Monday, March 18, 2013

Mar | 18 | De ‘sniglets’ y ‘baglers’

EXPERIENCIA

Marcos 16:17-18
“Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en sus manos serpientes; y cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos, y éstos sanarán.”

De ‘sniglets’ y ‘baglers’

Un ‘sniglet’ es una “palabra que debería aparecer en los diccionarios, ¡pero no está!” Los Sniglets son chistes donde las personas inventan sus propias palabras ‘humorísticas’ para definir cosas o conceptos que no tienen una definición oficial. Así que es sólo algo divertido. Eso es así, a menos que usted sea el rapero BG del grupo ‘Cash Money’, inventor del alguna vez famoso ‘sniglet’ ‘¡Bling, bling!’, que describe cualquier pieza de joyería con mucho brillo. Esta palabra ya está muy difundida y es muy conocida y por eso hasta aparece en el Diccionario de Inglés Oxford. Se dice que BG, hablando sobre su sniglet, dijo: “‘Bling, bling’ nunca será olvidado, por lo tanto, yo jamás seré olvidado”. ¡Sí...seguro!

Es obvio que estos pequeños y picantes ‘sniglets’, son muy buena publicidad amigos, ¿no les parece? Y con un par de abogados trabajando para ustedes, pueden estar seguros de que les resultarán en algo beneficioso. ¡Quizá todos deberíamos estar trabajando en nuestro propio y atrayente ‘sniglet’, con derechos de autor y todo!

La cadena de hamburguesas ‘Burger King’ también se sumó a la movida y acuñó un nuevo término para llegar mejor a su público masticador, y ese término fue ‘¡bagler!’. Un bagler es la definición de esa papa frita huidiza, que con frecuencia se va hasta el fondo del paquete. Estas papas fritas en apariencia desorientadas son, no sólo papas fritas caídas sino más bien, ¡papas fritas incomprendidas y rebeldes! En otras palabras, ¡artículos comestibles llenos de vida que han intentado escapar de los contenedores que las limitan, sólo para terminar en las profundidades de una bolsa de papel! ¡Estas ‘baglers’, sugiere la empresa, son como tú, igual que tú, hombre monstruo y rebelde comedor de hamburguesas! “Sí, baby”, grita Burguer King “¡hazlo a tu manera!” Y simplemente, para aumentar el marketing exagerado y el tan intenso suspenso, parece que la primer persona en abrir la bolsa de papel de Burguer King y por lo tanto, capturar la bagler, tiene el honor de ser la que, con toda rapidez, devorará esa papa frita rebelde y más sabrosa que las demás. Entonces, por obvias razones, lo mejor que te puede pasar, es ser el que lleva la bolsa, “o mejor aún”, sugiere BK, “¡ser el que la compra!” ¡Ah, ahora lo entendemos! ¡La bagler de Burguer King! El chico más ‘cool’ de todos, compra la mercancía para conseguir la bagler. ¡Brillante! Es un poco salado pero el mensaje es muy claro ¿no les parece? ¡Rebelde, diferente, hazlo a tu manera… ah, la publicidad! Verán, esto de la bagler es sólo una forma de que uno gaste más dinero ¡y que uno lo gaste en Burger King!

Por eso todo esto es realmente sorprendente, ¿no lo creen? Todo este esfuerzo mundano para vender… bueno para vender…¡papas! ¡Millones de dólares en publicidad, en invención creativa, en campañas para capturar audiencias, en estrategias de marketing... todas ellas enfocadas en vender una papa! Sin embargo, en realidad, no son papas lo que están vendiendo, sino más bien, el deseo y la necesidad de poner más papa en sus gargantas; sí, están vendiendo un concepto, una idea, un estilo de vida, un producto que dice cómo nos sentimos. Sí... ¡están vendiendo una experiencia! Starbucks da fe del hecho de que vender la experiencia de la cafetería es mucho más redituable que tratar de vender el sabor de su café... (¡En mi humilde opinión, por supuesto!)

