Friday, July 8, 2011

Jul | 08 | Levadura verdadera para el pan de la victoria

Palabra para meditar – INSPIRACIÓN

Apocalipsis 1:17c, 18
“No tengas miedo. Yo soy el Primero y el Último, y el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del infierno.”

Levadura verdadera para el pan de la victoria

Durante el verano de 1942 los Aliados enfrentaban problemas en toda Europa. El ataque alemán denominado “Operación Barbarroja” había empujado a los rusos hacia lo profundo de su territorio y gran parte de Europa occidental parecía estar bajo el control total de los nazis. En la batalla del Atlántico, los submarinos alemanes estaban teniendo un gran efecto en las líneas de suministro a Gran Bretaña, y la guerra que se libraba en el desierto norafricano se escurría entre las manos de los Aliados igual que su seca arena. De hecho, si el Afrika Korps de Rommel hubiese llegado al canal de Suez, las líneas de suministro de los Aliados se hubiesen visto enormemente afectadas. El golpe psicológico y real de que los nazis tomaran el Canal de Suez hubiera sido incalculable, principalmente porque esto les hubiese dado casi libre acceso a todo el petróleo de Medio Oriente.

Entonces, el atascadero que era la batalla de El-Alamein representaba la última oportunidad para los Aliados en África del Norte. Aunque el jefe de las fuerzas alemanas en tierra, el Mariscal de Campo Rommel, era muy respetado, (incluso por las fuerzas aliadas) el comandante de los propios aliados, Auchinleck, ¡no tenía ese mismo respeto! Además de esto, a esas alturas de la guerra, Winston Churchill, que todavía no podía acreditarse ni una sola victoria, enfrentaba el peligro de un voto de “no confianza” en el Parlamento Británico. Entonces sustituyeron rápidamente a Auchinleck por un jefe probado y popular – bueno, ¡al menos popular entre las tropas, si no entre sus iguales! Se decía que el nuevo general era: “¡Tan rápido y casi tan agradable como un hurón!” Sin embargo, al garantizar la cooperación de todas las armas bajo su mando incluida la fuerza aérea, además de tener un respaldo logístico de primera clase y dar órdenes claras y bien definidas, ‘el hurón’ logró engendrar una alta moral ¡la cual fue la fuerza que logró cambiar el curso de la guerra! Justo antes de la batalla de El-Alamein, se reunió en privado con sus oficiales al mando y los alentó y motivó diciéndoles:

Aquí nos quedaremos y aquí lucharemos

No habrá más retiradas. ¡Tengo órdenes de que todos los planes e instrucciones en relación a futuras retiradas sean quemados inmediatamente!

El punto importante a tener en cuenta es que vamos a acabar con este tipo Rommel de una vez y por todas. Va a ser muy fácil, no hay duda de ello; él es definitivamente un fastidio. Por lo tanto lo golpearemos y lo acabaremos.

“Monty” – Primer Vizconde Montgomery de El-Alamein
Si se es un líder, entonces la comunicación, la organización, la coordinación y la claridad de objetivos son vitales para alcanzar cualquier victoria. Sin embargo, todos estos ingredientes vitales para la victoria serían como tratar de hornear pan sin levadura si no tenemos la habilidad de inspirar la confianza en el logro de ese objetivo. El Hurón tuvo la habilidad de inyectar la levadura de la inspiración en sus oficiales al mando y en sus tropas, y eso, amigos míos ¡cambió completamente las cosas! En verdad, se dice que desde que Monty tomó el mando del 8º Ejército, las “Ratas del Desierto”, casi no hubo enfermedades ni ningún tipo de ausentismo. ¡Imaginense!

El último libro de la Biblia, el Apocalipsis, que es la revelación de Jesucristo, es la levadura que hace el pan de la vida. La victoria de Cristo, Su Majestuoso Señorío, ¡Su todopoderosa capacidad de vencer queda clara y sobrecogedoramente de manifiesto ante nuestros asombrados oídos y nuestras abiertas bocas! Así que si tienen necesidad de inspiración esta noche, inspiración mañana y el día siguiente, entonces lean el libro del Apocalipsis y una vez que lo hayan hecho ¡léanlo de nuevo! Pues sin esta levadura de inspiración, ¡no podremos levantarnos en nuestras vidas!

Reflexiona: “El ángel me dijo: Estas palabras son verdaderas y dignas de confianza. El Señor, el Dios que inspira a los profetas, ha enviado a su ángel para mostrar a sus siervos lo que tiene que suceder sin demora. ¡Miren que vengo pronto! Dichoso el que cumple las palabras del mensaje profético de este libro.” Apocalipsis 22:6-7

Ora: Señor, ¡“amasé” la inspiración esta noche! Ahora, enséñame como deleitarme en Tu majestuosa grandeza, pues es en Tu magnífico nombre que te lo pido, Amén.

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