1 Crónicas 16:25-27
Porque el Señor es grande, y digno de toda alabanza; ¡más temible que todos los dioses! Nada son los dioses de los pueblos, pero el Señor fue quien hizo los cielos; esplendor y majestad hay en Su presencia; poder y alegría hay en Su santuario.
El sonido de la bacinilla
La Gran Guerra (1914-1918) devastó a Gran Bretaña y a Francia. La pérdida de vidas en una masacre industrial y sin ceremonia fue abrumadora y más tarde, fue remarcada en cada ciudad, pueblo o villa, mediante monumentos conmemorativos donde figuran la multitud de nombres de los muertos. Ninguno de estos dos países quería jamás otra Guerra Europea.

Hay dos duras lecciones que debemos aprender de aquí. Estas lecciones no sólo se aplican a nivel nacional sino también a nivel individual; no sólo son pertinentes a nivel material sino también espiritual. Recuerden entonces primeramente, que esos que persiguen una conquista sangrienta nunca están en paz hasta que no la llevan a cabo. ¡Nunca! Segundo, que no hay paz sin rectitud.
Los guerreros fatigados y tratando de recuperarse deben tomar nota de esto. Conociendo nuestro deseo de paz y nuestra necesidad de descanso y espacio, el diablo vendrá y hablará una seductora paz para nosotros, incluso intentará hacer pactos de paz con nosotros. Estoy personalmente familiarizado con los ofrecimientos del enemigo: “retrocede y te dejaré tranquilo”. Aunque sea siempre tan sutil, aunque el ofrecimiento de retirada sea como nunca tentador, permitámonos recordar las lecciones de la historia y busquemos la rectitud, no dándole lugar al diablo. En ocasiones me pregunto ¡si la paz del mundo depende de la honorable toma de posiciones de los a menudo, cansados y gastados guerreros! Amigos, nunca se dejen engañar por los ofrecimientos del diablo, ni piensen que al aceptarlos tendrán un sueño agradable y tranquilo. Cuando el diablo habla de paz ¡no desmayen sino síganlo resistiendo! Porque todo lo que están escuchando, en realidad, no es más que el sonido de su orina deslizándose por los lados de una bacinilla, y francamente, ¡eso es exactamente lo que valen sus palabras: Una vasija con pis! Nunca olviden eso.
Reflexiona: “Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos. Y después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables. A Él sea el poder por los siglos de los siglos. Amén.” 1ª Pedro 5:8-11
Ora: Señor, danos Tu paz. Ayúdanos a estar tranquilos e incluso a dormir bien aun ante mares rugientes, sabiendo que somos acunados en la hamaca de Tu gran rectitud y poder. Permite que la rectitud y la paz sean, por siempre, mis compañeros de cama cuando esté cansado y desgastado. Amén.
