Tuesday, October 1, 2013

Oct | 01 | El submarino Dreadnought

PERSEVERANCIA


Job 38:22-23 
“¿Has llegado a visitar los depósitos de nieve y de granizo, que guardo para tiempos azarosos,  cuando se libran guerras y batallas?”

El submarino Dreadnought

En el versículo de hoy Dios se refiere claramente a la acumulación secreta de armas de destrucción masiva. En este caso, parecería que se trata de granizo, lo suficientemente grande y lo suficientemente duro como para matar a miles de hombres acorazados. Les guste o no, Dios tiene estas terribles armas almacenadas y listas para ser utilizadas.

Fue la gran metrópoli de Gabaón, que valiéndose de un sutil subterfugio, engañó a Josué y a sus seguidores para realizar una alianza de paz con ellos. Aquellos destinados a ser destruidos pudieron, por medio del engaño, asegurar su vida y su protección exitosamente. A cambio de su astuta traición, una coalición de cinco reyes marchó sobre Gabaón para volcar sobre ellos una terrible sentencia. En respuesta, Gabaón envía un pedido de auxilio a Josué, quien asciende durante la noche por casi 2 kilómetros de terreno escarpado, ¡para llevarles tanto su redención como su salvación!

Si los cinco reyes hubieran inflingido su venganza sobre Gabaón, seguramente esto hubiera impedido cualquier otro intento de acordar la paz con los invasores Israelitas, a pesar del hecho de que Israel, por supuesto, ¡no tenía la orden de hacer la paz, sino la guerra! También estoy asumiendo que luego de demoler Gabaón, la coalición de los hasta entonces sólo cinco reyes habría crecido sustancialmente y habría continuado como un levantamiento unificado y marchando contra Israel. Me pregunto, también, si en ese punto no sería faltar a la razón el asumir que cierta ayuda sobrenatural y demoníaca habría sido convocada por parte de ellos para pelear en contra del Dios de Israel, ya que el versículo pareciera inferir que el surgimiento de una coalición tan confiada, era una fuerza aterradora que Josué debía enfrentar.

No obstante, el enfrentamiento armado resulta bien para Israel y la coalición, colapsada, huye derrotada ante ellos, sólo para encontrarse con las astutas armas de la imbatible artillería de Dios cayendo sobre sus cabezas y ¡solamente sobre sus cabezas! Leemos en Josué 10:11: “Y sucedió, mientras huían ante Israel y estaban en la pendiente de Bet-horón, que el SEÑOR arrojó desde el cielo, sobre ellos, grandes piedras de granizo hasta Azeca, y ellos murieron. Fueron más los que murieron a causa del granizo que los que mataron los hijos de Israel por el filo de la espada”. (NVI)

Recuerdo mi visita al Submarino Dreadnought de Su Majestad en Faslane, Escocia, en algún momento a fines de la década de los '70. Este primer submarino nuclear de la flota británica se veía viejo y muy gastado. Su nombre, sin embargo, aún mostraba la determinación del, alguna vez, nuevo tipo de submarino: Dreadnought que significaba “a nada temas, no tengas miedo”. Así que Dios viene a Josué y frente a esta coalición cruel, frente a este espeluznante despliegue de ‘animales’ armados, dice en Josué 10:8-9, “No temas, porque yo los he puesto en tus manos; ninguno de ellos te podrá resistir.” ¿Lo entienden? ¡Dreadnought! ¡A nada temas! Josué necesitaba aprender tres cosas:

Primero, que a pesar de que grandes cosas serían demandadas de él y de sus tropas, la provisión de Dios era más grande que este cúmulo de presiones.

Segundo, que aunque las probabilidades estaban aparentemente en su contra, Dios era más grande que las probabilidades y que los hombres de obstinado odio que ahora enfrentaba.

Por último, Josué debía ver que cuando ellos estaban en acuerdo y en obediente relación con Dios, Dios mismo uniría Sus fuerzas y Sus armas secretas contra sus enemigos. “Por lo tanto General Josué” Dios te dice: “¡A nada temas!”

Reflexiona: “Entonces les respondí: No se asusten ni les tengan miedo. El Señor su Dios marcha al frente y peleará por ustedes, como vieron que lo hizo en Egipto y en el desierto. Por todo el camino que han recorrido, hasta llegar a este lugar, ustedes han visto cómo el Señor su Dios los ha guiado, como lo hace un padre con su hijo.” Deuteronomio 1:29-31

Ora: Señor, ayúdame a mantenerme tan firme en Tu camino, que Tú alejes y mantengas a mis enemigos fuera del mío. Te lo pido en el nombre de Jesús, ¡Amén!

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