Sunday, February 16, 2014

Feb | 16 | Tiempo de retribución

PELIGRO

Tiempo de retribución

Habacuc 2:7, 8
¿No se levantarán de repente los que te han de morder, y se despertarán los que te han de quitar de tu lugar, y serás a ellos por rapiña? Porque tú has despojado a muchas naciones, todos los otros pueblos te despojarán; a causa de la sangre humana, y robos de la tierra, de las ciudades y de todos los que moraban en ellas. (Biblia Jubilee 2000)

La Iglesia local de Escocia recibió dinero de la Mezquita vecina (integrada en su mayoría por paquistaníes) para la compra de sillas nuevas para su pequeña congregación. Algunos meses más tarde, los integrantes de la misma Mezquita solicitaron a los ancianos de esa Iglesia el uso del salón parroquial, y de las sillas nuevas que ellos habían comprado, para presentar una serie de conferencias públicas sobre el propósito y la naturaleza pacífica del Islam. Esto les fue concedido. La gente concurrió, ¿por qué no iban a hacerlo? ¡Era el salón parroquial de la iglesia! Todo debía estar bien.

Ahora bien, aunque la palabra ‘morder’ en la versión de la Biblia Jubilee hace referencia directa a la intromisión de una serpiente venenosa y asesina, también hace referencia al interés que generan los préstamos. Aquellos de nosotros que teníamos hipotecas después de la caída de la bolsa en el Lunes Negro en la década de 1980, y aquellos de nosotros que aún hoy vivimos envueltos en la economía y las tasas de interés que se elevan, ¡conocemos muy bien la punzante y sangrante mordedura de la serpiente en tu cuenta bancaria al final de cada mes! Hablando a otro nivel por supuesto, cuando nos referimos al pago de cualquier deuda nacional (esto es, el pago de los intereses y cualquier cantidad de dinero solicitado) cualquier incremento en las tasas de interés sobre la mencionada deuda nacional significará que será más difícil conseguir el dinero y por ende pagarla. Cuando algo como esto sucede a nivel de la soberanía nacional, los alguaciles financieros pueden embargar los activos de esa nación en el extranjero o, en el peor de los casos, se puede originar una guerra. Así es, la nación que no recibe sus pagos bien puede ir y embargar lo que se le debe ¡y algo más! En nuestros días, por supuesto, semejantes incursiones impulsadas por las tasas de interés no son tan obvias como alguna vez fueron, y mucho antes de que algo como esto suceda se producirá una reestructuración de la deuda bastante similar a una Mezquita que compra sillas para el salón parroquial de una vieja iglesia. La reestructuración de la deuda de los favores financieros nacionales se presenta hoy en día, a un precio bastante diferente para la nación. Mira a tu alrededor. ¿Qué nación es dueña de los edificios en tu calle? ¿Qué naciones colaboran para controlar y regular tus centros financieros? ¿Qué naciones tienen acceso a tus escuelas e instituciones? ¿Cuáles naciones tienen acceso a tus investigaciones y a tus tesoros nacionales, otrora tan secretos? El dinero no es cualquier cosa, es más bien una serpiente mordedora, una pitón que comprime y cuyas mandíbulas dislocadas pueden devorar a una nación entera. Esas naciones que se han levantado tan de repente entre nosotros, lo han hecho y nos han mordido los talones. La violencia pasada ha dado lugar a este estado de retribución. Me pregunto si la desesperación nacional puede, en algún punto, tratar de reescribir algunas deudas mundiales.

No debería haber lugar para la usura entre el pueblo de Dios. Es esclavitud. ¡Sería una vergüenza si esto llegara a suceder! Cuando tales manejos financieros se producen en el pueblo de Dios, el Reino de Dios NO ha llegado. Y peor aún, cuando los ministerios mueren de hambre por falta de fondos, y el pueblo de Dios invierte en las cosas de este mundo en pos de su propia preservación futura, entonces, el Reino de Dios NO ha llegado. ¡Qué vergüenza! Es una vergüenza que el Reino de Dios esté paralizado en su expansión porque los cristianos, ricos en bienes de este mundo, invierten en las cosas temporales. Les digo, mis emancipados amigos, en este caso ¡nos merecemos todo lo que nos sucede!

Reflexiona:- Dan es una serpiente junto al camino, una víbora junto al sendero, que muerde los talones del caballo y hace caer de espaldas al jinete.¡SEÑOR, espero tu salvación! Génesis 49:17-18 NVI

Ora: -  Perdona a tu iglesia, Señor, por haberse permitido el convertirse en una cueva de víboras. Ten misericordia de nosotros y ayúdanos a ayudarnos a nosotros mismos, porque aún ahora, esperamos Tu salvación! Amén y que así sea.

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