Tuesday, October 4, 2011

Oct | 04 | La tierra de los ‘tal vez’ y los ‘quizás’

Palabra para meditar – VALOR

Salmos 23:4
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. (VRV).

La tierra de los ‘tal vez’ y los ‘quizás’

Por estos días hay un comercial de televisión que intenta evocar todos los pensamientos sencillos, emocionantes, coloridos, inocentes y felices de la primera infancia. Su eslogan es: “¿En qué soñabas cuando eras niño?”. Me gusta.

Aparte de las pesadillas, aparte de los monstruos negros debajo de mi cama oscura y polvorienta, o de aquellas criaturas escamosas escondidas dentro del armario alto color café cuya puerta rechinaba al abrir, de esa guarida para colgar abrigos que parecía un centinela malévolo esperando pacientemente a que yo cerrara mis ojos para abrir sus puertas de nogal y dejar que el mal penetrara silenciosamente en mi cuarto y se dirigiera con sigilo secreto y con su cuchillo extendido hacia mi cama, aparte de esas pesadillas, mis sueños personales ¡siempre estuvieron llenos de sunny delight (alegría)! Esperen un minuto... ¿no es ese otro comercial?

Me pregunto qué tierra deleitosa o qué tierra tenebrosa podría conducirlos, como el gas del dentista, hacia el Purgatorio o hacia los Campos Elíseos, en esta noche llena de sueños. ¡Quién sabe! No obstante, la tierra de las pesadillas a la que ahora me niego a entrar, tanto despierto como en mis sueños, es a la tierra de los ‘tal vez’ y los ‘quizás’. Esta tierra, para mí, y creo que para la mayoría, está llena de una incertidumbre que hace palpitar el corazón, y está ataviada de un temor que cae a borbotones. El temor al juicio, el temor al remordimiento, el temor a sufrir, el temor a la deshonra, el temor al desperdicio y el temor a las pérdidas irrecuperables. Es una tierra desagradable en donde la paz y el confort, en donde la satisfacción y el asombro, sencillamente no pueden experimentarse; sí, no pueden ni siquiera comenzar a echar sus dulces raíces en esa tierra seca y quebradiza, cuyo suelo jamás se compacta con la bondad del Dios Altísimo, la cual está siempre siendo derramada. En esta noche les digo que nunca jamás volveré a cruzar las puertas de la tierra de los ‘tal vez’ y los ‘quizás’, y si ustedes quisieran saber cómo evitar los viajes agitados, las curvas terroríficas de los caminos sinuosos, y los puntos ciegos de aquel lugar triste y lamentable, entonces alégrense, ¡porque voy a decirles!

Evitar ingresar a la tierra de los ‘tal vez’ y los ‘quizás’ es simple en realidad. Deben siempre actuar a partir de lo que saben; de lo que conocen de la Palabra de Dios y lo que conocen de la bondad de Dios, que seguro hace eco claramente en su corazón. Ahora, permítanme decirles en esta noche que jamás podrán tener certeza frente a lo que resultará de sus decisiones, es decir, la certeza de que el resultado de sus decisiones va a encaminarse hacia el objetivo deseado por Dios para ustedes. De cualquier forma, ¡la vida es así! ¡Pones en fila tus patos y disparas lo mejor que puedes! En realidad eso es lo máximo que puedes hacer. Sólo Dios sabe lo que va a pasar. No hay garantías en la vida, excepto el hecho eterno de que Dios es bueno. Ahora, amigos, tengan la seguridad de que este hecho, cuando uno lo cree con fe, cierra las puertas de las tierras confederadas de los ‘que tal si...’ y de los ‘tal vez’ y los ‘quizás’. Debemos estar agradecidos por esto, porque tan pronto como entremos en estas oscuras tierras de nuestros sueños dubitativos, nos encontraremos con que están llenas de Adanes construidos por el hombre, todos de dos metros y medio de alto, con ojos llorosos y amarillos, piel traslúcida, pupilas negras y cabellos y labios hechos de material de cadáver putrefacto; cada uno de ellos lanzando un temor petrificante en nuestros ojos temerosos. No, esta fría tierra de los ‘tal vez’ y los ‘quizás’ no es para el cristiano.

Cristiano. Víctor. ¡No permitas que los monstruos pueblen tu tierra de ‘tal vez’ y de ‘quizás’! Sé fuerte, pórtate varonilmente, ¡toma buenas decisiones! Haz lo que sabes que es correcto de acuerdo a la Palabra de Dios y haz lo que sabes en tu corazón que está bien. Tan sólo hazlo, y déjale los resultados a la mano buena de tu buen Dios. Esto es agradable para Él y ¡quién sabe! ¡Pero puede ser que te encuentres con algo muy bueno de parte de Dios para ti!

Oh, y una sola palabra final: Si quieren afirmar su corazón, sus intenciones y sus deseos, y desean hacerlo delante de dos o tres testigos, entonces asegúrense de buscar ¡a un par de cristianos de corazón valiente! Los guerreros con vello en su pecho, cicatrices en sus brazos y músculos en sus bíceps. Ni siquiera se acerquen a los hijos de mami, porque todos sabemos lo que van a decir: “No...mejor quédate en casa, quédate calientito, sé bueno y usa ropa limpia”. No, ¡ni siquiera piensen en ir por allí! Comprométanse en esta noche a actuar y luego sueñen con las consecuencias buenas que tomarán forma en manos de nuestro buen Dios. Y aquí, me refiero a que así será. Ningún ‘tal vez’ ni ningún ‘quizás’.

Medita: “Por tanto, ya que ellos son de carne y hueso, él también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte —es decir, al diablo—, y librar a todos los que por temor a la muerte estaban sometidos a esclavitud durante toda la vida. Pues, ciertamente, no vino en auxilio de los ángeles sino de los descendientes de Abraham. Por eso era preciso que en todo se asemejara a sus hermanos, para ser un sumo sacerdote fiel y misericordioso al servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo. Por haber sufrido él mismo la tentación, puede socorrer a los que son tentados.” Hebreos 2:14-18

Ora: Señor, por favor líbrame de estos temores agobiantes y monstruosos, esos ‘que tal si..’ que parecen gusanos, esos ‘tal vez’ que son debilitantes y esos ‘quizás’ los cuales son muy agobiantes. Permíteme regocijarme en Tu bondad, cuando incluso con vacilación, haga lo que sé que es correcto. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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