Mateo 10:24-26
“El discípulo no es superior a su maestro, ni el siervo superior a su amo. Basta con que el discípulo sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia! Así que no les tengan miedo; porque no hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse”.
De ratones u hombres

Con el paso de los años, con una gran inversión de tiempo, y compitiendo con una multitud de participantes en el debate, cada una de estas acusaciones fueron hechas en contra del Monje. Yo espero que la Regla 36 esté hecha en un tono de burla, pero sospecho que el Sr. Spencer admitiría que en ciertos momentos, hubo algo de verdad sobre algunas o todas estas auto-observaciones.
Debo admitir que me gusta su regla número 36 porque, de alguna manera, todos deberíamos envidiar la libertad y estabilidad que aparentemente el tiene y que nosotros deberíamos tener, la cual llega al estar arraigados en la gracia de Dios y en paz con quienes somos en este momento, de tal manera que cuando una observación o una acusación desagradable nos da un gancho en la mandíbula, simplemente nos deslizamos por el puñetazo, y con ironía respondemos con una combinación de tres puñetazos magistrales diciendo: “Lo sé, y lo lamento; estoy trabajando en ello”. O quizá un par de combinaciones de cuatro puñetazos como: “¿De veras? ¿Tú crees? ¡Bueno, no me sorprendería! Gracias por decírmelo”. O posiblemente esto: “No mi amigo, no es mi problema, quizá sea simplemente TU problema ¡Ahora, que Dios te bendiga y esfúmate!”
Estoy llegando a la conclusión de que solamente aquellas personas que están verdaderamente embebidas de la gracia de Dios, se sienten cómodas y tienen la despreocupada capacidad de responder por sus propios errores y pecados. La santurronería farisea, esa mentalidad de hermano mayor que juzga demasiado y es demasiado arrogante, y que con tanta frecuencia encontramos en las instituciones religiosas, vuelve a los hombres de verdad en ratones que siempre están mirando sobre sus hombros tratando de cuidarse del gato hambriento que puede comerse su pequeño trozo de queso antes de arrancar sus pequeñas cabezas de ratón. ¿Es esa una forma de vivir para un hombre? ¿Es esa una forma de vivir para cualquiera? ¿Es esa una forma de vivir para los redimidos? ¡No, por supuesto que no! ¡Así que les aconsejo que tomen la Regla 36 como propia... y disfruten!
Reflexiona: “Porque les digo a ustedes, que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere a la de los fariseos y de los maestros de la ley” Mateo 5:20
Ora: Querido Señor, nuevamente vengo a Ti. En Tu gracia maravillosa ayúdame a reconocer mis pecados y mis errores, para que a través de la confesión y el arrepentimiento ¡me libere de ellos! Y Señor, en este carrusel de la vida, dame sabiduría y valor, mi amado Jesús, para no tomar la cargas de otros hombres o para dejarme ser oprimido, deprimido y reprimido por la intolerancia y la opresión de gente religiosa y legalista, la cual oprime nuestras vidas con formas que no son bíblicas. Amén.

No comments:
Post a Comment