Tuesday, February 12, 2013

Feb | 12 | Sobre sandalias sonrientes y escándalos tsunámicos

PREPÁRATE

Juan 16:33
“Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.”

Sobre sandalias sonrientes y escándalos tsunámicos

Nuestro versículo y tema de hoy es de Juan 16:33 y trata sobre los redimidos y bendecidos hijos de Dios que en este mundo encontrarán aflicción, angustia, cargas, persecución, problemas y tribulaciones. No es un tema muy alegre, no obstante, es uno bastante recurrente en la Biblia.

En realidad, el primer lugar donde Jesús utiliza la palabra ‘aflicción’ es en Mateo 13:21, que dice: “pero como no tiene raíz, dura poco tiempo. Cuando surgen aflicciones o persecución a causa de la palabra, enseguida tropieza.” Aquí, al explicar la parábola del sembrador a Sus discípulos, pareciera que tal aflicción, tal presión agobiante literalmente sigue a la Palabra. Y la verdad es que ¡esta clase de presión agobiante llega y es aplicada sobre nosotros debido a la Palabra! ¡Pareciera que cuando la Palabra llega trae consigo tal desafío, tal cambio, una agitación tan grande en los lugares celestiales, que la oscuridad no puede permanecer en ella y así se vuelve hacia la persona donde la Palabra ha sido sembrada y la ataca ferozmente de cualquier forma que puede, poniendo cargas y presionando sobre ese espíritu que ha recibido tal revelación, con el propósito de doblegarlo, incapacitarlo y hacerlo tropezar y caer en el camino, ¡para que se rinda y muera!

La palabra que Jesús utiliza en esta parábola para prevenirnos de no tropezar es la palabra griega de la cual deriva la inglesa ‘scandal’ (escándalo). En el contexto, Jesús dice “¡la aflicción, la ‘presión agobiante’ de la que les hablo, provocará escándalos en algunas personas! ¡Esperen aflicción, esperen presión agobiante, porque la oscuridad tratará de acabar con ustedes! ¡Acepten esto, hagan las paces con esto; sucederá en el mundo, ustedes sufrirán una presión agobiante! ¡Sin embargo sean cuidadosos, porque dicha ‘presión agobiante’ puede hacer que caigan y se derrumben y ocasionen un escándalo de proporciones tsunámicas!” “El problema” dice Jesús, “es que la Palabra no ha encontrado raíces en ustedes o entre ustedes y, en consecuencia, ustedes no tienen raíces en ustedes mismos”.

Así pues, la respuesta para nosotros, ahora que sabemos cómo no derrumbarnos bajo tan terrible presión agobiante y cómo no producir un escándalo de proporciones tsunámicas, tanto en nosotros como a nuestro alrededor, es obvia: ¡Debemos echar raíces! ¡Debemos cavar profundo! ¡Debemos encontrar la tierra fértil y perforar la tierra para llegar a las profundidades ricas en humedad, tanto de nuestro espíritu como del de Él!

Tenemos trabajo que hacer aquí, amigos, porque les digo, ¡no se trata solamente de que nosotros leamos la Palabra! No, ¡se trata de que nosotros la leamos y de que nos cambie! No se trata solamente de que memoricemos la Palabra, ¡se trata de apropiarnos de ella y hacerla nuestra! ¡Se trata de llevarla a la práctica, se trata de hacerla, obedecerla, y vivirla!
Entonces amigos, ¿cómo enfrentamos una presión agobiante y persistente y que además ha sido profetizada? porque la Palabra dice: “afrontarán aflicción” y también: “me seguirá a Mí”. Entonces, ¿cómo enfrentamos esa presión agobiante y persistente? Bueno, la Palabra misma lo dice: “Tengan paz en Mí” y “no se preocupen, todo estará bien en el final”, dice “¡Anímense!” ¿Qué? ¿Animarme? Estás bromeando ¿verdad?

A la luz de una presión tan agobiante, y de la posibilidad de un escándalo de proporciones tsunámicas, Jesús dice “¡estén de buen ánimo!” Ahora, este ‘buen ánimo’ sobre el que habla no es una orden para convertirnos en un bobo que calza sandalias, que habla positivo, y que sonríe cuando se encuentra frente a frente con un ataque del enemigo. ¡No! El verbo aquí significa más que eso, es algo para guerreros. Dice “¡frente a una presión tan agobiante y persistente echen raíces y sigan adelante! La Palabra dice: “No te acobardes hijo mío, sino más bien ¡grita en victoria! ¡Sé atrevido, sé arriesgado y sé valeroso! ¡Sé de la clase de los que tienen buen ánimo!” Esta pequeña frase es un llamado resonante al valor y a la fortaleza de ánimo frente a la batalla y la presión abrumadora. Literalmente, es un llamado para ser un vencedor luchador y victorioso.

Así que ¿qué desafíos y ataques enfrentan hoy? Queridos amigos, permanezcan firmes en la gracia de Dios, profundamente arraigados y cimentados en la Palabra de Dios y que esta Palabra también tenga raíces profundas en ustedes. ¡Sean valientes! ¡sean fuertes! y ¡sean más que vencedores! ¡Que ustedes puedan ser siempre llamados Victoriosos! ¡Profundicen en la Palabra! ¡y que la Palabra también penetre en ustedes hasta lo más profundo! Porque, “ser de buen ánimo” significa ¡pelear y ganar!

Reflexiona: “Les escribo a ustedes, jóvenes, porque han vencido al maligno.” 1ª Juan 2:13b,

Ora: Cordero de Dios, conquístame. Llévame a lo profundo de Ti. Límpiame de mi pecado, libérame de mi superficialidad y ayúdame a estar firme, con mis raíces a todo lo ancho y hacia lo más profundo en Ti, Padre. Que pueda yo echar raíces hacia lo ancho y hasta lo más profundo en Ti. Te lo pido en el nombre de Jesús. ¡Amén!


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