Friday, November 4, 2011

Nov | 04 | El antídoto para el ‘canibalismo’ cristiano

Palabra para Meditar – DEDICACIÓN

1 Samuel 1:9-11
“Una vez, estando en Silo, Ana se levantó después de la comida. Y a la vista del sacerdote Elí, que estaba sentado en su silla junto a la puerta del santuario del SEÑOR, con gran angustia comenzó a orar al SEÑOR y a llorar desconsoladamente. Entonces hizo este voto: SEÑOR Todopoderoso, si te dignas mirar la desdicha de esta sierva tuya y, si en vez de olvidarme, te acuerdas de mí y me concedes un hijo varón, yo te lo entregaré para toda su vida, y nunca se le cortará el cabello.’

El antídoto para el ‘canibalismo’ cristiano

Ana, que era estéril, estaba afligida por no tener un hijo y en su oración desesperada prometió dar el regalo recibido nuevamente a Dios. Samuel nace y Ana, en verdad, cumple con su promesa.

Todos los niños son, por supuesto, un regalo de Dios, y hace bien a las personas darse cuenta de esto y actuar en consecuencia, porque, cuando se los dedicamos nuevamente a Él, estos regalos duran por más tiempo, y también por más tiempo conservan su frescura para nosotros. Por favor, percátense esta noche de que cualquier regalo que ‘usemos’ o ‘consumamos’ de manera egoísta, finalmente, nos corromperá y les digo, esto es especialmente cierto si ‘devoramos’ a nuestros hijos, si los ‘consumimos’ con nuestros propios deseos y hacemos de ellos los ídolos adorados de nuestros corazones. Si esto es lo que tú estás haciendo, mejor ten cuidado, porque cuando uno ‘consume’ a los niños, éstos dan los más terribles dolores de estómago.

Así que, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia, ¡devuelve tu regalo a Dios! ¡Dedícalo al Señor! Esta dedicación significa un dejar ir hacia Dios y un aferrarse a Dios.

En cuanto a dejar ir, debes recordar que este niño no te pertenece. Debe crecer y debe convertirse en alguien, y en todo esto de convertirse en alguien el niño ha de decidir sobre tantas cosas por sí mismo, incluso si seguirá al Señor o no lo hará. Debes tener fe y dejar que el niño de tus desvelos sea encontrado por el Dios que amas.

En cuanto a aferrarse a Dios, y poner rienda a tu vida, es imperativo que crezcas en la gracia y en el conocimiento del Señor Jesucristo. A medida que el niño se hace y el niño decide, tú debes tomarte de Dios en su nombre. También debes controlarte a ti mismo, pues debes convertirte en modelo de santidad ante ellos, un mentor de gracia y esperanza, una madre de oración, de amor y cuidado, un padre que se porta varonilmente, con sabiduría, que es perseverante y provisor. El niño se hará y tomará sus propias decisiones y tú no eres responsable por esto. Sin embargo, tú eres muy responsable de aferrarte a Dios y de controlarte a ti mismo.

¡Sea lo que fuere que hagas esta noche, no ‘consumas’ a tus hijos!

Medita: “Escucha, Israel: El SEÑOR nuestro Dios es el único SEÑOR. Ama al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades.” Deuteronomio 6:4-9

Ora: Oh Señor, derribamos a nuestros ídolos, aun cuándo ellos sean nuestros muy amados hijos. Así es que, ayúdanos para que los entreguemos a Tu buena disciplina, Tu amor y Tu cuidado. Sí, eso hacemos esta noche tanto con esperanza como con fe en Tu bondad. Ahora, oh Señor, nosotros nos asimos de Tu bondad y ponemos freno a nuestra vida, para caminar junto a Ti, como modelos y mentores de una vida semejante a la de Cristo ante los regalos que Tú tan gentilmente nos has otorgado. Amén y Amén.

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