Monday, October 24, 2011

Oct | 24 | Un pateador con una pistola, hasta que el cielo venga

Palabra para meditar – FANTASEAR

Lucas 3:7
Muchos acudían a Juan para que los bautizara. ¡Camada de víboras! —les advirtió—. ¿Quién les dijo que podrán escapar del castigo que se acerca?

Un pateador con una pistola, hasta que el cielo venga

Gústenos o no, intencionalmente o no, la película clásica de Paul Newman, estrenada en 1967, La leyenda del indomable, es una verdadera mina de metáforas cristianas.

En el año 2007, Don Pearce, el escritor tanto de la novela como del maravilloso guión para esta película, aún vivía y escribía en Fort Lauderdale, Florida. Habiendo abandonado su casa teniendo tan sólo quince años de edad, la vida personal del autor es una rica fuente de historias para la película. Pearce mintió acerca de su edad cuando se unió al ejército en 1944; se ausentó con permiso porque era un rebelde en contra de las normas innecesarias; y pasó tiempo en la prisión militar antes de que su madre interviniera e informara finalmente al ejército de su edad real. Entonces, expulsado del ejército, Pearce se unió a la marina mercante y viajó por el mundo, sólo para ser tomado prisionero en Francia ¡por la falsificación de moneda en el mercado negro! Escapando de las celdas de la prisión, fraudulentamente logra volver a América en donde empieza una nueva carrera en el robo. Hecho prisionero a los veinte años por robar cajas fuertes, tuvo que servir dos años en el Departamento Correccional de Prisioneros Encadenados, del Estado de Florida. Finalmente, en aquellos ocho años, este joven experimentó más de la vida de lo que muchos se atreverían a hacer ¡en 800! Habiendo abandonado previamente la escritura, y ya siendo un hombre mucho mayor, había tomado de nuevo la pluma. En aquellos años de intervalo, tuvo una oficina en donde yo solía vivir, en Dania Beech, desde la cual arrestaba asesinos fugitivos de las Carolinas y predicadores de los que se paraban afuera de locales comerciales, quienes en sus ratos libres trabajaban en el comercio de drogas. ¡A menudo me pregunto si algunos de estos últimos no estarán operando todavía en ese mismo negocio en el condado de Broward hoy en día!

Les digo todo esto porque Don Pearce no es un autor que tenga éxito a nivel financiero. Está luchando por ocuparse de su esposa enferma y por encontrar dinero extra para las facturas médicas. Con toda seguridad que se siente como Sísifo, amarrado a una eternidad de frustración empujando cuesta arriba para siempre una piedra enorme, sin alcanzar nunca la cima. Ben Alsup, al escribir en la revista Esquire después de una entrevista con Pearce en el año 2005, dice que Don Pearce le contó una historia muy particular:

“Un hombre, golpeado y sangrante, se arrastra tras una pistola. Cada vez que está a punto de agarrarla, otro hombre la patea en el camino y la aleja un poco más, manteniéndola así justo fuera de su alcance. El pateador sostiene su propia arma. Y el que se arrastra sabe que si no llega nunca a alcanzar la pistola tras la que va, el pateador lo va a matar de un tiro. El pateador también sabe esto. Sin embargo, continúan así por el camino. El que se arrastra, se sigue arrastrando, y el que patea sigue pateando, y el camino nunca se acaba”.

Amigos, bajo este sol, hay una aparente futilidad en el círculo de la vida; hay una aparente falta de propósito para todo nuestro peregrinaje. Si eso indigna a algunos de ustedes, entonces es que o son demasiado jóvenes, o están demasiado aislados para saber la verdad que hay en ello. La primera condición es excusable y pasará con el tiempo; la segunda, no obstante, es un estado de locura elegida, y la iglesia está llena de personas así.

En esta noche les digo tres cosas: primera, disfruten su peregrinaje, disfruten el día, la noche, la paz, la lucha, los días calurosos, y la cometa sostenida por el viento. ¡Disfruten la vida!

