Saturday, November 30, 2013

Nov | 30 | De proporciones delirantes

UNA VEZ

Hebreos 9:27
...está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después venga el juicio...

De proporciones delirantes


Mark Twain, esa personalidad que definió una era, nació en un día como hoy de 1835. Su hija mayor, ya casada, Susan, murió a los 24 años. Su hijo Langdon había fallecido de difteria a una edad temprana, por eso la muerte de Susy Clemens fue un golpe más fuerte aún. Clemens era el verdadero apellido de Twain y el epitafio en la tumba de su hija dice así:

Cálido sol del verano, brilla amistoso aquí
Cálido viento del oeste, sopla benévolo aquí,
Verde césped de arriba, descansa liviano, descansa liviano,
Buenas noches, Corazón querido
Buenas noches, buenas noches.

En realidad, esto fue extraído del final de una obra mucho más extensa del poeta australiano Robert Richardson, publicada en 1893. En este trabajo titulado ‘Annette’, el poeta se imagina a sí mismo parado al lado de la sepultura de esta antes vivaz y alocada joven mujer, diciendo:

Si la antigua visión sobre la ética
De Pitágoras fuera verdad,
Tu liviana alma se encontraría ahora, seguramente,
En esa ave posada sobre la rama,
Cantando, con su garganta hinchándose suavemente,
Hacia el viento que no escucha;
O en esa mariposa azul,
Revoloteando como una joya de aquí para allá,
Centellando dorada en el sol,
Pronto, igual que los tuyos, sus días acabarán -
¡Muerta, y con sólo veintiún años!


Mi punto en este día es hacer notar que “no hay nada nuevo debajo del sol” y que al adoptar como propia la reencarnación y trasmigración de las almas, el Movimiento de la ‘Nueva Era’ no está en realidad haciendo nada nuevo. Este movimiento tiene sus raíces en el Oriente, y también en la antigüedad. Los gurús actuales, ya sea que lleven abundantes barbas o piernas afeitadas, ya sea que vistan pantalones o togas, descansando en mentes brillantes o almas farsantes, no están promocionando o diciendo nada nuevo, sino las mismas tonterías de siempre, ¡en términos políticamente correctos, envueltos en una nueva capa dorada! Hay más por venir. Recuerden mis palabras: Hay más por venir y con ello, un abanico completo de espíritus engañosos ‘canalizando’ ilustraciones de perspectivas y poder. Estoy convencido de que ¡aún no hemos visto ni la mitad de lo que ha de venir!

La Biblia es clara: Una vida. Una muerte. Un juicio. Puedo comprender cómo los ecos de la eternidad, su inmensidad oscura y vacía dentro de nosotros como un pozo profundo y sin fondo, nos conmina a que lo llenemos con algo... o con alguien. ‘Un abismo llama a otro abismo’. Dénse cuenta: ‘¡Un abismo llama a otro abismo!’ Seamos ruidosamente violentos en nuestra proclamación de la verdad, para no dar a estos charlatanes superficiales la oportunidad de tratar de llenar este vacío que tiene forma de Dios, ¡con mentiras oscilantes y desperdicios de las costas del infierno!

Sin embargo amigo, al hacer esto, surge lo siguiente: ¡Lo viejo no servirá! Se necesita un nuevo tipo de discípulo para enfrentar a esta vieja, ‘Nueva Era’. Un discípulo con ‘las bondades del Evangelio, y no sólo con las palabras’ del Evangelio; un discípulo bien metido en las cosas del Todopoderoso, y en Él mismo; un discípulo de proporciones delirantes, un discípulo que se ríe ante las puertas del infierno y se regocija con alegría indescriptible y llena de gloria ante las multitudes enloquecidas que observan. ¿Querido amigo, de qué ‘era’ vas a testificar el día de hoy?

Reflexiona: “En efecto, Cristo no entró en un santuario hecho por manos humanas, simple copia del verdadero santuario, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora ante Dios en favor nuestro. Ni entró en el cielo para ofrecerse vez tras vez, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. Si así fuera, Cristo habría tenido que sufrir muchas veces desde la creación del mundo. Al contrario, ahora, al final de los tiempos, se ha presentado una sola vez y para siempre a fin de acabar con el pecado mediante el sacrificio de sí mismo. Y así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio, también Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, ya no para cargar con pecado alguno, sino para traer salvación a quienes lo esperan.” Hebreos 9:24-28

Ora: Espíritu Santo, cava una profunda y limpia fuente dentro de mí. Quita todo lo que estorba y haz que manantiales de agua viva emanen, ¡para que otros y yo mismo podamos extraer gozo de los pozos de salvación! Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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