Sunday, January 6, 2013

Jan | 06 | Huellas digitales reveladoras

CONSIDERA

2 Corintios 6:1-2
Nosotros, colaboradores de Dios, les rogamos que no reciban su gracia en vano. Porque él dice: En el momento propicio te escuché, y en el día de salvación te ayudé. Les digo que éste es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!

Huellas digitales reveladoras

Me pregunto si el Padre presta especial atención al sonido de los clavos golpeteando en la madera. Me pregunto si, aun ahora, dicho sonido llega al cielo y todavía ocasiona que las cabezas de los ángeles se volteen y miren expectantes, asombrados y temerosos.

Una iglesia que una vez conocí llevaba a cabo una ceremonia en la cual los nuevos miembros reafirmaban su compromiso con el trabajo y con la comunidad tomando un martillo y un clavo y clavándolo en una magnífica, grande y vieja cruz. El momento en que ellos mismos colocaban en el piso la gran cruz y se inclinaban sobre la tela color carmesí, posicionándose así en el lugar donde, alguna vez, las manos y los pies sangraron por ellos, y clavaban su propio clavo oxidado y distintivo, era una experiencia verdaderamente conmovedora e inolvidable; sus rodillas, sus huellas digitales y su ADN cubrían la vista culposa del clavo, clavado en el lugar justo, ¡evocando así, nada menos que misterio y sobrecogimiento!

Amigos, Cristo ha sido crucificado por nosotros para acercarnos a Dios y las huellas de nuestro pecado cubren Su cruz. ¡Están por todos lados! Somos culpables, y estamos bañados de sangre y vergüenza. No obstante, Su sacrificio en este mundo nos limpia y nos invita a cosechar la bondad comprada con Su sangre, y la gracia que necesitamos para ser Sus obreros en este, Su propio campo de cultivo.

Estas son buenas noticias amigos: que nuestras sucias huellas han sido encontradas en toda Su magnífica, Su tan maravillosa cruz. ¡Que este año, mis queridos penitentes, ustedes encuentren siempre sus manos cubiertas con la sangre del precioso sacrificio de Cristo por nuestros pecados!

Reflexiona: “¡Gálatas torpes! ¿Quién los ha hechizado a ustedes para que no obedezcan a la verdad, ustedes ante quienes Jesucristo ha sido presentado tan claramente?” Gálatas 3:1

Ora: Padre, por fe yo digo: “Que mis huellas se encuentren en toda la cruz sangrienta de Tu amado Hijo, mi Salvador, Jesucristo, el Señor. Que Su sangre se encuentre en el cabello de mi cabeza y sobre mi alma sedienta. ¡Oh Padre, que Su preciosa sangre se encuentre escurriéndose entre mis dedos y hasta mis pies, pues he probado Su cuerpo y he bebido Su sangre y me he dado cuenta que verdaderamente el Señor es bueno! Ahora mi Jesús, ayúdame a pensar tanto en Tu sacrificio como en mi servicio para contigo, en el lugar de Tu llamado para mí, y en el lugar donde Tú elijas. ¡Amén y Amén!

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