Thursday, July 4, 2013

Jul | 04 | Preparaciones para la medianoche

REGOCÍJENSE

Lucas 10:17-20

Cuando los setenta y dos regresaron, dijeron contentos: Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre. —Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo —respondió él—. Sí, les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes y escorpiones y vencer todo el poder del enemigo; nada les podrá hacer daño. Sin embargo, no se alegren de que puedan someter a los espíritus, sino alégrense de que sus nombres están escritos en el cielo.

Preparaciones para la medianoche

En esta ocasión, los discípulos regresaron llenos de felicidad; habían llevado a cabo su conquista y la victoria estaba en sus labios. En otras ocasiones, la batalla arremetería fuerte contra ellos, y tal vez como Juan el Bautista, en la oscuridad del calabozo, tendrían que enviar una petición urgente al Mesías, diciendo: “¿En verdad eres quien creímos que eras?”. Hoy, desde el silencio y la oscuridad de sus vidas, tal vez muchos de ustedes estén haciendo la misma pregunta. No teman, pequeño rebaño; Jesús no quiere que desesperen, a pesar del calor de la batalla o de la humedad de las celdas en el calabozo, aunque en ocasiones sin lugar a dudas sintamos ambos.

Jesús nunca ocultó a sus seguidores el hecho de que iban a tener dificultades: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Mateo 16:24). La cruz del sufrimiento es un lugar oscuro que puede ser tan negro como la medianoche, aun bajo el sol de mediodía. Así que en el versículo de hoy, Jesús prepara a Sus discípulos para esa medianoche. La batallas se darán, algunas veces se tendrán victorias y otras no, pero “sepan que esto es difícil”. Él dice: “el enemigo será vencido al final y ustedes serán salvos, entonces regocíjense porque sus nombres están escritos en el cielo”. “Regocíjense porque sus nombres están escritos en el cielo”. “Regocíjense porque sus nombres están escritos en el cielo”. “Regocíjense porque sus nombres están escritos en el cielo”. “Regocíjense porque sus nombres están escritos en el cielo”. “Regocíjense porque sus nombres están escritos en el cielo”. ¿Lo han entendido?

Muchas veces el hecho de que nuestros nombres estén escritos en el libro de la vida no parece suficientemente bueno para hacernos regocijar, pero mis hermanos, muy a menudo es realmente todo lo que tenemos para aferrarnos. Asegúrate de que estas palabras sean como un clavo en un sitio seguro para ti, y también asegúrate de saber en dónde encontrar ese clavo cuando llegue la medianoche, porque es el único lugar en el que podrás colgar tus pesadas cargas, y así poder traer una vez más una alegre libertad para tus pasos tan tropezados.

Reflexiona: “Entonces la multitud se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados mandaron que les arrancaran la ropa y los azotaran. Después de darles muchos golpes, los echaron en la cárcel, y ordenaron al carcelero que los custodiara con la mayor seguridad. Al recibir tal orden, éste los metió en el calabozo interior y les sujetó los pies en el cepo.
A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban. De repente se produjo un terremoto tan fuerte que la cárcel se estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las cadenas.” Hechos 16:22-26

Ora: Padre, que mi felicidad esté arraigada en la eternidad y que la sonrisa certera de esta eternidad sacuda de nuevo la tierra y me libere de las cadenas; libera a todos los que conmigo también estén encadenados. En el nombre de Jesús te lo pido. Amén.

 

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