Monday, May 6, 2013

May | 06 | Dedos adiestrados para la Pelea

PERSEVERAR

Daniel 1:5
“El rey les asignó raciones diarias de la comida y del vino que se servía en la mesa real. Su preparación habría de durar tres años, despúes de lo cual entrarían al servicio del rey.”

Dedos adiestrados para la Pelea

Una noche, yo cambiaba de canal para ver dos presentaciones: Una de “Alison Crouch and Union Station” y otra del “Ballet Ruso”. Con todo ese canto y ese baile, una hermosa puesta de sol, una taza caliente de té y una caja de chocolates en mi mano, ¡sentía que no había nada mejor que eso!

Después de años de práctica, he descubierto que me he convertido en un experto combinando comida y bebida. Es decir, lo puedo hacer sin ningún problema. Es suave, es delicioso ¡y solamente en alguna ocasión derramo algo sobre mi camisa! Ah, pero cuando se trata de combinar la música y el baile, no puedo decir que soy bueno. De hecho, no sólo no soy bueno...¡soy pésimo!

Al observar al Ballet Bolshoi, se hizo obvio que necesitaba tener más conocimientos sobre el tema, así que tomé otro chocolate, cambié al otro canal y escuché con ansias los bellos sonidos que la extraordinaria banda de Union Station produce con tan poco esfuerzo. Volví a cambiar al otro canal y contemplé los magníficos movimientos, tan muscularmente controlados y tan magistralmente ejecutados por el Bolshoi. Todos estos cantos y bailes se veían tan sencillos, ¡tan fáciles de realizar! Desafortunadamente, nosotros sabemos que por cada minuto de encantadoras maravillas, ya sea de cuerdas vocales, o de ágiles piernas, se esconden años y años de duro entrenamiento. Así es: ¡Entrenamiento!

La necesidad de un fuerte entrenamiento en asuntos espirituales es igualmente importante ya que tú no puedes solamente “desear o querer” vivir una vida piadosa, ni puedes obtener victoria sobre el pecado solamente por fe. No: Tú necesitas ser entrenado para vencerlo. Hasta el joven David quien mató al león, al oso y al gigante Goliat, bendijo al Señor, su 'Roca' quien “adiestra mis manos para la guerra y mis dedos para la batalla” (Salmos 144:1). Sí, Dios centró Su entrenamiento especialmente en los pequeños dedos de David, ¡y de esta forma los hizo poderosos!

Yo me pregunto si has considerado alguna vez que una de las funciones del Espíritu Santo en ti es la de ser un entrenador personal. De esa manera, Él dirige situaciones y te provee providencialmente de desafíos con toda intención, para fortalecer esas piernas de justicia y fe, hacer grandes esos brazos de misericordia y esos bíceps de amor, fortalecer esas manos de benignidad y paciencia y desarrollar en esos dedos, un poder eterno de gentileza y mansedumbre. Sí señor, el amor, la misericordia, la fe, la bondad y la paciencia son todos frutos del Espíritu Santo, pero todos Sus frutos y todos Sus dones sólo maduran y crecen con el tiempo, y solamente a través de un largo y duro entrenamiento.

Así que levántate ya de ese sofá, miserable holgazán y de una vez por todas, ¡deja esos chocolates de apatía carnal! ¡Levántate y anda, porque te queda mucho camino por recorrer! ¡Asegúrate hoy de aprovechar al máximo el duro entrenamiento que Dios te ha ordenado!

Reflexiona: “También les contó esta parabola: '¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? El discípulo no está por encima de su maestro, pero todo el que haya completado su aprendizaje, a lo sumo llega al nivel de su maestro.” Lucas 6:39-40

Ora: -Señor, ponme en forma, y ayúdame a estar listo para toda buena obra. En el nombre de Jesús te lo pido. Amén.

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