Friday, October 7, 2011

Oct | 07 | Viendo y navegando

Palabra para meditar – FUTURO

Números 11:29-30
“Pero Moisés le respondió: ¿Estás celoso por mí? ¡Cómo quisiera que todo el pueblo del SEÑOR profetizara, y que el SEÑOR pusiera su Espíritu en todos ellos! Entonces Moisés y los ancianos regresaron al campamento”.

Viendo y navegando

Del mismo modo en que no creen que la meditación de anoche fue un llamado a simplemente “comer, beber y ser felices, porque mañana moriremos”, en esta noche deseo revelarles ¡el poder increíble que tenemos sobre el futuro! Sí, nos encontramos bajo la maldición de la caída del hombre; sí, tendremos que morir y sí, tendremos pocas posibilidades de escoger la manera en la que partiremos, pero tal vez, y sólo tal vez, tengamos alguna posibilidad. Me pregunto si en los parámetros de la vida y de la muerte tendremos nosotros realmente alguna posibilidad de decidir frente a nuestro futuro. Permítanme desempacar todo esto, comenzando hace mucho tiempo en mis años de escuela preparatoria; realmente es un tipo de escuela desaparecida ya hace mucho tiempo y que le hizo tanto bien a mi país: Una escuela de gramática.

Nunca fui un buen estudiante. Mi principal problema era en realidad doble: primero, honestamente no tenía la menor idea de cómo estudiar; y segundo, ¡no tenía la menor motivación para hacerlo! Efectivamente, uno de mis informes escolares decía entre líneas algo como que “me sentía contento dejando que las cosas pasaran”, y que “tenía un punto de vista extremadamente optimista frente a mi futuro”. Por supuesto, ambas apreciaciones estaban equivocadas. La realidad era que yo era un esclavo del futuro, y que no tenía ni la más mínima idea de que, desde una perspectiva humana, tenía en mis propias manos el poder de manipular mi futuro. Sí, tenía la capacidad de hacer cambios en mi propia historia cronológica; sí, tenía los medios para, hasta cierto punto, ajustar la agenda de mi vida y para convertirme en el héroe de mi propia historia pero, en realidad, ¡no lo entendía! ¡Aquí no hay vuelta de hoja, amigo! No hay gato por liebre en las palabras... no. Lo que les estoy diciendo es absolutamente cierto. Ustedes tienen poder sobre su futuro. ¡Imagínense eso!

En el año 2007, Nicolas Cage protagonizó una película llamada Next, la historia de un hombre que veía lo que iba a pasar dentro de los siguientes dos minutos en su futuro, y cuyo don fue perseguido, capturado y posteriormente utilizado para salvar al mundo. Realmente es lo mismo de siempre; sin embargo, el eslogan y la afirmación hecha por el personaje principal al inicio y al final de la película, realmente captaron mi atención. El eslogan para la película Next es, “Si puedes ver el futuro, puedes salvarlo”, y la afirmación que el hace al final de la película dice: “He aquí el problema con el futuro: cada vez que lo ves, cambia, ¡porque lo viste! Y eso cambia todo lo demás”.

Algunos de nosotros ignoramos esta capacidad que tenemos de poder moldear nuestro futuro. Algunos de nosotros tenemos miedo de esta capacidad de moldear nuestro futuro, porque no queremos frustrar los planes de Dios. ¡Como si pudiéramos! A la inversa, en el caso de aquellos que son conscientes de esta capacidad, algunos están cansados de moldear su propio futuro porque el intento ha resultado muy costoso, muy agotador y muy decepcionante. Están tan cansados, de hecho, que permiten que los vientos del tiempo los arrastren adonde quieran. Finalmente, estamos aquellos de nosotros que nos olvidamos de este poder para moldear nuestro futuro, porque nos hemos encerrado en el futuro de alguien más, nos hemos vuelto pasivos, tímidos, mansos, flojos, para jamás volver a ser los mismos.

No obstante, el deseo de Moisés, el hombre de Dios, era que todos los del pueblo de Dios pudieran ser profetas, pudieran ser ‘visionarios’, si lo prefieren. En realidad, quiero decir en esta noche que Dios no lo desea, sino que más bien exige que seas un visionario en tu propia vida. En esta noche no te invito a que te conviertas solamente en el capitán de tu propio barco, sino que te invito a que te conviertas en el capitán de tu propio barco, bajo el mando del Primer Gran Señor del Mar, ¡el mismísimo Cristo Jesús! Sometido a Él, sirviéndole a Él y bajo Sus órdenes de navegación, sí; pero tú, tú viendo y ¡tú navegando!

Basta de este enfoque cobarde, olvidadizo, temeroso y pasivo frente al futuro de tu propia vida preciosa. En esta noche, sueña con tus mañanas. ¡Sueña en grande! Luego, cada día por venir, en toda justicia, contempla el futuro agradable que tienes y haz algunos cambios en tu rumbo, de modo que puedas alcanzarlo.

“Puente de mando...¡Todos a estribor!”

Medita: “Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes. Ama al SEÑOR tu Dios, obedécelo y sé fiel a él, porque de él depende tu vida, y por él vivirás mucho tiempo en el territorio que juró dar a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.” Deuteronomio 30:19-20

Ora: Sí, Señor, dame la fortaleza para alargar el alcance de mi visión, y la fortaleza para tripular mis veleros y mantenerme en el rumbo correcto. Estoy bajo Tus órdenes de navegación, oh Señor, y estoy navegando. Amén.

No comments:

Post a Comment