Monday, June 13, 2011

Jun | 13 | Asombro al límite

Palabra para meditar – ORAR

Mateo 6:6
“Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará en público.”

Asombro al límite


Fue a comienzos del siglo XXI que la compañía Verizon Wireless, con sede en Estados Unidos, se inventó varias frases fáciles de recordar, con el fin de promover su participación en el mercado, de por sí ya muy grande. Las dos frases pegajosas más importantes fueron, “¿Puedes oírme ahora?” y “Es la red”. La primera de ellas aparecía como si la pronunciara un tipo corriente con anteojos de carey, que representaba a los miles de empleados de Verizon que viajaban por Norteamérica verificando la solidez de la señal de la Red. La segunda aparecía en boca del mismo hombre que verificaba la señal, pero en esta ocasión se le veía respaldado por otro gran número de empleados del área de soporte, vestidos todos con diferentes trajes y en diversas situaciones de esta área, pero todos, y digo todos, atentos a ese único usuario que hacía esa única llamada importante, usando la red de Verizon. Bueno, ¿y luego?

La oración es, para la mayoría de nosotros, una tarea solitaria. Y aun así, por el bien de la seguridad, la autenticidad, y la comunión entre hermanos, Jesús nos dio instrucciones de retirarnos a un lugar apartado para estar con el Padre. No obstante, una vez que todas las excusas para no pasar tiempo a solas con Dios son depositadas en la basura, como es debido, es nuestro temor de estar a solas con nosotros mismos o con Dios, uno de los impedimentos más grandes para la oración en privado. ¡Tal vez las observaciones que hago a continuación arrojen una luz interesante sobre esta falacia de estar a solas con Dios!

Con razón o sin ella, lo que yo he hecho siempre es pedirle a Dios que me conceda estar en privado con El. En los momentos en que consigo quedarme a solas con Dios, a menudo pido luego estar a solas con Dios, es decir solos Él y yo. No, no leíste mal. De hecho, con frecuencia pido una cabina con cristales ahumados reflejantes, paredes completamente aislantes y una línea privada, porque lo que voy a decir es sólo entre Él y yo. Sí, en mi lugar secreto, voy más allá y hago esta solicitud especial de privacidad con Dios, por un par de razones:

La primera razón es, como sugiere el anuncio de Verizon Wireless Network, es que realmente nunca estamos solos con Dios: los ángeles asistentes, los demonios atacantes, el coro de los santos inspirados por el Espíritu Santo para orar de la misma manera, los ángeles guardianes, la tal vez gran multitud de espectadores celestiales, todos observando, quizá muchos de rodillas orando conmigo, ¡quién sabe! No obstante, cuando estoy solo con Dios, a menudo soy muy consciente de que no estoy para nada solo. El mundo espiritual es un lugar concurrido y muy ruidoso.

La segundo razón es que hay ciertas cosas que no quiero que el enemigo oiga. Necesito una línea de oración “encriptada”, porque mi enemigo ya sabe demasiado. Me pregunto si el acusador de los hermanos, como cualquier peleonero culpable en el patio de juegos, no habrá corrido ya adonde está el director para contarle mentiras sobre el niñito golpeado, maltratado y lastimado que viene corriendo y llorando con su queja a golpear a la puerta de Su oficina, gentil y comprensiva. Sí, el diablo a menudo se nos adelanta, y estando ya ahí para cuando llegamos, está presto a recoger más munición disponible para dispararnos a nosotros y a Dios. Es por eso que con frecuencia pido que el diablo sea eliminado, junto con todos sus lacayos, para que verdaderamente yo pueda estar solo con Dios.

Recuerda entonces en esta noche que Cristo te ha mandado orar, y al hacerlo, quedarte a solas con Dios.

Recuerda entonces en esta noche que cuando te quedas a solas con Dios, rara vez estás solo con Él, y en ocasiones, a veces muy a menudo, necesitas pedir privacidad. Piensa en ello.

Medita: “Luego oí en el cielo un gran clamor: Han llegado ya la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios; ha llegado ya la autoridad de su Cristo. Porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios. Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el mensaje del cual dieron testimonio; no valoraron tanto su vida como para evitar la muerte. Por eso, ¡alégrense, cielos, y ustedes que los habitan! Pero ¡ay de la tierra y del mar! El diablo, lleno de furor, ha descendido a ustedes, porque sabe que le queda poco tiempo.’” Apocalipsis 12:10-12

Ora: Señor, en los muchos lugares privados que estén delante de mí mañana, concédeme una línea privada y una conexión clara, durante el tiempo que esté contigo. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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