Sunday, July 21, 2013

Jul | 21 | Millones de Magoos

VISIÓN

Proverbios 29:18a
Donde no hay visión, el pueblo se extravía.

Millones de Magoos


Ella me mira y me dice: “¡Lo siento mucho pero el boleto no es para hoy, sino para el vuelo de la misma hora de la próxima semana!”. Era la segunda vez que algo así me sucedía en un período de dos meses. Reservé el vuelo por internet y revisé los documentos concienzudamente sólo para darme cuenta más tarde de que algo de vital importancia para el viaje estaba mal: ¡la fecha! No confiaba en el sistema de reservación electrónica y además estos errores estaban saliéndome muy costosos. Así que, otros $100 más tarde, me encontraron una silla en el vuelo que abordé, esta vez más cansado y malhumorado.

Mi silla era la 16A, y al acercarme pude ver que estaba ocupada por un tipo gigante. Me senté en la silla vacía que estaba al lado, me incliné y le mostré mi boleto: “Creo que usted está en mi silla”. El hombre observó mi boleto y luego me dirigió una mirada estilo “¿está usted loco?”. Revisé otra vez mi boleto: 16A; luego revisé otra vez su número de silla: ¡era el 15A! Completamente avergonzado, me disculpé, me retiré cortésmente y ocupé mi silla, la real y vacía, ¡que estaba justo detrás de él!

Mi vuelo de regreso a casa me dio la oportunidad de reflexionar en lo que estaba sucediendo en mi vida, con las reservaciones de vuelo equivocadas, los errores en la identificación de la silla, etc. Otros incidentes que me sucedieron al leer palabras a la distancia, que luego al leer de cerca resultaba que decían algo completamente diferente, me hicieron pensar que tal vez estaba teniendo problemas con mi visión. La visita al oftalmólogo confirmó mis sospechas, y envejecer significó que ahora debía utilizar mis lentes graduados con mayor frecuencia.

Me tomó tanto tiempo identificar el problema porque mi cerebro tomaba muchas de las imágenes borrosas y me las traducía de la mejor manera y tan ajustadamente como podía. En otras palabras, ¡no estaba viendo lo que creía estar viendo! Mi cerebro me estaba engañando cuando yo interpretaba inconscientemente, en muchas ocasiones de manera equivocada, las imágenes borrosas que estaba observando.

En nuestra sociedad, hemos perdido tanto la visión, que no podemos más que malinterpretar lo que vemos. Incluso como cristianos, a menudo no logramos ver con claridad lo que está pasando. Amigos, necesitamos ponernos los lentes graduados de la Palabra Santa de Dios, y hacer que el Espíritu Santo corrija nuestra visión, porque cuanto más viejos somos como cristianos, mejor es que deberíamos ver. Sin embargo, parecería no ser ese el caso, y nuestra visión defectuosa en lo físico, se refleja muy a menudo en nuestra oscuridad creciente en lo espiritual. Ciertamente no debiera ser el caso, ¿verdad? ¡Por supuesto que no! No obstante, las preocupaciones de este mundo y la falsedad de las riquezas, han arrojado su oscuridad polarizada en lo más profundo de nuestra visión, y millones de cristianos Magoos con grandes ojos “bifocales” y brazos extendidos, van siguiéndose unos a otros, directo hacia un hoyo profundo. Entonces, permíteme preguntarte el día de hoy, amigo: ¿qué es lo que ves? Quiero decir, ¿estás utilizando los lentes graduados de la Palabra de Dios?

Reflexiona: “Dices: "Soy rico; me he enriquecido y no me hace falta nada" ; pero no te das cuenta de que el infeliz y miserable, el pobre, ciego y desnudo eres tú. Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; y colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista.” Apocalipsis 3:17-18

Ora: Señor, abre mis oídos y abre mis ojos, porque camino por el precipicio de mi vida y necesito la más nítida de las visiones. Oh, Espíritu Santo, ayúdame, en el nombre de Jesús, a ver con claridad. Amén.




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