Segunda, ¡disfruten su historia! Considérense como un personaje dentro de las páginas de un libro en el que tienen un inicio, un punto medio y un fin, y con todo ello, un desarrollo. Disfruten ser quienes son y disfruten convertiéndose en lo que puedan llegar a ser. ¡Disfruten la vida!

Tercero, y no obstante por encima de todo, sepan que esta historia, bajo este sol presente, está terriblemente contaminada. Está marcada con una maldición y una inutilidad, está manchada con la pérdida, está llena de encrucijadas, que bien pueden seguir, o ser obligados a seguir. En medio de una creación que gime, que se quiebra y se hace pedazos, los finales felices son raros, y honestamente, así es que será. Entonces, cada vez que puedan, ¡disfruten la vida!

Verán, “lo que tenemos aquí es una falla en la comunicación”. La iglesia bajo este cielo presente, es la culpable. Absoluta y totalmente culpable de vender aceite de víbora a las masas. Culpable de prometer el cielo en la tierra. Culpable de prometer días mejores con un pequeño diezmo semanal. “Sí, señores, sólo vengan, siéntense, cállense y paguen, y ¡todo estará bien de este lado del cielo!”. Ahora les digo, esta venta de aceite de víbora de días mejores bajo el sol por una pequeña suma, no es cristianismo y ¡es una mentira detestable!

Para que encuentren esperanza al principio, en el medio y al final de su historia, para que encuentren verdadera esperanza al final de cada día difícil que tengan debajo de este sol actual, deben volver su mente hacia pensamientos fantásticos. Sí, esta noche y cada noche, deben dirigir su corazón hacia los sueños maravillosos más profundos. En esta noche deben ir más allá de las fronteras exteriores y restrictivas de las posibilidades humanas, y cruzar el portal del mundo infantil de las hadas, ¡para entrar a la imposibilidad humana flagrante y sorprendente! En esta noche deben volar, como Peter Pan, hacia mundos desconocidos, incluso mundos futuros, mundos que un día, como hace mucho, mucho tiempo, una vez más vuelvan pedazos las fronteras dimensionales del espacio y del tiempo, y brillen de nuevo en nuestros cielos cambiados para siempre e iluminados por las estrellas. Porque amigos, en medio de las frustraciones del largo camino en el que nos encontramos, el verdadero cristianismo será un sueño aún por realizar, incluso un misterio desnudo que aún debe hacer crecer sus pechos llenos de plenitud. No olviden en esta noche que en nuestra historia cristiana, lo mejor siempre está por venir; sí, lo mejor es siempre “leche y miel el día de mañana, con corderos saltarines, y mermelada”. Mañana, tanto como puedan, disfruten su vida bajo este sol actual, pero esperen frustraciones hasta que el cielo venga.

Medita: “Now I saw a new heaven and a new earth, for the first heaven and the first earth had passed away. Also there was no more sea. Then I, John, saw the holy city, New Jerusalem, coming down out of heaven from God, prepared as a bride adorned for her husband. And I heard a loud voice from heaven saying, ‘Behold, the tabernacle of God is with men, and He will dwell with them, and they shall be His people. God Himself will be with them and be their God. And God will wipe away every tear from their eyes; there shall be no more death, nor sorrow, nor crying. There shall be no more pain, for the former things have passed away.’ Then He who sat on the throne said, ‘Behold, I make all things new.’ And He said to me, ‘Write, for these words are true and faithful.’ And He said to me, ‘It is done! I am the Alpha and the Omega, the Beginning and the End. I will give of the fountain of the water of life freely to him who thirsts. He who overcomes shall inherit all things, and I will be his God and he shall be My son. But the cowardly, unbelieving, abominable, murderers, sexually immoral, sorcerers, idolaters, and all liars shall have their part in the lake which burns with fire and brimstone, which is the second death.’” NKJV

Ora: Señor, ayúdame en esta noche a ver más allá de las fronteras; te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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