Monday, July 18, 2011

Jul | 18 | Luchando por la vida

Palabra para meditar – VIDA

Salmos 10:14b
“ Las víctimas confían en ti; tú eres la ayuda de los huérfanos.”

Luchando por la vida


El teléfono suena y el padre comienza la incómoda conversación con su hijo. Al parecer, la muchacha está embarazada y no es una creyente en Dios. Sin embargo, ella ha optado por la vida, ha optado por tener al niño y ni siquiera se hará la prueba para ver si el bebé viene con Síndrome Down. En verdad, no han considerado ninguna oferta o insinuación de terminación rápida de este problema tan personal. El padre está molesto, desilusionado, pero sin embargo está impresionado y agradecido por el hecho que se ha optado por la vida, y lo han hecho a pesar de grandes dificultades, ya que la nueva familia no tiene un techo, no tiene empleo ni perspectivas en la nueva ciudad para la cual se han mudado. Se ha optado por la vida con todas sus dificultades. ¿Y ahora qué?

Ellos están juntos. Al menos por hoy, porque quién sabe lo que depara el futuro. ¿Se unirán más o se separarán ante las presiones de la necesidad? Al considerar esta pregunta el padre piensa que ya sabe la respuesta, porque sólo en las películas es que el gozo y la necesidad son buenos vecinos. La vida real no es tan suave y benigna. Es como el cuchillo del carnicero ante una relación que nace en la tabla de cortar financiera, es cortante y horriblemente divisoria. ¡Seguramente ellos saben esto! Pero a pesar de todas sus dificultades inherentes, se ha optado por la vida. ¿Y ahora qué?

Al padre le cruza por la mente la idea de cuánto más fácil hubiese sido hacerse un aborto. Un procedimiento sencillo, algo de arrepentimiento quizás más tarde, tú sabes, cuando se recuperen un poco; quizás encuentren un trabajo, un lugar donde vivir, un salario estable; quizá pasen algún tiempo conociéndose mutuamente. El padre se está sintiendo culpable de que un pensamiento así pase por su mente, pero su corazón y su bolsillo ya están dañados. Sin embargo, a pesar del dolor, se ha optado por la vida con todas sus dificultades, con todos sus pertrechos, con todas sus cargas financieras, todas sus noches de insomnio, todas las engorrosas reuniones con los futuros “parientes políticos”. Sí, la vida con todas sus zambullidas y zozobras, todo su desorden y sus lágrimas de sangre. Se había optado por la vida. ¡Cielos! ¿Y ahora qué?

No se hace fácil optar por la vida con todos los mensajes habituales y confusos, y de gran mezcla cultural que recibimos. La sociedad en general está viviendo en una tierra de contradicción, gastando millones de dólares cada año en trasplantes de corazón y lanzando helicópteros y botes salvavidas para rescatar a rubias ricas y sus orondos perros falderos, quienes habiendo derramado champagne en una reluciente cubierta, ¡han resbalado y caído desde sus altos yates cerca de la Isla de Wight en la semana deportiva de Cowes Week! Mientras que al mismo tiempo, para ahorrar unos cuantos dólares, les retiramos los aparatos a esos viejos arrugados, del tipo que se orinan en las camas, quienes se han convertido en una carga y en un olor a rancio cada vez mayor para el resto de la educada y trabajadora sociedad. Y para enmarañar las cosas un poco más, si un hombre triste, un hombre malo, un loco, ataca a una mujer embarazada y el niño en su vientre muere, entonces ese mismo insensato irá a la cárcel por homicidio sin premeditación. Mientras que si esa madre decide, por medio de succión y largas y afiladas agujas de tejer, terminar y sacar a la fuerza la vida de su propio hijo o hija del cálido vientre, que ahora se encuentra lleno de solución salina, a ella la mimarán y la acariciarán por tomar la decisión “¡más sabia y desinteresada!”. Aun el doctor que saca la cabeza del bebé de dentro de la madre, antes de cortar la nuca de éste con tijeras quirúrgicas, y quien al hacerlo recibe una paga por lastimar la espina del bebé antes de que se escuche un llorido, ese doctor es honrado por todos y recibe reconocimiento. Está bien, hemos renombrado al niño como “Feto, Embrión, Todavía no humano, Basura, Material científico, Hermano del Salvador”. Cualquier cosa menos niño.

La sociedad está enferma y esta desinformación diabólica tiene la intención de confundir a los portadores de vida para que de forma grotesca, ya sea para comodidad personal, tranquilidad de la sociedad o un prudente y práctico ahorro de costos, renuncien a lo propio, es decir, a los bebés, a los niños, a la vida y al futuro. ¡Que renuncien a ello sin pelear! Entonces es un milagro que en medio de toda esta confusión, en medio de todas estas mentiras y desconcierto, ¡haya gente que opte por la vida! ¡hurra, hurra, viva!

Los Pastores deben regocijarse ante tales decisiones y un día a la vez, deben llevar a esa vida a Aquel quien es la Luz de la vida, al único Dios eterno, nuestro Señor y amado Salvador, Jesús el Cristo. Ahora más que nunca la responsabilidad del Pastor es engendrar y desarrollar una comunidad de santos viva y amorosa que pueda, justificada y bondadosamente, caminar en verdad y amor, humildad y misericordia ante los que no han sido lavados, y los aparentemente desvergonzados. Que Dios ayude a la iglesia y a la sociedad, quienes son objeto de los clamores y las quejas de esas madres solteras que han optado por la vida de sus pequeños descendientes sin padres, quienes han pedido ayuda para la vida ¡y no han recibido ninguna! Porque, sin lugar a dudas, Dios va a encargarse de ese caso de vida, aun cuando nosotros nos neguemos. En todo sentido práctico, ¡la Iglesia de Dios tiene que luchar por la vida!

Medita: “No explotes a las viudas ni a los huérfanos, porque si tú y tu pueblo lo hacen, y ellos me piden ayuda, yo te aseguro que atenderé a su clamor: arderá mi furor y los mataré a ustedes a filo de espada. ¡Y sus mujeres se quedarán viudas, y sus hijos se quedarán huérfanos!.” Éxodo 22:22-24

Ora: Señor, enséñanos cómo apoyar a aquellos que optan por la vida. En el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.



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