Monday, October 7, 2013

Oct | 07 | Ponchnósticos

POBREZA

Juan 6:26-27  
“Ciertamente les aseguro que ustedes me buscan, no porque han visto señales sino porque comieron pan hasta llenarse. Trabajen, pero no por la comida que es perecedera, sino por la que permanece para vida eterna, la cual les dará el Hijo del hombre. Sobre éste ha puesto Dios el Padre su sello de aprobación.”

Ponchnósticos

Esta es una bebida típica de las Navidades, no se prepara caliente como para que cuaje sino lo suficientemente tibia como para mantener el fresco a raya. Sus orígenes están, aparentemente, en Inglaterra, deviniendo de una bebida caliente y especiada llamada Posset. Por supuesto, estoy hablando del ponche de huevo, y el ponche de huevo, más que ser bebido en las navidades, era originalmente la extravagante y exclusiva bebida de la élite, los muy, muy ricos. La receta para el ponche de huevo (huevos batidos con azúcar, leche o crema de leche, sal, nuez moscada y algún tipo de bebida espirituosa), ¡significaba que la gente pobre de Inglaterra no podía elaborarla! Al comienzo del frenesí por el ponche de huevo, el promedio de los plebeyos citadinos raramente veía un vaso de leche fresca, no había refrigeración y gran parte de las granjas pertenecían a grandes propiedades de la aristocracia. Eran sólo los ricos quienes podían echar mano de suficiente leche y huevos como para mezclarlos en bebidas. En Estados Unidos, la “tierra de la abundancia”, sin embargo, las cosas eran diferentes. La abundancia de productos frescos y el acceso al ron caribeño barato cambió esto, pasando de ser accesible sólo al consumidor de la élite a estar disponible para toda persona. En Estados Unidos, la bebida abundante de cada rico se convirtió en la rica bebida abundante de todos, así que yo sospecho que el primer “ponchnóstico” era de los Estados Unidos.

Ahora, todos sabemos que un agnóstico es una persona que, basándose en la evidencia actual, cree que la existencia de Dios no puede ser probada ni descartada. De todos modos, un agnóstico no se preocupa por ninguna de las dos posibilidades, dado que está tanto disfrutando, como consumiendo y siendo consumido por la generosidad de Dios.

¿Saben? Ustedes tal vez piensan que un “ponchnóstico” sería un pillo sin religión, sin tiempo para la moral, la comunidad o la iglesia. Alguien que se arrastra fuera de la cama, medio borracho, todas las mañanas y se deja llevar por el hedonismo el resto del día. Ustedes tal vez piensan que pueden detectar a un “ponchnóstico” a medio kilómetro sólo por las bolsas debajo de sus ojos, la panza obesa, el auto elegante y la abultada billetera. ¡Esperen un momento! ¡Pongan una Biblia debajo del brazo de un hombre como el que acabo de describir y podrían estar en un estacionamiento de una típica iglesia Estadounidense! ¿Estaré siendo muy cruel con esto que digo?

En ocasiones, los “ponchnósticos” Cristianos son difíciles de distinguir porque somos muy buenos jugando el juego. Son respetables, pulcros, saludadores, gente sonriente, realizan donaciones y predominan en cualquier organización que pudiera justificar y certificar su vida abundante, además de que la gente está contenta de estar cerca de este tipo de personas, tal como lo expresa el Cristianismo consumista. Entonces, ¿Cómo se puede reconocer a los “ponchnósticos” Cristianos, a aquellos que consumen y son consumidos?

Bueno, ¿saben?, en principio, los “ponchnósticos” Cristianos se reconocen por el largo de sus piernas. El tener un pie en la tierra y el otro en la iglesia es un trecho bastante largo. Segundo, ellos son reconocidos por sus bocas grandes y por su curiosidad. Durante el sermón se les encontrará ‘ausentes de su cuerpo, pero no presentes con el Señor’, dormitando y soñando con las cosas que deben hacer, decir, adquirir y admirar. Por último, son reconocidos por lo que les preocupa y por sus conversaciones: la casa nueva, la necesidad desesperada de un nuevo auto, las vacaciones en Hawai, valores, acciones, el fondo de pensión, Ustedes han escuchado todo esto, ¿no es así?

Las ricas y abundantes bendiciones de Dios Todopoderoso, cuando se dan por un hecho y son mezcladas con la ambición egoísta son, ciertamente, un coctel que se sube a la cabeza. Mi confesión personal de esta mañana es que, si quisiera, yo podría, simplemente y con entusiasmo, abrazar el “ponchnosticismo” como una buena y muy redituable forma de vida, especialmente, si se está vestido con buenos y tradicionales ropajes religiosos... la pregunta es, ¿y tú, qué harías?

Reflexiona: “Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca. Dices: "Soy rico; me he enriquecido y no me hace falta nada" ; pero no te das cuenta de que el infeliz y miserable, el pobre, ciego y desnudo eres tú. Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; y colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista. Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y arrepiéntete. Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo. Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono. El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Apocalipsis 3:15-22

Ora: ¿Qué puedo decirte a Ti, querido Jesús, cuando a veces amo las ricas mixturas de Tu creación, más que a Ti, el Creador de ellas? Perdóname por a veces tener un pie en el mundo y otro en Tu obra, y por mi gran boca abierta a veces llena de basura y más bien, concédeme brazos abiertos para recibir y disfrutar todas las cosas que vienen de Tu mano y manos abiertas para poder dejar ir aquello que es pasajero y pasa y desaparece. Te lo pido en Tu maravilloso nombre. Amén.

 

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