Saturday, July 20, 2013

Jul | 20 | “Este es el fin, pero para mí, es el principio de la vida”

AMOR

Juan 15:12
Y éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.

“Este es el fin, pero para mí, es el principio de la vida”

El escape de los Aliados del desembarco en Normandía inspiró un intento de asesinato en un día como hoy en 1944, cuando el Conde Von Stauffenberg colocó un maletín que contenía una bomba, dentro del puesto de comando de Hitler para el Frente Oriental, en la ciudad de Rastenburg, por los demás conocida como su “Guarida de Lobo”. La bomba utilizada por estos alemanes fue una de las muchas bombas británicas confiscadas por la inteligencia alemana. Stauffenberg colocó la bomba preparada bajo la mesa de conferencias y se fue.

Después de la explosión, tanto Stauffenberg como los otros conspiradores creyeron que Hitler estaba muerto y así prepararon la toma de Berlín con las tropas del ejército local. Sin embargo, Hitler, aunque seriamente herido, sobrevivió al atentado. Stauffenburg y otros miles murieron en la purga que se realizó después del asesinato fallido.

Increíblemente, este atentado contra la vida de Hitler se había planeando durante más de seis meses, y un Pastor Luterano alemán, Dietrich Bonhoeffer, había estado involucrado en el complot desde el principio. Los oficiales nazis descubrirían muy pronto el diario de otro conspirador, el Almirante Canaris, y Hitler, en su rabia, ordenaría la aniquilación del Almirante y de todo su grupo de resistencia, que por cierto, incluía al Pastor Bonhoeffer, quien para el momento ya estaba en prisión por ayudar a escapar a los judíos a Suiza y por mantener sus propios Pastores clandestinos fuera del servicio militar.

Hay tres cosas que cabe señalar aquí:

La primera, que es difícil que las personas que viven en tiempos de paz entiendan las necesidades desesperadas a las que se ven forzados los que están en tiempos de guerra, especialmente cuando están enfrentando un horror tan abrumador. La conciencia de Bonhoeffer estaba claramente arraigada en su teología, que le exigía que respondiera a semejante mal a costa de lo que fuera.

La segunda, que Bonhoeffer sabía y valientemente había considerado el costo que implicaría para sí mismo, para su familia (otros tres familiares cercanos fueron ejecutados poco tiempo después de él) y para muchas otras personas relacionadas con él. No sólo tendría que asumir la responsabilidad por su propia vida delante de Su Señor, sino que también sería el responsable de las vidas de muchos otros delante de Su Señor.

La tercera, que Bonhoeffer sabía que finalmente estaría a salvo en las manos de Jesús y que la muerte, aunque podría ser muy tortuosa y horrible, no obstante sería el portal de entrada a su casa eterna y a la vida eterna. Sin embargo, en este lado del cielo, estaba obligado en su ser interior a luchar contra el mal. Tengan la seguridad amigos, de que este valiente Pastor conoció y vivió las tres penosas observaciones que hago yo, un Pastor en tiempos de paz.

El 9 de abril de 1945, Bonhoeffer quedó completamente desnudo delante de su horca y enfrentó las consecuencias de su amor por Jesús y por su prójimo. Se dice que antes de salir por última vez de las barracas del campo de concentración de Flossenburg, le había susurrado a un compañero prisionero: “Este es el fin, pero para mí, es el principio de la vida”.

Reflexiona: “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos.” Juan 15:13

Ora: Señor, Tú nos llamas a una vida de amor y sacrificio por los demás. Danos coraje y sabiduría. Que no sintamos pasión por una gloria desesperada, sino que, sin importar cuánto cueste, seamos fieles y verdaderos a nuestro amor profundo hacia Ti. Amén.




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