Monday, February 11, 2013

Feb | 11 | Batallas sutiles y fantásticas

ANÍMATE

Proverbios 17:22
Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos.

Batallas sutiles y fantásticas

Los grises y difíciles días del invierno. Una discusión con mi esposa que no tiene fin. Los haraganes comportándose como tales, mientras las demandas del día me acechan con tanto trabajo ¡que no sé bien si ando a pie o a caballo! Confrontación. Lluvia. Gente sin esperanza. Embotellamientos de tránsito. Luces rojas. Traición. Insensatez. Cristianos incrédulos que no parecen cristianos, y el grande y terrible taladro que usa el dentista. (En realidad, ¡no sé cuál de estos dos últimos es peor!) Esta es sólo una pequeña lista de las cosas que se enganchan en mi alma y la llenan de pesar, trayéndome aflicción y succionando la vida fuera de mí.

“¿Por qué no regresas a la cama? Razones para estar alegre (3ª Parte)”. Así comienza una famosa canción del poeta y cantante, Ian Dury. (A propósito, su grupo “The Blockheads”, ¡todavía realiza giras!). Me gusta la canción y me gusta lo que dice porque muchas veces tenemos que darnos ánimo, contar nuestras bendiciones y, al hacer esto, recordarnos a nosotros mismos sobre la bondad de nuestro Dios hacia nosotros.

Dury quedó lisiado por un ataque de polio a una edad muy temprana y realizaba giras al mismo tiempo que estaba muriendo por un cáncer de colon, sin embargo, se apoyaba en las cosas disparatadas y tontas de la vida que lo hacían reír para lograr levantarse de la cama. En su canto nos da algo más que una lista corta y graciosa de cosas. Nos dice que todas las promesas de Dios son, sí y “así se hará”, en Cristo Jesús. ¡Imagínense! ¡Todas las promesas de Dios son nuestras!

Ahora, es excelente saber eso, pero la verdad es que no es suficiente. Me doy cuenta que hay otras tres cosas muy prácticas que debemos hacer para alcanzar estas grandes verdades, estas promesas tan profundas:

Primero, debo evitar en cuanto sea posible, todas esas cosas que sé que me afectan en forma negativa, y si no puedo evitarlas, entonces debo estar preparado para enfrentarlas y superarlas.
Segundo, debo ser muy proactivo al recordar, regocijarme y aplicar esas promesas que son “¡Sí y Amén en Cristo Jesús!” Esto es sumamente importante: Entender y aprender cómo aplicar las promesas personalmente.

Por último, debo exponerme a esas cosas que traen vida y ánimo a mi alma. Las soluciones rápidas y poco saludables como el chocolate, el vino o la cafeína, al final sólo te hacen sentirte peor, mi amigo, ¡así que trata de no irte por los caminos fáciles!

¿Puedo animarlos para que se preparen para cuidar su corazón este día? Porque de él salen todas las cuestiones de la vida. Después de todo, tenemos razones eternas y gloriosas para estar alegres; así pues, comiencen a pensar y, luego, comiencen a pelear contra el enemigo, ¡con estas sutiles y fantásticas batallas!

Reflexiona: “El corazón entendido va tras el conocimiento; la boca de los necios se nutre de tonterías. Para el afligido todos los días son malos; para el que es feliz siempre es día de fiesta.” Proverbios 15:14-15

Ora: Mi querido Jesús, ayúdame y enséñame a cuidar de mi viña. ¡Amén! (Cantares 1:6)

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