Apocalipsis 3:8b
Ya sé que tus fuerzas son pocas, pero has obedecido mi palabra y no has negado Mi nombre.
AFERRADOS

Hoy le dedico este poema a los millones de hombres y mujeres fieles, que se levantan a la misma hora cada mañana y viajan hasta el mismo trabajo cada día y quienes con sus fieles y constantes vidas, dan un gran testimonio de Jesús, todos los días.
(Leerse con ritmo de marcha):
¡En pie estamos, estamos , estamos sobre África –
En pie, pie, pie, pie estamos sobre África –
(Botas-botas-botas-botas-arriba y hacia abajo)
No, jamás daremos, tregua en la batalla!
No-no-no-no-veas hacia el frente.
Botas-botas-botas-botas-arriba y hacia abajo
Hombres-hombres-hombres-hombres-hombres veanlos de frente
¡No, jamás daremos, tregua en la batalla!
¡Trata-trata-trata-trata de pensar en algo diferente –
Oh Dios mío – nunca Tú permitas que me vuelva loco!
Botas-botas-botas-botas-arriba y hacia abajo
¡No, jamás daremos, tregua en la batalla!
Cuenta-cuenta-cuenta-cuenta-las balas en las cananas.
Si-bajas-tus-ojos, seguro-te-atrapan!
Botas-botas-botas-botas-arriba y hacia abajo
¡No, jamás daremos, tregua en la batalla!
Sí podemos soportar hambre, sed y no dormir,
Pero no-no-no-no el verlos justo aquí
Botas-botas-botas-botas-arriba y hacia abajo
¡No, jamás daremos, tregua en la batalla!
Si durante el día, nos falta compañía
Ya la noche trae, sus cuarenta millones
Botas-botas-botas-botas-arriba y hacia abajo
¡No, jamás daremos, tregua en la batalla!
Seis semanas he marchado lo puedo asegurar
No es que tema al diablo, a la noche o nada más,
Sino a botas-botas-botas-botas-arriba y hacia abajo
¡Pero no, jamás daremos, tregua en la batalla!
Amigos, cuando su llamamiento y su obediencia a éste, conlleve a menudo a la aburrida previsibilidad de la rutina diaria, sepan que a pesar de la falta de emoción y terror, ustedes se encuentran en circunstancias muy conocidas y exigentes. El llamado, el testimonio constante, y un cuidadoso andar exigen un perseverancia fiel y dedicada que no se quedará sin recompensa, porque no hay nada más exigente que la rutina diaria. Sigan persistiendo, queridos amigos, ¡sigan persistiendo!
Medita: “Ya que has guardado mi mandato de ser constante, yo por mi parte te guardaré de la hora de tentación, que vendrá sobre el mundo entero para poner a prueba a los que viven en la tierra. Vengo pronto. Aférrate a lo que tienes, para que nadie te quite la corona.” Apocalipsis 3:10-11
Ora: Oh, Señor, permite que no me refugie en lo mundano, y no permitas que mi corazón fallezca en el extenuante y aparente vacío de mis días que pasan como columnas de infantería, sin dirigirse a ningún lugar. En ese lugar donde Tú me has llamado a ser constantemente fiel en la rutina diaria, dame el poder de perseverar en agradarte. Concédeme el calor de tu mano, a mi espalda y el gozo de Tu presencia en mi rostro, porque fuiste Tú quien me llamó a este lugar. Ayúdame a aferrarme a esto. En el nombre de Jesús te lo pido, ¡Amén!

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