Wednesday, October 2, 2013

Oct | 02 | Haz las cosas y diversifica

PERSEVERANCIA

Eclesiastés 11:6  
Siembra tu semilla en la mañana, y no te des reposo por la tarde, pues nunca sabes cuál siembra saldrá mejor, si ésta o aquélla, o si ambas serán igual de buenas.

Haz las cosas y diversifica

En apariencia, casi todo lo que hacemos no tiene garantía de éxito: Trabajas duro, vives frugalmente, ahorras tu dinero y la bolsa de valores o el mercado inmobiliario colapsan. Amas a tu esposo, crías a tus hijos, sacrificas tu carrera para ser la mejor mamá del mundo, y la mejor esposa que un hombre pueda tener, ¡y él te abandona por una loquita pechugona! ¡Levantas un negocio, trabajas cada hora que Dios manda y luego ves cómo éste se derrumba bajo el oleaje de feroces demandas financieras de mercados que desaparecen de la noche a la mañana, por la influencia de un régimen comunista en China que decide comprar todo el cobre del mundo! Oras por ese niño, lo nutres, lo amas, inviertes en él y luego observas cómo la insensatez lo domina como si fuera un hombre armado, y el desastre destruye tanto su vida como la tuya.

Amigos, lamento tener que desilusionarlos pero ¡no existe la ecuación espiritual que si es seguida cuidadosamente, producirá automáticamente los números correctos de los deseos de sus corazones en el otro extremo! Muy poco (diría casi nada) en la vida viene con garantía de éxito.

Ahora, esto no nos gusta por un sinnúmero de razones: Primero, va en contra de lo que la mayoría de nosotros hemos aprendido en la iglesia y lo que vemos y escuchamos en la televisión Cristiana todos los días. Segundo, tiende a cultivar el desaliento y la desesperanza, y tercero, aparentemente nos deja impotentes en un mundo cruel y difícil. ¿Podría ser que fuera a ésta aparente impotencia a la que tememos más?

Sin embargo, nuestro versículo de hoy es excepcionalmente alentador. Nos provee de poder verdadero y de la habilidad singular para cambiar las cosas. Primero, sin embargo, he aquí algunos hechos innegables. Si tú eres una esposa terriblemente dominante, casi puedes garantizar que hay muchas probabilidades de que él te deje por una suave, ‘cubierta de azúcar’, y dulce loquita. Si tú eres un padre al que no le importa nada, casi puedes garantizar que visitarás a tus hijos en una institución. Si tú eres un hombre de negocios ciego, casi puedes garantizar que tu negocio se hundirá. Si tú eres un inversionista poco inteligente y poco diversificado, casi puedes garantizar que sufrirás algunas pérdidas. Si no sigues las instrucciones de Dios, puedes garantizar resultados negativos, destrucción y aún la muerte. ¡Estas cosas en la vida están garantizadas! Lo que nuestro versículo de hoy dice, en realidad, es lo siguiente, “¡Oye! Prueba esto, prueba aquello, persevera, no te rindas, porque tú no sabes, ¡quizá resulte! y ciertamente, ¡puede ser que todo resulte!”

En la vida entonces, la desobediencia, la pereza, la desesperación y el desaliento casi siempre llevarán al fracaso. ¡Eso está garantizado! Sin embargo, aunque puede ser que no haya garantía de éxito asegurado para el trabajo duro y la esperanza... ¡quién sabe! La vida está llena de personas que perseveraron en momentos de adversidad y aparentes fracasos. Desde científicos hasta novelistas, desde diseñadores hasta bailarines, ¡la perseverancia y la diversificación parecen ser algunas de las claves para el éxito!

Suceda lo que suceda, haz lo correcto y haz el bien; y recuerda, aunque no tengamos el control, Dios sí lo tiene. ¡Garantizado! Aunque cosas terribles sucedan, Dios es bueno. ¡Garantizado! ¿Vientos fuertes y nubes oscuras, eh? Bueno, ¿qué esperaban? ¡Este es un mundo caído! Ahora, levántense y continúen. Quién sabe cuántas cosas buenas pueden todavía venir a ustedes gracias a su perseverancia fiel y a las amorosas manos de nuestro buen Dios.

Reflexiona: “Aquél quien vigila al viento, no siembra; aquél quien contempla las nubes, no cosecha.” Eclesiastés 11:4

Ora: Oh Dios, dame ideas nuevas y la fortaleza para llevarlas a cabo, pero en todas las cosas oh Dios, ayúdame a que siempre me deleite en Ti. Amén.

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