Friday, September 2, 2011

Sep | 02 | La puesta del sol

Palabra para meditar– LIMPIO

Efesios 4:26-27
“Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo.”

La puesta del sol

Saltando de la meditación de anoche, permítanme en esta noche tomar el ‘trampolín fuera de contexto’ y lanzarme derecho al Lago Extrapolación, ¿sí? Recuerdan que en el Evangelio según San Mateo dice: “Guarda tu espada, le dijo Jesús…’” Mateo 26:52. ¿Si? Bueno, aquí vamos entonces. Verán, Jesús dice, muy sencillamente, guarda tu espada en su vaina. Asegúrense, cada uno de ustedes, de ser quienes tengan su espada en su vaina. Asegúrense de que cada uno de ustedes tenga el control de su cuerpo. En este lago de la Extrapolación más bien vasto, simplemente devuélvanse con una patada y naden aquí conmigo, ¿sí?

El problema que todos tenemos es que a veces algunas de las partes de nuestra vaina son ocupadas y utilizadas por el enemigo. El texto para esta noche es muy honesto al decir que está bien que nos molestemos, pero que es peligroso, y especialmente peligroso, que permanezcamos en ese estado después de que el sol se pone. La ira es una emoción que surge en nuestro interior y a menudo está relacionada con la indignación justa. La indignación en el espíritu hace que surja ira en el alma. Eso está bien, pero cuando sucede, la vaina se abre más de lo que podría ser seguro. La ira que se queda en el alma, se manifiesta en el cuerpo. La ira que se queda en el alma puede convertirse, y a menudo lo hace, en un tóxico e incluso, venenoso. La ira que no se maneja, que se deja en el alma, ocasiona una especie de ocupación en el cuerpo por parte de un veneno tóxico, y la presencia eventual de la oscuridad.

¡Desahóguenla, desángrenla, vomítenla! Hagan las paces con la persona o el problema, incluso aunque esta paz con la persona o el problema sólo pueda construirse en el reino espiritual. ¡Háganlo! Vacíen su vaina, porque si no lo hacen, entonces le estarán entregando su vaina al diablo.

Dios nos da días para vivir. Cada día tiene suficiente con el mal que viene en contra nuestra y con la fortaleza que recibimos para combatirlo. Dios nos da días para vivir, crepúsculos para tratar con nuestras situaciones y ocasos brillantes para incinerar nuestras toxinas sépticas interiores. Dios nos concede puestas de sol para hacer la tarea de vaciar la vaina de todos los venenos y toxinas del día.

La mayoría de las personas saludables, al final del día evacúan sus residuos. De la misma manera, debemos también evacuar emocionalmente nuestros residuos espirituales. Si no lo hacemos, la mala salud y todas las posesiones manifiestas de la oscuridad se harán evidentes.
Eso es algo digno de consideración en esta noche y de práctica en todas las futuras puestas de sol. Que la plenitud y la luz llenen nuestros templos. Que nuestra alma y nuestro espíritu llenen plenamente nuestras vainas, no sea que algunos inquilinos ilegales se muden.

Medita: “Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos, buscando descanso sin encontrarlo. Entonces dice: Volveré a la casa de donde salí. Cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada. Luego va y trae a otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado postrero de aquella persona resulta peor que el primero. Así le pasará también a esta generación malvada.” Mateo 12:43-45

Ora: Señor, en esta noche, con cada exhalación de mi aliento, libero todas las heridas del día. Señor, con cada exhalación de mi aliento, respiro perdón para aquellos que me han hecho daño. Señor, con cada inhalación de mi aliento, aspiro Tu consuelo y Tu gran perdón. ¡Gracias, Señor! Amén



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