Monday, January 28, 2013

Jan | 28 | Muchachos consentidos, mundo echado a perder

ARREPIÉNTETE

Lucas 17:1-4
“Luego dijo Jesús a sus discípulos: Los tropiezos son inevitables, pero ¡ay de aquel que los ocasiona! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino atada al cuello, que servir de tropiezo a uno solo de estos pequeños. Así que, ¡cuídense! Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Aun si peca contra ti siete veces en un día, y siete veces regresa a decirte: "Me arrepiento" , perdónalo.”

Muchachos consentidos, mundo echado a perder

Kenneth Boa y Robert M. Bowman Jr., en su gran libro titulado ‘20 Evidencias Irrefutables de que Dios Existe’, hacen referencia al hecho de que un mundo caído es evidencia de la existencia de Dios. Haciendo gala de un eufemismo clásico y reconociendo que las cosas ‘no son como deberían ser’ en este universo fantásticamente complejo en el cual vivimos, hacen referencia a los ‘Premios Darwin’, donde Wendy Northcut originalmente comenzó a catalogar esos eventos tan tristes e insensatos, iniciados y concretados por gente muy desafortunada que están, podríamos decir, lejos de ser genios. Para aquellos de ustedes que no estén familiarizados con la distinción de los Premios Darwin, permítanme decir una cita de su página web: “Los Premios Darwin saludan el progreso del genoma humano honrando a aquellos que, accidentalmente, provocan su propia muerte de maneras muy tontas. Por necesidad, este honor es generalmente, otorgado en forma póstuma”.

El propósito de Boa y Bowman al referirse a un sitio tan ‘interesante’ es simplemente resaltar la gran paradoja en la cual vivimos, donde buenas personas pueden hacer cosas malas y malas personas pueden hacer cosas buenas; donde cosas buenas le suceden a las malas personas y cosas malas suceden a las buenas. La aparente naturaleza aleatoria de dichas ocurrencias sería, para muchos, como un indicador de la ausencia de un creador benévolo. No obstante, los autores en realidad ven esto como una intervención activa de Dios en nuestras vidas. Ellos dirían que la respuesta del ateismo a estas horrendas situaciones sería decir “¡Dios no existe!”, la del panteísmo sería decir “las cosas son lo que son” o “hey, hombre ¡es lo que es!” Pero ellos hacen notar que la respuesta Cristiana ante tales situaciones terribles es simple en comparación con las otras, porque nosotros diríamos “¡muchachos consentidos, mundo echado a perder!” Y allí, mis amigos, se encuentra la principal respuesta al problema de la maldad.

La Biblia no nos perdona aquí tampoco. Como naciones, sociedades, comunidades e individuos, cada uno de nosotros debe hacerse responsable por las cosas que hemos echado a perder. Es mi experiencia que esto es siempre difícil. ¿Qué hay de ustedes?

Tal vez hoy, quizá por lo que resta de este año, podríamos dejar de asistir a nuestros propios y tontos Premios Darwin y hacer un intento con los ‘Premios Deísta’. ¿Saben? Reconocer nuestra participación en lo que hemos estropeado y comenzar, por la gracia de Dios, a reparar tanto nuestras mentes como nuestros caminos. Sí, ¡la Biblia llama a eso ‘arrepentimiento’ y al premio por tal arrepentimiento lo llama ‘gracia indecible’! ¡Quizá la gracia indecible sea un premio que vale la pena obtener! Vamos, levanten su mano hoy y háganse cargo de las cosas que ustedes han estropeado, antes de que sea demasiado tarde. Cuando hagan esto, busquen una bendición queridos amigos, porque la gracia indecible está yendo hacia ustedes. ¡Este es el Premio Deísta!

Reflexiona
: “En aquella ocasión algunos que habían llegado le contaron a Jesús cómo Pilato había dado muerte a unos galileos cuando ellos ofrecían sus sacrificios. Jesús les respondió: ¿Piensan ustedes que esos galileos, por haber sufrido así, eran más pecadores que todos los demás? ¡Les digo que no! De la misma manera, todos ustedes perecerán, a menos que se arrepientan. ¿O piensan que aquellos dieciocho que fueron aplastados por la torre de Siloé eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? ¡Les digo que no! De la misma manera, todos ustedes perecerán, a menos que se arrepientan.” Lucas 13:1-5

Ora: - Señor, ayúdame para que me haga cargo de las cosas que yo, y sólo yo, he estropeado. Luego Señor, por favor, dame un corazón dócil para arrepentirme y un corazón dispuesto para recibir Tu perdón. Cámbiame oh Dios, de gloria en gloria, para que el premio de Tu gracia se vea con claridad en mi vida y en un cambio en mi mundo. Amén.

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