Sunday, October 20, 2013

Oct | 20 | El Equilibrio

CONFIANZA

1 Timoteo 6:6-10  
Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento. Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos. Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso. Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción. Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores.

El Equilibrio

El film de Kurt Wimmer del año 2002, Equilibrium, protagonizado por Christian Bale es un drama futurista que tiene lugar después de la III Guerra Mundial, momento en que el gobierno decide erradicar las emociones mediante la administración de un medicamento a toda la población. Con la droga futurista “prozium” que bloquea la capacidad de sentir, declaran ilegales todas las emociones y al hacer esto, finalmente, aseguran la paz mundial. Es una proposición interesante.

Al equilibrio se le define como un “estado de balance intelectual o emocional”. Por supuesto, esto va a llevar a la armonía, o a un estado de calma y falta de agitación ante las influencias contrarias o divergentes. En otras palabras, cuando tenemos equilibrio, cualquier cosa que nos pase o nos golpee, nuestra reacción es cero, o al menos, mínima. Mantenemos nuestro balance, o nuestra paz interior, nuestro equilibrio... ¡y nada nos sacude o nos mueve! ¿No nos gustaría ser así a todos? Ah, “mi pequeño saltamontes”, ¡qué paz, qué poder!

El surgimiento del pensamiento y de las prácticas orientales en el muy salvaje oeste, es indicativo de que las personas buscan la paz y el poder sobre sus vidas en alguna parte, ¡en cualquier parte! Sin embargo, para los budistas de Hollywood, el paso tan rápido de la vida, el alto costo de la misma, el “mantenerse a tono con los demás” y la constante, persistente y poderosa presión para acumular, lleva a demasiados de ellos a circunstancias espantosas y desesperadas de ansiedad, y esto incluye a los ricos y famosos. El dúo provocador del miedo a la pérdida material y a la vergüenza social resultante son, para los de occidente, dictadores terriblemente difíciles de evitar: Debemos ser exitosos en lo material, ¡a cualquier precio! ¡Parecería que la verdadera serenidad es difícil de conseguir incluso para los budistas de Hollywood!

Aún muchas más personas han dejado de lado cualquier esperanza de un aparente éxito cultural y se conforman con una simple supervivencia material. ¡Estarían conformes con sólo pagar las cuentas de las tarjetas de crédito; les bastaría con poder salir de la trampa del plástico! Sin embargo, todos sabemos que el Occidente nos toma prisioneros si uno se rinde ante el fracaso de lo material. Así es que millones de nosotros nadamos corriente arriba, en un intento consistente y desesperado, de sobrevivir a estas corrientes de éxito material tan absorbentes y controladoras. ¡Es tan agobiante! Y la verdad es que, en menos de 100 años, los 6 mil millones de personas que constituyen la población del planeta en este momento, serán comida para los gusanos. ¡Somos sacos de carne que caminan, somos buen fertilizante para la tierra!

Toda esta persecución y consumismo nos cobra muy caro y los gigantes de la ansiedad y del pánico perpetuo, y el amigo que los sigue, la fatiga profunda, consumen cualquier vestigio de paz y serenidad. Este trío diabólico de ansiedad, pánico y fatiga es tan debilitante, que, por ende, se oculta rápidamente en botellas de varias clases, tanto baratas como respetables. Whisky, vino, prozac, lexotán, cocaína, cigarrillos y cualquier droga que venga con una soga para colgarnos hasta morir. Los lugares que encontramos para ocultarnos del terrible trío son tan numerosos como ineficaces. La respuesta del “Cristiano Capitalista” ha sido “mantenerse saludable y hacerse rico”, “creerlo y recibirlo”, “desearlo y luego reclamarlo”. Sólo consíguelo mientras puedas. Porque, una vez que lo tengas hermano, oh Dios, ¡eres un hombre bendecido y doblemente bendecido! ¡Qué gran mentira, amigos, qué gran mentira! La verdad es que somos sacos de fertilizante y comida para gusanos, ¡y no olviden esto!

¡La falta de una paz y serenidad verdaderas en nuestras vidas nos deja un agujero negro, poderoso y devorador en el centro de nuestro ser! No es broma. ¡Porque las cosas han llegado a un punto en que si, en verdad, hubiese tal cosa como una medicina para las masas que verdaderamente trajera la paz deseada y terminara con los gigantes de la ansiedad, el pánico y la fatiga profunda, entonces no tendríamos que forzar a muchos a tomarla! ¡Quizá ya exista alguna medicina para las masas! ¡Quizá, el opio de los pueblos no sea más la falsa religión, sino la televisión! El tubo seductor que nos habla, nos toma, nos tortura y nos tienta con cosas para desear y adquirir, para frustrar y engañar a la fatiga de la ansiedad y el pánico y hacerlos callar ¡y luego nos da algún veneno para la relajación!

¿Qué pasaría si a pesar de todo, (sólo consideren esto), qué pasaría si la fatiga, la ansiedad y el pánico fueran, en realidad, nuestros amigos? ¿Qué pasaría si supiéramos que en vez de suprimirlos debemos abrazarlos? ¿Qué pasaría si supiéramos que en vez de acallarlos debemos escucharlos? ¿Qué pasaría si supiéramos que en vez de ser carceleros, son dones? ¿Qué pasaría si realmente fueran alarmas electrónicas eternas que nos estuvieran gritando “peligro” y “cuidado”? ¿Qué pasaría si la fatiga fuera un don para hacernos ir más lento y pensar? Pero no, no los vemos como regalos en absoluto, muy por el contrario, pareciera que, más que cuestionarlos, estaríamos dispuestos a quitar las baterías a estos dispositivos perturbadores.

Me pregunto, amigo, si te atreverías, en tus pesadillas fatigadas de pánico y ansiedad, a volverte hacia los tigres que te persiguen y a formularles algunas preguntas importantes. Preguntas como estas: ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren? ¿Qué está mal conmigo? ¿Qué debo hacer? ¿Por qué estoy tan terriblemente cansado? Quizá si hiciéramos esto, estas bestias devoradoras de todo, de las cuales escapamos, se convertirían en gatitos y se sentarían en nuestro regazo, ronroneando junto a nosotros por nuestra finalmente adquirida paz, o tal vez, nuestro equilibrio celestial. Vale la pena pensarlo ¿no lo creen? ¿Bueno lo creen? ¡Piénsenlo!

Reflexiona: “He tenido un sueño y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño.” Daniel 2:3b

“Así que no se afanen por lo que han de comer o beber; dejen de atormentarse. El mundo pagano anda tras todas estas cosas, pero el Padre sabe que ustedes las necesitan. Ustedes, por el contrario, busquen el reino de Dios, y estas cosas les serán añadidas.” Lucas 12:29-31


Ora: Oh gran Domador de tigres de antaño, ayúdame para que me vuelva y enfrente a estas tres bestias devoradoras. Concédeme la gracia del espacio en el tiempo y el valor para mirar y preguntar. Oh Dios, encuentra para mí una roca tranquila en este arroyo que corre, sobre la que pueda bañarme en el sol de Tu amor. En el nombre de Jesús. ¡Amén!

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