Tuesday, October 22, 2013

Oct | 22 | Los doughboys y Mary Mallon

ARREPIÉNTETE

1 Corintios 5:6 
Hacen mal en jactarse. ¿No se dan cuenta de que un poco de levadura hace fermentar toda la masa?

Los doughboys y Mary Mallon

Se dice que los veteranos de 1932 ocasionaron el descrédito del nombre “doughboy”. Varios años después de la estrepitosa caída de la bolsa que dio origen a la gran depresión, miles y miles de veteranos sin hogar acamparon en Washington para tratar de conseguir que se les pagara el bono de guerra que les había sido prometido y el cual ya estaba muy retrasado. Fueron eventualmente enviados a otro sitio y finalmente se les obligó a salir de la capital. A pesar de que el nombre apareció mucho antes del siglo XX, el término “doughboy” se convirtió en la nomenclatura para el soldado norteamericano durante la Primera Guerra Mundial. En ambas guerras mundiales, no hay duda de que la introducción de la máquina de guerra norteamericana, reforzando la tarea de los aliados, llevó al surgimiento de una fuerza de tales proporciones, que la victoria, tarde o temprano, estaba asegurada. Parece que los doughboys traían consigo el ‘germen’ necesario para el crecimiento de un éxito victorioso, porque para usar su nombre antiguo, los doughboys norteamericanos tenían el fermento que se necesitaba.

La doughgirl Mary “tifoidea” Mallon, era una portadora sana de la enfermedad que vivió en Nueva York a principios del siglo XX. Aunque ella no sucumbió ante la enfermedad, propagó la fiebre tifoidea en todos lados donde estuvo empleada, lo que provocó la muerte a muchas personas que se contagiaron de la fiebre tifoidea de ella. A pesar de tener conocimiento de que ella era portadora, Mary se negó a vivir alejada de la sociedad. Finalmente, a Mary Mallon se le impuso una cuarentena de por vida, durante más de 23 años, hasta su muerte en la Isla North Brother. Su nombre de doughgirl o su nombre de batalla “Mary Tifoidea”, (aquél que disemina enfermedad y muerte de manera consciente), es ahora un término de mala fama en la lengua inglesa. Recuerden esto porque nuestro versículo de hoy lleva consigo un principio de la naturaleza, el cual tiene paralelos obvios en el reino espiritual y es este: “¡Los ingredientes activos de cualquier clase tienen tendencia a propagarse!”

Generalizando, describiría a un ingrediente activo en el sentido de ser: cualquier acción o actitud adquirida u observada. Por ejemplo: el valor se contagia ¡y también el miedo! La bondad se contagia ¡y también la maldad! El apasionamiento y la anticipación son contagiosos ¡y también lo son la depresión y el malestar! ¿Se dan cuenta de lo que quiero decir? “¡Los ingredientes activos de cualquier clase tienen tendencia a propagarse!” Así es que al tratar con el principio general podemos decir lo siguiente: “Aquellos ingredientes activos que son beneficiosos para el crecimiento del cuerpo deben ser mejorados todavía más y aquellos que traen muerte, deben ser erradicados totalmente”.

El principio es claro. Cuando los doughboys de la desesperanza acampan en nuestra capital, deben ser erradicados. Cuando nuestra Mary Tifoidea propaga la enfermedad en nuestro cuerpo, debe ser aislada. En nuestro versículo para esta noche, el apóstol Pablo está alentando a la iglesia en Corinto a hacer justamente, eso. Como individuos hoy necesitamos examinarnos y tratar con nosotros mismos en estas áreas. ¿De qué muerte infecciosa somos portadores?

Mi última palabra y consejo final hoy es importante: Nuestra actitud en estas cosas debe ser una de gracia. Antes de que suelten a las terribles tropas y a los severos inspectores de salud sobre ustedes mismos y sobre sus iglesias, permitan que fluya la gracia. Donde haya pecado, dejen que haya arrepentimiento. Donde haya disfunción, dejen que ésta sea corregida. Donde haya enfermedad, dejen que haya cura, que haya sanidad. Sean firmes, amigos, sean específicos, pero dejen que el amor encuentre su camino. ¡Especialmente, en ustedes mismos! Sí, al comienzo de este día, en la gracia de Cristo que todo lo perdona, sean tan responsables con su limpieza que puedan ser mejores en la tarde, y tal vez también sanados, restaurados y limpios.

Reflexiona: Ya se acerca el fin de todas las cosas. Así que, para orar bien, manténganse sobrios y con la mente despejada. Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados”. 1ª Pedro 4:7-8

Ora: Señor, sáname de todas mis enfermedades ‘infecciosas’. Señor, quita de mi corazón aquellas insatisfacciones que desestabilizan mi propio ser. Señor deja que la gracia fluya y que sea el bálsamo de Galaad para mi cuerpo y para Tu cuerpo, la Iglesia. En el nombre de Jesús te lo pido. Amén.

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