1 Tesalonicenses 1:6-8
“Ustedes se hicieron imitadores nuestros y del Señor cuando, a pesar de mucho sufrimiento, recibieron el mensaje con la alegría que infunde el Espíritu Santo. De esta manera se constituyeron en ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. Partiendo de ustedes, el mensaje del Señor se ha proclamado no sólo en Macedonia y en Acaya sino en todo lugar; a tal punto se ha divulgado su fe en Dios que ya no es necesario que nosotros digamos nada.”
El murciélago salido del infierno

En sólo cuatro meses, Doolittle y sus bombarderos se convertirán en la única tripulación en la historia militar de la Fuerza Aérea de los EE.UU. en despegar de un Portaaviones de la Marina de los EE.UU. en una misión de combate. El ‘USS Hornet’ tuvo el honor de albergar esta tripulación de vuelo, sin retorno hacia Tokio, y Jacob DeShazer se encontraba en el último de los dieciséis B-25 modificados, que dejaron la plataforma de lanzamiento. El Cabo DeShazer fue el bombardero del B-25 llamado, ‘Murciélago salido del Infierno’.

Sí, Jacob DeShazer tuvo que saltar de un avión sin combustible tratando de llegar a su base de rescate en el este de China. DeShazer pasaría 40 meses como prisionero de guerra japonés. Sabiendo que los japoneses asesinaron a 250,000 chinos en su búsqueda de los bombarderos de Doolittle derribados, no es sorprendente entonces, que durante su encarcelamiento él haya visto a tres de sus compañeros cautivos asesinados y a otro morir de hambre frente a sus ojos. Al encontrarse él mismo bajo raciones de hambre, DeShazer sufrió de disentería, fiebre beriberi, forúnculos en todo el cuerpo y otros muchos estados mentales y físicos, los que provenían mayormente como consecuencia de haber sido golpeado, torturado, colgado de diferentes partes del cuerpo, y abusado intolerante e incesantemente de diversas formas. DeShazer enfatizó que su odio por sus captores “lo consumía totalmente y no tenía límites”.
Durante el transcurso de esos cuarenta meses, el Emperador de Japón dio la orden de que los prisioneros fueran tratados “un poco mejor” y esa es la razón por la cual DeShazer solicitó una Biblia y la obtuvo. “Cuando me dieron esa Biblia”, recuerda, “pensé como los Cristianos creían que la Biblia… creían que era la Palabra de Dios y Dios no mentía. Así que, leí la Biblia para encontrar la prueba de que era la Palabra de Dios, y enseguida la encontré”. El 8 de junio de 1944, DeShazer recibió la confirmación de su salvación cuando sus ojos se posaron una vez más sobre Romanos 10:9. “¡Hombre, eso me llegó! Fue la mejor noticia que jamás había escuchado en mi vida. Son sólo dos cosas que hay que hacer: confiesas con tu boca y crees con tu corazón. ¡Y lo hice! En ese momento creí… y, aún lo hago – es la Palabra de Dios. Creo que el cielo descendió allí en esa prisión”. El ‘murciélago’ pudo haber sido un prisionero de guerra japonés, pero ahora estaba, finalmente, fuera del infierno.
Su odio por sus captores continuó, mas sin embargo, él aprendió que Cristo mandaba amar a nuestros enemigos y sorprendentemente, a pesar de las golpizas y malos tratos, fue instruido por el Espíritu Santo en ¡cómo amarlos!¡Eso es un milagro, amigos!
DeShazer aprendió a amar a los japoneses, tanto que inmediatamente después de la guerra, obtuvo su título en teología y se casó, y en 1948 regresó a Japón, con su esposa y su familia en crecimiento, para trabajar allí por muchos años más. ¡Hasta se instaló y abrió una iglesia en el mismo lugar en que todos esos años antes, arrojó sus bombas! Se dice que decenas de miles se convirtieron al Cristianismo gracias al ministerio de DeShazer, e incluso predicó para algunos de sus ex guardias de la prisión, quienes después se convirtieron al Cristianismo. Un milagro tras otro, amigos y, ¿saben algo? fue la ‘Liga del Testamento de Bolsillo’ la que tanto ayudó a DeShazer en su ministerio Metodista Libre allí en Japón, aun ayudándolo a editar y distribuir un folleto sobre su historia personal titulado ‘Fui Prisionero de Japón’.
¡Qué ricura de chocolate, oscuro y sustancioso fue diseminado enJapón por Helen Cadbury, esa viejita chocolatera!
La noche es para los murciélagos y esta noche, DeShazer, ese murciélago que una vez salió del infierno regresó a sus terribles perchas donde pasaba la noche y en sus garras no llevaba odio, sino luz y vida y amor y a muchos que estaban ciegos, tan ciegos como un murciélago salido del infierno, se les dio ojos para ver y corazones para recibir.
Medita: “Ellos mismos cuentan de lo bien que ustedes nos recibieron, y de cómo se convirtieron a Dios dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar del cielo a Jesús, su Hijo a quien resucitó, que nos libra del castigo venidero.” 1ª Tesalonicenses 1:9,10
Ora: Mi corazón entona la canción, ¡cuán grande es Él, cuán grande es Él! Mi corazón entona la canción, ¡cuán grande es Él, cuán grande es Él!

No comments:
Post a Comment