Wednesday, August 14, 2013

Aug | 14 | Dirección IP de Dios

TESTIGO

Juan 15:27  
Y también ustedes darán testimonio porque han estado conmigo desde el principio.

Dirección IP de Dios


“El ciberespacio existe dentro de una red mundial de redes de computadoras que utilizan protocolos de red TCP/IP para facilitar la transmisión e intercambio de datos”. Cuando estamos conectados, buscando el lugar más cercano para ordenar pizza, o indicaciones para llegar al cine, una descripción técnica tal del espacio, por la cual la información que estamos buscando es recibida y percibida, está lejos de nuestra experiencia dentro de esta entidad metafísica creada por el hombre, ¿no es verdad? Qué tal esta definición entonces: “El ciberespacio se refiere tanto a las varias fuentes de información que están disponibles en las redes informáticas y la Internet, como a las “comunidades” que se han desarrollado a partir del uso común de dichas fuentes, y también a la “cultura” que se está desarrollando en esas comunidades conectadas electrónicamente. El ciberespacio entonces, distingue al espacio físico del digital, o aquel mundo basado en la computadora.” ¡Sí, eso está un poco mejor, pero no demasiado!

Fue William Gibson, en su libro Neuromante, quién primero acuñó el término “Ciberespacio”. Lo describe de la manera siguiente “una alucinación consensuada, experimentada diariamente por millones de operadores legítimos en cada nación, por niños a los que se les está enseñando conceptos matemáticos... una representación gráfica de datos extraídos de los bancos de cada computadora en el sistema humano, una complejidad impensable, líneas de luz alineadas en el no-espacio de la mente, racimos y constelaciones de datos, como las luces de la ciudad, contrayéndose.” Ahora sí, ¡eso realmente me gusta!

Todos pasamos cada vez más horas del día funcionando y comunicando en este ciberespacio (hecho por el hombre) aparentemente sin Dios. Thomas L. Friedman, en su libro El Lexus y el Olivo, nos sugiere que Dios no se encuentra en el ciberespacio ¡a menos que nosotros lo llevemos allí! Él, además, sugiere que Dios quiere estar allí, pero no puede hacerlo a menos que nosotros lo llevemos a ese lugar. De hecho, es sólo nuestra libre elección, con un clic del mouse, la que nos permite elegir santidad y moralidad, y por lo tanto, llevar la Excelencia de Dios a un ciberespacio ¡que Él no creó! Hmmm. Como diría la Srita. Marple, “¡Qué interesante!”

Ahora, antes de continuar, necesitas saber que cada peregrino y trabajador en el ciberespacio utiliza el sistema TCP/IP, y le es asignado un identificador único cuando está conectado, y en el ciberespacio este identificador se llama dirección IP. Lo extenso, y sin embargo limitado en número de las direcciones de IP, significa que son mayormente asignadas de manera intermitente y al azar de un banco de direcciones permitido para cada país. Esto se conoce como Asignación de Direcciones IP Dinámicas. (Ah, a propósito, la compañía de enrutamiento Cisco tiene reservadas direcciones IP para alienígenas, pero eso es una historia para otro día)
Ahora, Friedman obviamente no piensa que Dios tenga Su propia dirección IP, y tampoco ¡que Él nunca se conecta por sí mismo! Sin embargo, me parece, que la dirección IP de Dios no es permanente, sino dinámica, y si me permites decirlo, si tú eres Cristiano, entonces la dirección IP de Dios es la que estás usando en este momento. Friedman está en lo correcto cuando afirma que somos nosotros los que llevamos a Dios al ciberespacio. ¡Imagínate!

A diferencia de Friedman, sin embargo, yo sí creo que no hay un lugar donde Dios en Su plenitud no esté presente. Entonces, por supuesto, también creo que Dios está en el ciberespacio sin nosotros. Sin embargo, coincido en que el ciberespacio no cuenta con los testimonios originarios de la “creación” y la “conciencia” que tenemos en el mundo físico. Entonces, quizá Friedman está parcialmente en lo correcto al observar que se ve a Dios como estando solamente en el ciberespacio, por las elecciones que hacemos en él y la forma en que lo utilizamos; entonces, déjame preguntarte hoy: ¿quién eres tú en el ciberespacio? ¿A dónde vas? ¿Qué haces? ¿Cómo manifiestas el testimonio de Dios, la Excelencia de Cristo y Su mirada hacia la estéril creación humana del ciberespacio?

Reflexiona:“Ustedes son mis testigos —afirma el Señor—, son mis siervos escogidos, para que me conozcan y crean en mí, y entiendan que yo soy. Antes de mí no hubo ningún otro dios, ni habrá ninguno después de mí. Yo, yo soy el Señor, fuera de mí no hay ningún otro salvador. Yo he anunciado, salvado y proclamado; yo entre ustedes, y no un dios extraño. Ustedes son mis testigos —afirma el Señor—, y yo soy Dios.’” Isaías 43:10-12

Ora: Oh, Sagrado Dios, Oh, Rey Santo, ¿cómo puedo honrarte justamente, con un honor que sea acorde a Tu nombre? Jesús, en cada espacio, sé mi Señor. Amén.


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