Friday, November 11, 2011

Nov | 11 | De pan y vino rojo sangre, y cómo evitar caer en nuestras “R”

Palabra para meditar – RECUERDA

Apocalipsis 19:11-16
“Luego vi el cielo abierto, y apareció un caballo blanco. Su jinete se llama Fiel y Verdadero. Con justicia dicta sentencia y hace la guerra. Sus ojos resplandecen como llamas de fuego, y muchas diademas ciñen su cabeza. Lleva escrito un nombre que nadie conoce sino sólo él. Está vestido de un manto teñido en sangre, y su nombre es el Verbo de Dios. Lo siguen los ejércitos del cielo, montados en caballos blancos y vestidos de lino fino, blanco y limpio. De su boca sale una espada afilada, con la que herirá a las naciones. Las gobernará con puño de hierro. Él mismo exprime uvas en el lagar del furor del castigo que viene de Dios Todopoderoso. En su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”.


De pan y vino rojo sangre, y cómo evitar caer en nuestras “R”

En un día como hoy, en Compiègne, Francia, a las 5.00 a.m. se firmó el armisticio que puso fin a las hostilidades entre los aliados y Alemania durante la Primera Guerra Mundial. El Día del Armisticio es el aniversario de ese final simbólico de la Primera Guerra Mundial, en 1918, y es recordado todos los años, a la hora once, del día once, del mes once, cuando las armas dejaron de disparar y la esperanza, tan ansiada desde hacía tanto tiempo, finalmente llegó y “todo quedó tranquilo en el frente Occidental”. En Inglaterra, este acto de conmemoración se celebra ampliamente en el ‘Domingo del Recuerdo’ y en Norteamérica se celebra el 11 de Noviembre, y se llama el ‘Día de los Veteranos’. El símbolo central de esta conmemoración es la flor que prolifera por todos los suelos de Europa Occidental, que es la Amapola color rojo sangre. No hay flor ni color más adecuado para recordar a los veteranos y a los “Gloriosos Muertos” de todas nuestras guerras.

Hay que reconocer que, por un lado, hay muy poco de gloria en la manera masiva e industrializada de asesinar. Por otro lado, esta referencia a ‘Nuestros Muertos Gloriosos’ se encuentra en la mayoría de los principales monumentos conmemorativos de la guerra a lo largo de esta tierra nuestra, y es un testimonio del sacrificio que ellos hicieron contra la embestida de la tiranía, y además es un testimonio especial al gran respeto que los sobrevivientes sentían por el sacrificio de sus camaradas caídos, sus Muertos Gloriosos.

Entonces, en toda nuestra tierra, en símbolos de piedras y flores todas envueltas en silencio, solía realizarse, a nivel nacional, dos minutos de silencio para Recordar ese sacrificio. Este Recuerdo silencioso trajo consigo el Respeto por el valioso, sacrificado y dedicado ofrecimiento de esas vidas. Esto era importante, porque cuando las situaciones que llevaron al conflicto fueron Recordadas detalladamente, llevaron a la Resolución de no dejar que volvieran a ocurrir. Desafortunadamente, es aquí donde todos caemos en nuestras Rs, sea no sólo porque el silencio ahora es despreciado enérgicamente por los desagradecidos que están vivos, sino porque en general, esa Resolución de no dejar que la masacre sucediera nuevamente, al ser colocada en las manos de aquellos que son ciegos pecadores olvidadizos y que se proclaman Rectos, ha llevado a una mentalidad de “paz-a-cualquier- precio”, en vez de a una forma de vida de “Rectitud-a-cualquier-costo”. Inevitablemente, tal falta de Rectitud en una Resolución de “paz a cualquier precio” llevará a que seamos Removidos del mapa y a nuestro Reemplazo en la escena, por la embestida de viejos demonios vestidos en nuevos ropajes. ¡Está sucediendo aún ahora! Desafortunadamente esta generación es totalmente incapaz de enfrentarse con el enemigo. Todo esto es porque hemos olvidado que la paz a cualquier precio no es ‘paz’ en absoluto. Hemos fallado en recordar esto.

La Remembranza Recta llevará al Respeto Real combinado con el Recuerdo preciso y, por ende, a una Resolución Recta para Re-armar nuestras fuerzas y Reabastecer nuestras Reservas. Mis políticas no están en la extrema derecha de Gengis Kan, más bien, tienen su Raíz en la Realidad, pues es aterradoramente obvio que las tinieblas y el mal no toman prisioneros en este mundo, y por ende, para que las flores de la paz y la libertad puedan continuar floreciendo, siempre debe haber guerra, hasta que, de una vez y para siempre, el mal sea finalmente arrancado y removido de los corazones de los hombres y de las naciones. ¡Sí, hay tal cosa como una guerra justa! El mal debe ser arrancado del planeta y sólo Jesús puede hacer esto exhaustivamente, y por lo último que leí, Él vendrá, calzado con botas, listo y armado hasta los dientes, para emprender la batalla final contra las tinieblas. Hasta que ese momento llegue, Él también nos llama a nosotros, Su pueblo, a Recordar, y a una Remembranza tal que, con Recordatorios empapados de Rojo, aquellos entre nosotros que olvidan, se vean motivados y empujados. Sí, los símbolos centrales de esta Remembranza para los Cristianos no son piedras ni amapolas sino los artículos comunes, diarios, de la despensa de la cocina, aún pan blanco puro y vino Rojo sangre. Así es que Cristiano, cuando estés recordando al Señor en tus momentos de quietud, recuerda que la compra de la justicia se pagó con el costo más alto. La justicia fue obtenida al más alto costo. Siempre es así. No caigamos ante nuestras Rs, sino al contrario, ¡más bien en este día RECORDEMOS!

Medita: “Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza.” Efesios 6:11-13

Ora: Señor, ayúdanos a enfrentarnos a todas las injusticias, aún y especialmente, si suceden dentro de nuestras amadas tierras. Recordamos el inmenso costo de nuestra libertad presente y resolvemos de manera justa, por Tu gracia y Tu poder, hacer la guerra contra todo el mal y contra todas las obras de las tinieblas. Especialmente, oh Señor, nosotros no olvidamos, sino sinceramente recordamos Tu gran sacrificio por nosotros. ¡Gracias... muchas, muchas gracias! Amén.

 

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