemigo ha sido el remover el espíritu guerrero de la iglesia del Dios vivo, para que no podamos ni pelear ni amar como es debido y lo ha reemplazado con una actitud liberal, de vivir como uno quiere y amar pobremente: ¡Una forma de amar que es insensata, superficial y que finalmente, sirve y protege a uno mismo; un muy lamentable aunque exteriormente excitante “amour, amour”! Los verdaderos guerreros saben pelear y amar. Aun así, en la iglesia la mayor parte de nuestro amor es finalmente ¡un montón de tonterías sentimentales! Debemos dejar de enjugar nuestros ojos con pañuelos de papel y lloriquear por cualquier email lleno de cachorritos y buena suerte si lo enviamos a siete de nuestros amigos; debemos dejar de mover nuestras cabezas ante una terrible imagen de televisión mientras continuamos comiendo de nuestros platos, abundantes y rebosantes de comida caliente; debemos dejar de suspirar ante lo que consideramos como extremismo Cristiano cuando ellos ‘cortan de raíz’ con un ‘árbol malo’; basta de acumular tesoros que arderán; basta de proteger nuestra comida para gusanos y finalmente, oh Dios, finalmente nosotros, discípulos de mentes simples y desobedientes, necesitamos volver a la cruz, aferrarnos a ella con fuerza y luego, ¡ir y subir al altar de los sacrificios vivos! Necesitamos comenzar a amar con amor fuerte, amigos, ¡amor que duele! Necesitamos morir a nosotros mismos, guardar los emparedados y las sodas en la canasta de picnic, dejar de pavonearnos como insensatos ciegos y locos en este terrible campo de batalla, ¡ponernos nuestros chalecos de combate y nuestros cascos y tomar nuestras armas! ¡Cristianos ¿qué estamos haciendo?! Recuerden, amour es para el escenario –pero, armamento, es para soldados activos en una batalla muy real.
¡Cuando finalmente muramos a nosotros mismos, entonces nos encontraremos a nosotros mismos, y viviremos...y cuando hayamos hecho con este mundo lo que debemos hacer, lo cambiaremos!
Vamos a tomar esto con seriedad y luego, cuando comencemos a oler el azufre y la cordita ¡comportémonos como hombres y corramos al choque de armas y al grito de guerra!
Reflexiona: “Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos.” 1ª Pedro 5:8-9
Ora: Señor Jesucristo, Comandante de todos los ejércitos de los ángeles, ¡enseña a mis dedos a pelear y a mis manos a hacer la guerra! Te lo pido en Tu victorioso nombre. Amén.
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