Sunday, January 13, 2013

Jan | 13 | Vive y Testifica

TESTIFICA

Hechos 1:8
“Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.”

Vive y Testifica


En el Reino, el poder del Espíritu Santo tiene un propósito fundamental: testificar, testificar cada vez más, testificar en todos lados, y el contexto de dicho testimonio es siempre el amor que transforma la vida. ¿Recuerdan cuando Clara Peller, se hizo famosa por el comercial de Wendy’s “¿Dónde está la carne?” y luego apareció en el comercial de ‘Salsa de Spaghetti Prego Plus’ diciendo: “¡La encontré!”, y Wendy’s la despidió diciendo: “Clara puede encontrar la carne en un solo lugar, y ese lugar es Wendy’s”? Bueno amigos, de igual manera, la capacidad para dar testimonio de manera efectiva y auténtica en ese poder amoroso, sólo puede encontrarse en Cristo. No se encuentra en ningún otro lado, en ningún universo o en ninguna otra dimensión. ¡Absolutamente en ningún lado! Amigos, el poder del amor sacrificial que los Cristianos poseen, ese que transfiere reinos y que transforma corazones, no reside en ninguna otra parte más que en el amor y la sangre de Jesucristo, su Señor.

¿Qué puede hacer este poder? Bueno, puede echar fuera demonios, puede dar vista a los ciegos, curar a los leprosos, hacer que los paralíticos caminen, partir las aguas, calmar tormentas, mover montañas e incluso, levantar muertos. Más difícil aún, ¡puede transformar completamente los corazones de las personas! ¿Ven? Es un poder completo sobre lo natural y un poder completo sobre lo sobrenatural. Por favor Dios, haz que poseamos, experimentemos y utilicemos este poder, esta ‘carne’ del Cristianismo y que veamos que esas cosas sobre las que leemos en las Santas Escrituras suceden entre nosotros, en nuestros días. ¡No nos conformemos con un Cristianismo corrompido y plagado de moscas; no nos conformemos con ‘tan poco’ cuando somos el ‘tan grande’ pueblo del que hablan las Sagradas Escrituras!

Sin embargo, amigos, en toda nuestra búsqueda y en todos nuestros deseos de ver tan poderosas maravillas entre nosotros, ¡nos hemos enfocado en los milagros más que en el Hacedor de los milagros! Recordemos también, cuál es el objetivo y la potencia de los milagros de Dios. El objetivo es el corazón y la potencia del poder es su tan magnífica habilidad, tanto para matar como para volver a la vida, todo al mismo tiempo; para cambiar a la crisálida en una mariposa en un momento glorioso en el tiempo. Hagamos que el poder siga entonces a la Palabra, y en ese poder, veamos los corazones de las personas transformados y a los secuaces del diablo mutilados. Que los corazones egoístas llenos de odio sean transformados en corazones de amor desinteresados, pues allí, en el corazón, es donde el Espíritu de Dios trabaja, si se lo permitimos, en una forma maravillosa.

Recuerden, este poder que cambia corazones de piedra en corazones de carne se encuentra sólo en el reino de Dios. Sólo Dios puede transformar a un asesino en un ministro, o a un ladrón en un filántropo. Sólo Dios puede abrir la egoísta sentina del corazón humano y volverla adecuada para recibir el amor más puro, y hasta volverla deseosa de compartir de ese verdadero amor. Después de todo amigos, ¡esto es poder real! ¡Este es el verdadero poder del Evangelio: una transformación y un amor sincero de los unos hacia los otros dentro de la iglesia, y un amor sincero para aquellos fuera de la iglesia! ¡Es por eso que Jesús lo llama “el único testigo verdadero”! Una transformación tan poderosa que orbita alrededor del amor desinteresado se encuentra bastante menos de lo que sería deseable en la iglesia del Dios vivo, y para ser realmente auténticos discípulos de Jesús, debemos no sólo experimentar sino también practicar poderosamente esta clase de amor poderoso y milagroso que transforma vidas. Creo que cuando llegamos a los fríos y espumosos ríos, tan difíciles de cruzar, de los turbulentos corazones de los perdidos que se han endurecido, nosotros, como el profeta de la antigüedad, debemos tomar tanto la Palabra como la oración, alzar nuestras manos a los cielos hacia el Espíritu Santo, quien es realmente el verdadero manto de Cristo caído sobre nosotros desde lo alto, y levantar tanto nuestro clamor como nuestro deseo sincero por los corazones de todos los que observan y de todos los que escuchan, gritando con todo nuestro espíritu…“¿Dónde está el Dios de Elías?” ¡Necesitamos el poder del amor, necesitamos el poder para amar y necesitamos la evidencia de ese único testigo verdadero entre nosotros, hoy!

Reflexiona: “De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.” Juan 13:35

Ora: Padre, ven y quebranta mi corazón. Muéstrame mi vida. Guíame a un lugar de transformación, y ayúdame a encontrar Tu poder. Déjame encontrarte, mi Señor y mi Dios. Ven y quebranta mi corazón, lléname otra vez y ayúdame para que clame a ti, creyendo con fe, ante toda la fría e indiferente dureza que rodea la mesa de Tu bondad. Te lo pido en el poderoso nombre de Jesús. Amén.

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