Mateo 2:11
“Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y
postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos
oro, incienso y mirra.”
Dinero y cosas que valen dinero
Como cualquiera se aproximaría a la realeza en el Oriente, estos reyes, los magos más maravillosos, abrieron sus cajas de tesoros y le presentaron al más grande Rey, al Dios de todas las cosas, lo más valioso de los productos comerciales de sus países. Sin duda estos obsequios eran emblemáticos. Sin duda, estos regalos eran proféticos y predecían el propósito y destino del pequeño corderito que tan dulcemente yacía delante de ellos. Sin embargo, mi pregunta hoy es la siguiente: ¿Qué ocurrió con los regalos?
Estoy seguro que estarás de acuerdo conmigo que nadie viaja una distancia tan grande con la esperanza de encontrar a alguien que ha buscado y anhelado ver, sin llevar consigo algo de excepcional valor. ¡Por lo que asumo que traían cosas muy caras! Sin embargo no conozco de ninguna búsqueda arqueológica del “oro perdido de Jesús” o del “perfume del Príncipe de Vida”. No, nunca más se vuelve a hablar de este tesoro. ¿Por qué? Bueno, ese antiguo y gran comentador Matthew Henry, nos hace una declaración muy sencilla de que los regalos eran esencialmente “dinero y cosas que valen dinero” ¡y esto es muy útil!. En efecto, María y José recibieron un producto de comercio universal. Era el euro o el dólar de aquellos tiempos ¡y lo iban a necesitar!
Los versículos que siguen en Mateo nos muestran a esta temerosa familia huyendo de Herodes y escondiéndose en Egipto hasta su muerte, antes de tomar nuevamente el largo camino a Israel. Al llegar a Nazaret comenzarían de cero y empezarían a sustentarse a sí mismos. Todas estas idas y venidas, paradas y salidas, finales y comienzos, destrucciones y edificaciones costaban dinero. ¡Salía muy caro!
Nos es de gran aliento el saber que el Padre se ocupó del largo y caro viaje de Jesús, José y María mucho antes de que este sucediera. ¡Santo Cielo! El Padre hasta trajo una preciosa provisión y dinero desde lejos para asegurar la protección y el establecimiento de la familia. Entonces, ¿dónde están los regalos? Bien amigos, yo diría que todos los gastaron y los emplearon muy correcta y rápidamente. Dios nos da tesoros para gastarlos, aun para financiar todos nuestros viajes. Nunca son para acumularlos. Recuerden esto.
Reflexiona: “Así que no se preocupen diciendo: "¿Qué comeremos?" o "¿Qué beberemos?" o "¿Con qué nos vestiremos?" Porque los gentiles andan tras todas estas cosas, pero el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el día mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Baste a cada día su propio afán.” Mateo 6:31-34
Ora: Dios viviente, ayúdame a ponerte a Ti y Tu reino en primer lugar, y ver
después cómo Tú vienes y provees para todas mis necesidades. ¡Amén!
No comments:
Post a Comment