Bueno ¿y qué hay de nosotros? Como Cristianos que proclamamos el Evangelio, ¿deberíamos ser igual? ¿Deberíamos tener más inventiva para vender nuestra experiencia de Dios en el mercado público? ¡Claro que sí! ¡Por supuesto que debemos hacer esto! Sin embargo, permítanme decirles que debemos recordar que el público no se dejará engañar cuando se trata de religión. Pues si nosotros, los seguidores de los pasos del Maestro, no podemos ofrecer bien nuestro ‘producto’ (¡me refiero al estremecedor, apasionado y maravilloso Cristianismo de la Biblia!), entonces el público no estará interesado para nada en nuestro pregón de la experiencia de Dios. Por eso, nosotros debemos tener una experiencia auténtica con el Dios viviente para venderla puerta a puerta, para presionar, para pronunciarla y proclamarla entre la gente; y amigos, hoy les digo que ¡si no poseemos el ‘producto’ del cual hablamos, será mejor que permanezcamos en nuestras casas, porque esta generación no anda detrás de un conjunto de proposiciones sobre Dios y la salvación! Oh no, ¡ellos quieren el ‘producto’ y el buen Dios que lo vende! Entonces, será mejor que les mostremos lo que Él tiene, y les demos a Él, porque de no hacer esto, ellos irán a buscar su experiencia espiritual en otra parte. ¡Por favor no crean que ellos sólo buscan una pequeña sniglet amigos, un engaño, una sombra de lo verdadero! ¡Oh, no! ¡Ellos quieren ver que hagamos lo que hablamos, y cuando comencemos a hacer justo eso, será un incentivo suficiente, será un milagro que arrastrará a las multitudes! Cristianos haciendo lo que predican y llenos del fruto del Espíritu Santo...¡Imagínense!

¡La gente busca una experiencia de Dios, y por eso el mismo Dios nos invita a visitar el “reino del ver y experimentar” para verlo y experimentarlo a Él! Ay de nosotros si estamos vendiendo sólo mentiras de experiencias impulsadas por la tecnología y líderes de bandas juveniles. Ay de nosotros si estamos vendiendo un mensaje que más bien parece una pantomima profesional, una obra de teatro Cristiana que nos hace cosquillas en los ojos y nos masajea las orejas. Ay de nosotros si nuestro poder es, simplemente, el poder de compra, y si nuestra provisión de poder, simplemente fluye por un cable conectado a un enchufe hecho por el hombre porque, una vez que la electricidad se apague y nuestras baterías de reserva estén muertas, la gente nos va a ver por lo que somos: un caparazón vacío de la cosa viviente que alguna vez tan lastimosamente tratamos de representar. Sí, si vamos a publicitar nuestra experiencia, es mejor que sea verdadera. Me pregunto si la razón por la cual estamos tan empeñados en publicitar el Evangelio es porque ante la ausencia de la convicción real y de la presencia del Espíritu Santo de Dios, ¡la publicidad es todo lo que nos queda! De ser esto así, ¡que Dios nos ampare! Díganme, ¿cómo están publicitando al Padre? ¿Con mentiras o con frutos?

Reflexiona: “¡Vengan a las aguas todos los que tengan sed! ¡Vengan a comprar y a comer los que no tengan dinero! Vengan, compren vino y leche sin pago alguno. ¿Por qué gastan dinero en lo que no es pan, y su salario en lo que no satisface? Escúchenme bien, y comerán lo que es bueno, y se deleitarán con manjares deliciosos. Presten atención y vengan a mí, escúchenme y vivirán. Haré con ustedes un pacto eterno, conforme a mi constante amor por David.”( Isaías 55:1-3)
“Prueben y vean que el Señor es bueno; Bendito el hombre que confía en Él!” (Salmos 34:8)


Ora:Mi Dios, en Ti confío; no permitas que sea yo humillado, no dejes que mis enemigos se burlen de mí. Quien pone en Ti su esperanza, ¡jamás será avergonzado! (Salmo 25:2-3) Amén.

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