Friday, February 1, 2013

Feb | 01 | Elecciones duras y difíciles

DISCIERNE

Josué 2:4-5
Pero la mujer, que ya había escondido a los espías, le respondió al rey: “Es cierto que unos hombres vinieron a mi casa, pero no sé quiénes eran ni de dónde venían. Salieron cuando empezó a oscurecer, a la hora de cerrar las puertas de la ciudad, y no sé a dónde se fueron. Vayan tras ellos; tal vez les den alcance”.

Elecciones duras y difíciles


En su mayoría, los Cristianos detestan el color gris. El blanco y el negro son nuestros colores de elección y nos sentimos totalmente confundidos cuando este banco de neblina difusa, de diferenciación y delimitación poco clara, cae sobre nosotros. La elección parece mucho más difícil cuando las líneas que separan lo correcto de lo incorrecto no se ven con claridad ¿no es cierto? Sí, nosotros los Cristianos detestamos el color gris.

Un testimonio de esto se ve en las idas y vueltas sobre la mentira de Rahab, la ramera redimida de Jericó, y mientras nos enfadamos por una mentira tan evidente, y esto es lo que este versículo indica con claridad, nuestro enemigo nos lleva desconcertados y aturdidos a través de la neblina de la confusión hacia rocas de gran malestar. No señor, el gris definitivamente no es nuestro color preferido.

Calvin Miller, en su libro Un Réquiem para el Amor, habla sobre la difícil elección de Adán el primer hombre caído, entre estar con su Dios amado o con su esposa, también muy amada, pero caída. Miller dice: “La suya fue la necesidad de elegir cuando cualquier elección era incorrecta: Si no comía, ella moriría sola en la desolación y si lo hacía, rompería el corazón de Su creador”.

Quizá hoy (y si no es hoy será mañana), tú también te encontrarás ‘vestido de gris’, teniendo que elegir “cuando todas las elecciones parecen incorrectas”. Ten la seguridad de que esto pasará, es sólo cuestión de tiempo. Cuando te encuentres en esa situación, mi consejo se divide en tres:

Primero, si es posible, aguarda. Aguarda para ver si la niebla se disipa y el camino que tienes por delante se ve claro. Confía en que Dios te ayudará. Él siempre lo hace.

Segundo, obedece. Si el mandato de Dios está claro en tu corazón, elige obedecer aunque sea algo doloroso. Confía en que Dios te ayudará. Él siempre lo hace.

Por último, si no puedes esperar, o si el mandato de Dios no te parece claro, entonces elige lo mejor de lo que tienes delante de ti, aun si no es algo muy bueno. Confía en que Dios te ayudará. ¡Él siempre lo hace!

Reflexiona: Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes. Deuteronomio 30:19

Ora: Ayúdame, Señor, para navegar victorioso en mis días grises. Señor Jesús, sé mi centro, sé mi vida, sé mi corazón…Amén.

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