Friday, October 21, 2011

Oct | 21 | Goteos nasales

Palabra para meditar – PREOCUPARSE

Ezequiel 8:17,18
“Me dijo: Hijo de hombre, ¿ves esto? ¿Tan poca cosa le parece a Judá cometer tales abominaciones, que también ha llenado la tierra de violencia y no deja de provocarme? ¡Mira cómo me enardecen, pasándome por la nariz sus pestilentes ramos! Por eso, voy a actuar con furor. No les tendré piedad ni compasión. Por más que me imploren a gritos, ¡no los escucharé.”

Goteos nasales


Esta época del año, esta época en la que cambian las hojas, y en la que la vegetación moribunda produce emisiones químicas, se produce en mí una alergia que me congestiona. Como consecuencia, mi nariz gotea un poco (sólo un poco), y mi sinusitis lentamente se escurre por detrás de mi garganta, convirtiéndose en picazón y luego en una tos molesta a la que le sigue un constante carraspeo en la garganta. Es molesto, ¡y todo el carraspeo suena como si yo estuviera a punto de decir algo muy, muy importante! No obstante, todo lo que puedo decir a todos aquellos que viven al filo de tal expectativa expectorante, que como todos sabemos puede ser bastante agotadora es: “disculpen”.

Nuestro versículo para esta noche está a punto de decir algo muy importante, pero el sentido exacto de esa frasecita “pasándome por la nariz sus pestilentes ramos”, es ampliamente malentendido entre los comentadores bíblicos. En cualquier caso amigos, lo que sea que signifique, es irrelevante realmente, porque el enfoque del texto no está tanto en la práctica atroz en sí misma, sino más bien en la respuesta de Dios frente a ella. Lo que sea que fuere este insulto nasal, se convirtió en un insulto doloroso y detestable; en un hedor fétido y ofensivo tal para Su corazón enojado y furioso, que lo incitó a un enojo sorprendente. Sí, este pecado secreto, este “pasar por la nariz los pestilentes ramos”, esta indulgencia frente a la idolatría obscena y escandalosa, provocó un “goteo nasal divino” tal, que Dios tosió de Sí mismo con una furia de tal magnitud ¡que escupió a Israel de Sus pulmones santos y congestionados!

No se equivoquen con esto: el resultado de semejante ‘tos’ furiosa, terminó en una aniquilación, disolución y desolación de Israel, nefasta y espantosa. Efectivamente, si Dios mismo no hubiera decidido reservarse un remanente entre aquellos que clamaban y gemían por el estado repugnante al que había llegado su propia nación, entonces la niña de Sus ojos, con toda seguridad, habría quedado toda allí mismo.

En esta noche tengo que decirles que yo he visto el pecado secreto de Sus líderes y de los supuestos profetas del presente. He visto los pecados secretos del pueblo de Dios hoy. He visto la indiferencia hacia Dios en sus vidas, en nuestras vidas, en la iglesia en general. Lo que nos lleva a concluir tal vez ¿que Dios no está vigilando?; de hecho, que incluso ¿pueda ser que no haya Dios?

Yo he visto el pecado secreto.

¡Observen! ¡Dios ve! ¡Miren la tierra! ¡Vean el hambre, vean la enfermedad en los hombres y animales, vean el temor, vean la guerra, vean la destrucción! Escuchen las vides muertas hace ya tiempo, crujir en el fuego. Escuchen a las otras naciones y a las culturas extranjeras, ahora viviendo entre nosotros, succionando los tuétanos de los huesos secos que quedan; ¡vean cómo Su ley es quebrantada, vean cómo han despreciado Su amor! ¡sorpréndanse ante los ídolos que ahora han sido trasladados de las cámaras secretas del corazón y que ahora se pasean en alto sobre hombros arrogantes! ¡Observen! ¡Dios ve! ¡Miren la tierra!

En esta noche les digo que lo que sea que ustedes o su nación hayan puesto delante del mismo rostro del Señor Jesucristo, va a producir un ataque justificado de parte de Dios, el cual traerá aniquilación.

Y a menos que desechemos nuestros ídolos, la tierra en toda su plenitud, y Dios en toda Su furia, se volverán contra nosotros.

Medita:Por tanto, prostituta, escucha la palabra del SEÑOR. Así dice el SEÑOR omnipotente: Has expuesto tus vergüenzas y exhibido tu desnudez al fornicar con tus amantes y con tus malolientes ídolos; a éstos les has ofrecido la sangre de tus hijos. Por tanto, reuniré a todos tus amantes, a quienes brindaste placer; tanto a los que amaste como a los que odiaste. Los reuniré contra ti de todas partes, y expondré tu desnudez ante ellos, y ellos te verán completamente desnuda. Te juzgaré como a una adúltera y homicida, y derramaré sobre ti mi ira y mi celo. Te entregaré en sus manos, y ellos derribarán tus prostíbulos y demolerán tus puestos. Te arrancarán la ropa y te despojarán de tus joyas, dejándote completamente desnuda. Convocarán a la asamblea contra ti, y te apedrearán y te descuartizarán a filo de espada. Incendiarán tus casas, y en presencia de muchas mujeres ejecutarán la sentencia contra ti. Yo pondré fin a tu prostitución, y ya no volverás a pagarles a tus amantes. Así calmaré mi ira contra ti y se apaciguarán mis celos; me quedaré tranquilo y sin enojo. Yo te hago responsable de tu conducta por haberte olvidado de los días de tu infancia, por haberme irritado con todas estas cosas, y por haber agregado infamia a tus prácticas repugnantes. Lo afirma el SEÑOR.” Ezequiel 16:35-43

Ora: Señor, en esta noche recordamos nuestros pecados. Pedimos perdón por los pecados de nuestra nación, de su gente y de sus líderes. Pedimos por misericordia frente a los pecados secretos de Tu iglesia, cometidos tanto por sus líderes como por el pueblo. Te pedimos que nos perdones y que nos limpies nuestros pecados secretos, que nos libres de nuestros ídolos, de nuestras quejas, de nuestra ira, de nuestros corazones rencorosos. Oh Señor, en esta noche desterramos a nuestros ídolos. Ten misericordia de nosotros y restáuranos; te lo pedimos, en el nombre poderoso de Jesús. Amén.

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