Thursday, December 19, 2013

Dec | 19 | Sobre dogmas y dinamita

SANTIFÍCATE

Jeremías 8:22  
¿No queda bálsamo en Galaad? ¿No queda allí médico alguno?

Sobre dogmas y dinamita

He observado que con la caída de las iglesias establecidas, la espiritualidad se ha incrementado, y con la caída del curato, se ha visto un incremento de los metafísicos.

Cuando hablo de espiritualidad no le estoy asignando una connotación buena o mala a la definición, sino simplemente reconociendo que a inicios del siglo XXI las personas están muy conscientes, tanto del lado espiritual de su naturaleza como del mundo espiritual y están cómodos explorando ambas arenas. Además de esto, cuando hablo del ‘curato’ me estoy refiriendo a un nombre muy antiguo, pero maravilloso, para cualquier Pastor o Clérigo. Parece que fue hace mucho tiempo que los Pastores eran conocidos como ‘curadores de almas’. Su trabajo en ese entonces, era esencialmente tratar con el espíritu del hombre en, por supuesto, el mundo espiritual. Hoy los Pastores, especialmente en nuestras grandes iglesias, son más como gerentes de empresas, ejecutivos de negocios, proveedores de propósitos, principios y misiones, y están más al tanto de los estados de cuenta bancarios y las campañas de recolección de fondos que de la Palabra de Dios y del bendito Espíritu Santo. Así, el viejo curato de la antigüedad, el metafísico de tiempos pasados en la iglesia Cristiana y los verdaderos Pastores de eras pasadas, están todos, a este respecto, extinguidos. Así que mientras la espiritualidad crece, la iglesia ha dejado un vacío, ¡el cual está siendo ocupado!

La mayoría de los mecánicos generales de automóviles son pan-fabricantes. En otras palabras, reconocen un motor de combustión ya sea que se encuentre en un Ford o en un Chevy, en un Honda o en un Toyota, ¡da lo mismo, es un motor de combustión! Del mismo modo, la mayoría de los metafísicos hoy son pan-espirituales: Ellos dicen que la espiritualidad es la espiritualidad; la verdad es la verdad, ya sea que se encuentre en el Budismo o en los Bautistas. Sin embargo, los metafísicos de hoy consideran ¡que es más probable encontrar la espiritualidad en el Budismo! Estos metafísicos tienen gran cantidad de seguidores. La razón es simple y no usemos, todavía, la carta de ‘la ceguera que produce el enemigo’. ¡La razón por la cual están en crecimiento es porque tienen buenas estrategias para el éxito! Son capaces de proveer las bondades que han prometido. Aparentemente sus métodos funcionan pues, hasta cierto punto, pueden sanar almas, liberar de obstáculos a los espíritus, lo que a su vez, ha llevado a la paz, a veces, a la sanidad física, y definitivamente, a una mayor conciencia de la persona, los talentos personales y lo divino. Estos son los hechos presentados a nosotros por una multitud de testimonios personales. No todo es mentira y no todos se sienten engañados. Entonces, ¿qué es lo que está pasando aquí? ¿Por qué tal éxito?

Tres cosas y creo, tres respuestas:

Primero, ha habido un mal uso de muchas palabras y por consecuencia, del sentido de las mismas. Términos teológicos han sido reemplazados con algunos que son más “aceptables”: Para los “pan- me da lo mismo”, no importa cómo llamemos a las cosas. Así, el pecado se ha vuelto ‘bagaje o estorbo’; el poder aniquilador del pecado ha sido llamado ‘toxicidad’; el arrepentimiento es ‘dejar ir’; caminar en el Espíritu se llama ‘vivir positivamente’; paz, es ‘estar centrado’; Dios es ‘el bien mayor’, ‘la intención suprema’, ‘la fuente de toda energía positiva’. El lenguaje pues, se ha vuelto pan-dimensional, pan-denominacional, panteístico. Esto es mucho más aceptable para el hombre que es postmodernista y pan-espiritual, pues los límites de los absolutos, sin duda, se han vuelto borrosos.

En segundo lugar, la auto-realización se ha convertido en la prioridad del esfuerzo metafísico. “Pues” como les dirán, “¿cómo podemos conocer a Dios si no nos conocemos a nosotros mismos?” Después de todo, lo divino sólo hablará con nuestro verdadero ser. Entonces es imperativo que caminemos en la novedad y en la legitimidad de quiénes en verdad somos. Necesitamos concentrarnos en que las personas están perdidas, no sólo en términos teológicos sino en el ciberespacio, en un tsunami tecnológico abrumador, en esclavitud financiera, en fragmentación familiar. ¡La gente está perdida! La búsqueda en pos de quiénes son y la dignidad que va con ello, es en sí misma, muy atrayente. ¿Quién, verdaderamente, no querría encontrarse a sí mismo?

Tercero, el sentirse completos, esto es, alcanzar la desfragmentación del individuo, sólo puede ser alcanzado cuando emprendemos este viaje de auto-realización. Es sólo entonces que podemos conocer lo divino, esto es, cuando somos auténticos, cuando estamos completos.
Las personas aún tienen la eternidad en sus corazones, aún tienen un vacío en forma de Dios dentro de ellos que precisa ser llenado. Este viaje entonces, de auto-realización que pretende encontrar a Dios, es además, notablemente atrayente, aunque el mensaje de que encontraremos a Cristo cuando encontremos a nuestro verdadero yo, ¡es un mensaje que necesita un buen y muy profundo análisis!

¿Cuál debería ser la respuesta de la iglesia? ¿Qué deberías responder tú, querido amigo?
Bueno, antes que nada, necesitamos arrepentirnos en forma conjunta. Hemos fallado en reconocer lo que tenemos, tanto en nosotros mismos como en otra gente. ¡Hemos fallado al dar entrenamiento pastoral, conduciendo seminarios que producen políticos, gerentes y ejecutivos empresariales más que médicos del espíritu! No ha habido, por muchos años, bálsamo en Galaad.

Segundo, debemos recobrar nuestra ‘habilidad lingüística’, pues cuando lo hagamos, nuestras palabras tendrán poder. Recuerden, la verdad es sólo la verdad, cuando se la halla en el contexto correcto. Ese contexto es la meta- narrativa de la revelación de la Santa Palabra de Dios, la Biblia. Debemos conocer y hablar Su Palabra como nunca antes la habíamos conocido o hablado. ¡El dogma debe ser vinculado otra vez a la dinamita del Espíritu Santo!
Por último, debemos arrepentirnos individualmente de nuestra propia falta de poder, de nuestra actuación en la religión, a menudo, vista en nuestra magnífica exterioridad y en nuestra más patética interioridad.

Comencemos hoy nuestra verdadera jornada, nuestra profunda santificación con Jesús. ¡Dejemos que tal arrepentimiento y resolución celestial renueve nuestra herencia y reclame nuestro poder para que nuestra posición, presencia e importancia en el mundo espiritual, sea como debe ser! ¡Que Dios nos ayude! Amén.

Reflexiona: “Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra. Mantendré abiertos mis ojos, y atentos mis oídos a las oraciones que se eleven en este lugar.” 2ª Crónicas 7:14-15

Ora: ¡Sáname, SEÑOR, y seré sano; sálvame y seré salvo, porque tú eres mi alabanza! Jeremías 17:14

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