Friday, April 29, 2011

Apr | 29 | Lo mejor del evangelismo, no lo peor

Palabra para meditar – CONSIDERA

1 Tesalonicenses 1:8
“Partiendo de ustedes, el mensaje del Señor se ha proclamado no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todo lugar; a tal punto se ha divulgado su fe en Dios, que ya no es necesario que nosotros digamos nada.”

Lo mejor del evangelismo, no lo peor

Brian Andreas es el inventor de “Story People.” Estos story people son una mezcla de objetos multimedia que él fabrica con madera inservible y en donde escribe una muy corta y declarativa historia, la cual es una reflexión sobre momentos y sobre memorias. Yo colecciono estas cosas y francamente, creo que el hombre es un genio, porque tiene la capacidad de verter la brillantez adquirida de una muy larga historia, en muy pequeñas botellitas de genios, de un tamaño que nunca excede uno o dos enunciados.

Después de que Andreas se mudó a California, lo entrevistaron y le preguntaron cómo se sentía de haberse mudado ahí. Su respuesta fue más contundente en una serie de niveles. El dijo: “Yo creo que la mejor manera de responder a esta pregunta es con una historia: Mientras crecía en Chicago, fuimos a una iglesia que tenía misioneros quienes regresaban una vez al año desde Fiji y daban unas pláticas. Recuerdo que uno de ellos dijo que se le hacía muy difícil decirle a la gente que iban a perder sus almas eternamente si no cambiaban. Yo me imaginé a la gente sentada en la banca escuchando a este hombre sudoroso, todo vestido de negro, diciéndoles que se iban a quemar en el infierno y a ellos pensando que esto era muy divertido, estas historias de miedo que este hombre les estaba contando y después, todos se irián a la casa y comerían mango y pescado y jugarían Monopolio y se reirían y se reirían y luego irían a acostarse y se levantarían a la mañana siguiente y comenzarían otra vez. Me sentía como una de esas personas en la playa quienes realmente creían en el hombre de negro por un momento, pero ahora yo tenía un mango y un pescado y empezaba a sentir el sol en mi cara y el viento tibio sobre mi piel y hoy me voy a acostar y mañana me voy a levantar y voy a hacer lo mismo otra vez. Todo era muy familiar.” Esto dice mucho, ¿no les parece?

Ayer escuché a un gastrónomo Cristiano que tal vez andaba alrededor de sus 70, quien estaba dando sus puntos de vista sobre el enfoque Cristiano relacionado ¡con el placer de comer! El decía que: “El creía que todos los Cristianos deberían disfrutar de buen sexo, buena música y buena comida.” En otras palabras, el creía en el hedonismo Cristiano, es decir, el pleno disfrute del placer para la gloria de Dios. Me gusta eso. ¿A quién no? La vida es una relación y cuando nos comprometemos a fondo en la relación a través de estas actividades a menudo sacramentales de sexo, música y comida, entonces la vida se experimenta, se encuentra, se saborea, se toca, te hace vivir y estremecerte. En otras palabras, a través del gozo de una relación comprometida, nos hacemos parte de la historia. Cuando hacemos eso, estamos en la “vida real” y es ahí donde encontramos a Dios y Su historia.

¡Mira a Jesús! Míralo comiendo y bebiendo, riéndose y amando, llorando y lamentando. Sí, en todos y cada uno de sus caminos, El Camino Mismo se involucra en una relación verdadera y al hacerlo, imparte vida en toda su plenitud, revelándose a sí mismo como La Vida en toda Su plenitud. Jesús no sólo compartió el Evangelio con historias pero se involucraba con las historias de otras personas, revelándose a sí mismo como ¡La Gran Historia de quien ellos eran parte! No cabe duda que todos tenemos una historia. Todos somos gente con historia. Vivir la realidades de nuestra historia Cristiana en una forma correcta, invitará a otros a participar en El Camino en el cual vivimos y la dirección en la cual nos movemos. La verdad es que, no hay una forma más auténtica de Evangelismo que esta, que la gente que tiene una historia cuente su historia. Esta es no sólo la mejor forma de evangelizar, ¡sino la más excelente!

Medita:”Existe otra razón para adecuar la historia, como un mejor medio de traernos la Palabra de Dios. La historia no solamente nos dice algo y lo deja ahí, sino que requiere nuestra participación. Un buen cuenta- cuentos nos involucra en la historia. Sentimos las emociones, nos envolvemos en el drama, nos identificamos con los personajes, vemos los recovecos que habíamos pasado por alto en nuestra vida, y nos damos cuenta que hay más en este negocio de ser humano que lo que nosotros habíamos explorado. Si el cuenta-cuentos es bueno, las puertas y las ventanas se abren. (Peterson-Cómete este libro)

Ora: Padre, te agradezco que Tu historia no es para el escapista pero más bien para el que busca restauración. Restáurame, Señor, en el nombre de Jesús te lo pido. Amén.

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