Monday, June 6, 2011

Jun | 06 | Deshaciéndote de tu lenguaje secreto de oración

Palabra para meditar – ORAR

Lucas 18:1
“Jesús les contó a sus discípulos una parábola para mostrarles que debían orar siempre, sin desanimarse.”

Deshaciéndote de tu lenguaje secreto de oración


Parte de mi entrenamiento básico como joven marinero incluía el aprendizaje de la jerga naval. El hecho es que había tanto en esta jerga, desde Dhobi (lavar) hasta Conejos (regalos – legítimos o no), y tenía significados tan prolíficos que, a menos que te supieras el lenguaje no podías tener prácticamente la menor idea de qué era lo que la gente te decía. Un mundo muy cerrado llevó a un lenguaje muy específico y cerrado. ¿Me explico?

La vida de oración de los cristianos puede convertirse muy fácilmente en ese mismo mundito cerrado, y francamente, el lenguaje, especialmente el lenguaje de la oración de tales mundos cerrados es más bien aburrido, limitante, desconectado y carente de vida. De hecho, si yo fuera Dios (¡hagan inmediatamente una acción de gracias porque no lo soy!), entonces me ausentaría sin permiso de muchas reuniones cristianas de oración, o para decirlo de otra manera, si fuera Dios, preferiría “hacer otras cosas”, o “inventar una excusa” que aparecerme en una reunión de oración. El problema es que a menudo nuestro lenguaje se asemeja a nuestro corazón y al tema que estamos tratando, en que se ha convertido en nada más que una lastimosa expresión de coloquialismos cristianos cerrados, gastados, predecibles y aburridos. Bueno, alguien tenía que decirlo, porque necesitamos quebrar el molde de nuestra aburrida comunicación, y la única manera de hacerlo, es hacer que nuestra realidad personal vaya de acuerdo con la crudeza de las Escrituras.

La mayoría de los grupos cristianos tienen un lenguaje secreto de oración, es decir, un lenguaje que utilizan cuando se reúnen para orar y que está desconectado tanto de la realidad de sus vidas regulares como del lenguaje de la Escritura. Es puro coloquialismo de comunidad cristiana local, o como prefiero llamarlo, ¡tonterías aburridas! Tonterías aburridas limitantes, no-descriptivas, tambaleantes y “justificantes”. Esta clase de lenguaje secreto de oración, característico de la mentalidad cerrada del grupo con frecuencia no es el lenguaje real de nuestras vidas y entonces por fuerza está completamente desconectado de lo que verdaderamente somos. Si ese es el lenguaje de nuestras vidas, y para algunos lo es, entonces hermanos, necesitan salir un poco más del gallinero o ver más televisión. Nunca pensé que llegaría a decirlo, pero aquí va: Cuando hablen, sean ustedes mismos. Cuando oren, sean ustedes mismos… sí, abandonen los C.C.C. locales, o sea, los Coloquialismos de la Comunidad Cristiana.

La mayoría de cristianos se niegan a utilizar el lenguaje de las Escrituras. Una de las razones ha sido el uso contínuo e insistente de la versión Reina-Valera de la Biblia. Una traducción que a pesar de toda su majestad y belleza, fue no obstante creada para la corte real; estaba desconectada del lenguaje común y cuánto más aun después de varios siglos. Yo vengo del condado de Derbyshire y de niño hablaba utilizando muchas variaciones antiguas de los pronombres por lo que me siento más o menos cómodo con la traducción, pero incluso yo utilizo la Reina-Valera Revisada y la complemento abundantemente con otras traducciones diversas.

Debemos tomar una versión comprensible de las Escrituras, especialmente de los Salmos y empezar a orar con ellos en voz alta. Necesitamos sacar el texto de la página y darle vida expresándolo en nuestra propia realidad verbal. Oren los Salmos en voz alta pero por el bien de sus propias almas; por favor, asegúrense de conseguir una traducción que sea la más cercana a su propio lenguaje común, consigan algo con lo que se sientan conectados, el lenguaje de su día cotidiano, con todas sus construcciones, explicaciones y expresiones, y ese es el mismo lenguaje con el que deben orar. Desháganse del C.C.C., ese terrorífico lenguaje secreto de oración.

Medita: “El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal. Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado. Porque por tus palabras se te absolverá, y por tus palabras se te condenará.” Mateo 12:35-37

Ora: La gloria de Dios está de gira por los cielos, es la obra de Dios que está en exhibición por el horizonte. La Señora Día tiene clases cada mañana, el Profesor Noche enseña cada tarde. Sus palabras no son oídas, sus voces no son grabadas, pero su silencio llena toda la tierra: una verdad sobreentendida que se dice en todas partes. Dios crea un domo gigante para el sol... ¡un superdomo! El sol de la mañana es un nuevo esposo que salta de su lecho de luna de miel. El sol que abre el día es un atleta corriendo hacia la meta. Así es como la Palabra de Dios cruza los cielos desde el amanecer hasta el atardecer, derritiendo el hielo, abrasando el desierto, calentado corazones con la fe. La revelación de Dios es plena y aquieta nuestras vidas. Los postes indicadores de Dios son claros y señalan el camino correcto. Los mapas de la vida de Dios están correctos y nos muestran el camino hacia el gozo. Las instrucciones que Dios da son claras y fáciles de ver. La fama de Dios es de 24 quilates, y viene con garantía eterna. Las decisiones de Dios son precisas al extremo. La Palabra de Dios es mejor que un diamante, mejor que un diamante entre esmeraldas. Te agradará más que las fresas en primavera, más que las fresas rojas y maduras. Aún hay más: la Palabra de Dios nos advierte del peligro y nos conduce hacia tesoros escondidos. Si no fuera así, ¿cómo encontraríamos nuestro camino? ¿O cómo sabríamos que estamos haciéndonos tontos? Haz borrón y cuenta nueva, Dios, para que podamos empezar el día con frescura. Manténme lejos de mis tontos pecados, de pensar que puedo asumir tu trabajo. Entonces podré empezar este día bañado por el sol, lavado de la suciedad del pecado. Son estas las palabras de mi boca; son estas las palabras en las que medito y oro. Acéptalas cuando las coloque delante de tu altar de la mañana, oh Dios, mi Roca y Altar, Dios, Sacerdote de mi Altar. (Salmo 19 de EL MENSAJE: La Biblia en Lenguaje Contemporáneo© 2002 de Eugene H. Peterson (título en Inglés). Todos los derechos reservados.)

No comments:

Post a Comment