Sunday, July 17, 2011

Jul | 17 | La poderosa montaña de la autoridad moral

Palabra para meditar – ASCENDER

Génesis 17:1
“Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso. Vive en mi presencia y sé intachable.”

La poderosa montaña de la autoridad moral

En el año 2004 y a la edad de 95 años, solamente cuatro semanas antes de su muerte, Alistair Cooke, después de escribir por 58 años “Carta desde América” el programa radial de entrevistas que haya salido al aire por más tiempo, le dio los toques finales a la carta número 2869, mientras yacía incorporado por almohadas y muriendo de cáncer en los huesos, en el mismo apartamento en Nueva York en el que había vivido por 50 años.

Cooke, en su carta final, hace referencia al Lewinskianamente caído presidente Bill Clinton, señalando que: “En general, la preocupación y el temor de más de 12 años acerca de las intenciones de Saddam, nunca dejó de acechar a la Casa Blanca (el temor de un ataque sorpresivo de Saddam y del estallido de una guerra general en el Medio Oriente o la muerte del estado de Israel). Al presidente Clinton le inquietaba este problema tanto como a todos y tenía planes de ir a Iraq para asegurar que habría, por su propia cuenta si fuere necesario, “graves consecuencias”, cuando de repente la Señorita Lewinsky se convirtió en una figura del destino, al igual que Madame Waleska, la amante de Napoleón. Cuando Clinton ya estaba listo para movilizar una fuerza aliada o Norteamericana, ya no tenía la autoridad moral para invadir a Long Island”.

Con respecto al necesario y saludable tema de la “autoridad moral”, encontré la siguiente definición en internet. Aquí les va: “Autoridad moral es tener la credibilidad personal, con el grupo a quien tienes como observante, que hace que tus palabras sean persuasivas para ellos. La autoridad moral se logra cuando tu grupo percibe que tú tienes estas dos cualidades: integridad y compasión”. Me gusta eso. ¿Saben? la verdadera magnificencia de una poderosa “autoridad moral” no lleva las marcas de un pomposo grupo religioso que ejerce presión, sino más bien ¡lleva las marcas de Cristo! Las marcas del gran Pastor de las ovejas: La frente ensangrentada, la cara abofeteada por las palabras de verdad rechazadas, sus manos y pies traspasados y rotos. Todas estas cicatrices han sido recibidas por los discípulos de Cristo, principalmente al ser fieles al Maestro y a Su mensaje. En todas estas pruebas, estos discípulos lastimados mostraron siempre un cuidado y una amabilidad que se expresaba en términos de compasión hacia las personas que ellos estaban dirigiendo. Sí amigos, es de la integridad y la compasión, estas dos cosas, de donde provendrá el poder de la “autoridad moral”.

Sí, un líder debe poseer autoridad moral. Debe irradiar imparcialidad con respecto a la justicia en amor, provisión de bienes, protección a las ovejas y sentido práctico al dirigir a otros, y sí, esto debe mostrarse hacia todos los que está guiando. Si estas cosas se llevan a cabo, con integridad y compasión, surgirán líderes con la credibilidad necesaria para establecer tanto el paso como la dirección del cambio. Porque tal amplia diversidad en la justicia será un indicio de compasión, y tal ardua persistencia en la misma dirección, a pesar de la persecución y el sufrimiento, será un indicio de verdadera integridad. Yo les digo que si ustedes pueden lograr el difícil ascenso hasta la cima de la montaña de la autoridad moral, entonces la tierra con todo lo que en ella hay, será suya.

Alistair Cook tuvo muchos amigos, y dos de ellos fueron Humphrey Bogart y Lauren Bacall. Mientras viajaban en un tren, Alistair entró repentinamente al vagón de estos y les preguntó “¿No fue Cristo el que dijo “Sean perfectos”?”. Como hombre brillante y culto, hijo de un Ministro Metodista, Cooke debe haber sabido la respuesta a esa pregunta. Sospecho que sí, y también que esta fue una pregunta relevante en la que tanto Bogart como Bacall meditarían y considerarían.

Como en esta noche muchos de ustedes son líderes, también conocen la respuesta a esa pregunta pero por alguna razón han fracasado en la escabrosa escalada de la montaña de la autoridad moral. A no ser que comiencen a subir esa montaña, no podrán guiar a su gente hasta la tierra prometida. Sí, si ese avión de la compasión imparcial y la integridad persistente levanta el vuelo y tú no estás en él, lo lamentarás. Quizás no hoy, ni mañana, pero sucederá pronto y lo lamentarás por el resto de tu vida. Nunca dejes de ser imparcial, o dejes de lado la compasión o la integridad. ¡Ah! y si has llegado a la cima de la montaña, ¡no arriesgues todo por una Lewinsky!

Medita: “Protege mi vida, rescátame; no permitas que sea avergonzado, porque en ti busco refugio. Sean mi protección la integridad y la rectitud, porque en ti he puesto mi esperanza.” Salmos 25:20-21

Ora: Señor, líbrame de la justicia propia y de la ciega pomposidad religiosa. Y, oh mi Dios, guíame a subir las ásperas cuestas de la integridad constante y los altos acantilados de la compasión imparcial, para que pueda ascender la montaña de la autoridad moral. Sí, para que pueda guiar bien a tu pueblo. En el nombre de Jesús. Amén.

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