Monday, October 21, 2013

Oct | 21 | ¡De la ruina al reino!

REINANDO

1 Samuel 10:25  
A continuación, Samuel le explicó al pueblo las leyes del reino y las escribió en un libro que depositó ante el SEÑOR. Luego mandó que todos regresaran a sus casas.

¡De la ruina al reino!

Saúl fue el primer monarca en gobernar a Israel. El profeta Samuel, inspirado por el Espíritu Santo, tuvo que explicar al nuevo rey y al pueblo cómo se comporta la Realeza, incluyendo todas sus demandas, sus directivas, sus privilegios y sus procedimientos.

Lo mismo sucede con los cristianos. Una vez que nos acercamos a Jesús, el Espíritu Santo nos toma y nos sumerge completamente en Su cuerpo, la Iglesia. ¡Tanto es así, que estamos totalmente unidos a Él, nuestra Cabeza, y estamos considerados como realmente sentados junto a Cristo en los lugares celestiales! Entonces, al ser verdaderamente los hijos que el Dios Altísimo ha adoptado, ¿no deberíamos estar, pues, viviendo como príncipes y no como pordioseros? Sin embargo sabemos que en el presente ¡muchos de nosotros estamos en las ruinas de la pobreza y la apatía, en lugar de estar reinando en las riquezas y dinamismo de Su grandiosa y gloriosa gracia! Nosotros, los ignorantes, tenemos tanto que aprender ¿no es así? Nosotros, los ciegos, tenemos mucho por ver todavía ¿no creen?

Jesús nos ha “amado y limpiado de nuestros pecados por medio de Su preciosa sangre, y nos ha hecho reyes y sacerdotes para el Dios y Padre, a Él sea la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Amén”. Apocalipsis 1:5-6. ¡Maravilloso! ¿Por qué entonces, queridos amigos, hay tantos de la realeza celestial escarbando entre la basura y viviendo como pordioseros espirituales? ¿Por qué son los reyes guerreros de Jesús, aquellos que, gracias a Él, son más que vencedores por Su amor y Su sangre, masacrados en el campo y maniatados en las mazmorras mugrientas de castillos dudosos? Bien, ¡yo estoy convencido de que parte del problema es que no se nos ha enseñado a vivir como Reyes! Y suponiendo que sí se nos ha enseñado, pues hemos fallado en poner estas disciplinas en práctica y, en consecuencia, no hemos sido formados espiritualmente para ello. Considera esto amigo, algunas de las disciplinas del Espíritu para nuestro espíritu son, de hecho, lo básico: El estudio de la Biblia, la oración, la meditación, la comunión, las reuniones, el gozo, etc. ¡Todas estas disciplinas, aunque no son un fin en sí mismas, cuando son practicadas espiritualmente, nos llevan a Jesús quien, a su vez, nos enseña a comportarnos como la Realeza y nos enseña a vivir como Reyes! Ahora, ¿quién no quisiera vivir de esa manera?

Fue años atrás, mientras entrenaba en un gimnasio de boxeo local, que vi la frase escrita en la pared. Literalmente ahí, detrás del saco de boxeo y sobre el yeso mohoso, estaban pintarrajeadas estas palabras muy ciertas: “¿Fracasó en prepararse? entonces ¡Prepárase para el fracaso!” Amigos, miren hoy la escritura en sus paredes y prepárense para enfrentar su formación espiritual así como un boxeador se prepara para una gran pelea. ¡Alístense para la guerra, prepárense para pelear y vivan como reyes guerreros reinando en la tierra! ¡Vamos! ¡A la carga!

Reflexiona: Y entonaban este nuevo cántico: Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación. De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra. Apocalipsis 5:9-10

Ora: ¡ Jesús, ayúdame! ¡Levántame de mi pila de cenizas y enséñame a vivir como Tu hijo; enséñame a vivir como más que vencedor; enséñame a vivir como un rey que reina!

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