Sunday, July 24, 2011

Jul | 24 | ¿Algo salvífico?

Palabra para meditar – DECLARA

1 Timoteo 2:4
“Pues él quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen a conocer la verdad.

¿Algo salvífico?

En 2008 en la Conferencia de Lambeth, la reunión que cada diez años celebran los Obispos Anglicanos (tanto los hombres como los indecisos) un teólogo liberal allí, mientras charlaba con un periodista destacó que “El veía a Jesús únicamente como el hijo de Dios. Pero dijo “¿Han encontrado las otras religiones a Dios obrando en la tierra? Sí. ¿Ha hecho Dios algo salvífico (abriéndoles el camino para la “salvación” final) por ellos? Sí.” Desafortunadamente, este tipo de declaración, especialmente cuando se hace en un ambiente donde hay varias creencias, ayuda muy poco a aclarar la singularidad total y la absoluta necesidad de la proclamación del Evangelio de Jesucristo a toda la gente.

Por supuesto que hay que reconocer que en otras creencias la verdad revelada ha sido recibida a través de la triple declaración que incluye la conciencia, la creación y la Palabra de Dios, y entonces es absolutamente justo y apropiado que esto se honre y reconozca. Aun así, me gusta la forma en que un teólogo Católico Romano abordó lo que ha sido llamado el Diálogo Interreligioso, cuando afirmó: “Se debe aclarar firmemente la distinción entre la fe teológica y la creencia en otras religiones. Si la fe es la aceptación en gracia de la verdad revelada, la cual ‘hace posible penetrar el misterio en una forma que nos permita comprenderlo de forma coherente’, entonces la creencia en otras religiones, es la suma de la experiencia y el pensamiento que constituye el tesoro humano de la sabiduría y la aspiración religiosa, la cual el hombre, en su búsqueda de la verdad ha concebido y actuado como consecuencia, en su relación con Dios y lo Absoluto”. En otras palabras, aunque las otras religiones puedan contener alguna verdad revelada, no se fundamentan en La Verdad revelada, sino más bien, en las aspiraciones de la búsqueda humana de la verdad.

Recuerden en esta noche que cuando las Escrituras dicen que “Jesucristo es el camino, la verdad y la vida y nadie viene al Padre si no es por El” ésta es una aseveración metafísica absoluta. En otras palabras Jesús es el único camino a Dios.

La declaración de esta aseveración metafísica, tan a menudo pronunciada a través de mis labios, suena, ni más ni menos, a arrogancia. Sin embargo, cuando un veterinario doctrinal está revisando una verdad para ver si tiene pulgas, siempre va a terminar con los dedos mordisqueados. De hecho nunca he sabido de un veterinario que le guste buscar liendres. Aun así, a pesar de los fracasos de nuestro ‘yo’ pecador, esta verdad de que hay un solo camino, es afirmada en las Escrituras de tal forma que no queda abierta al debate sino simplemente abierta a la declaración. Ciertamente, esta valiosísima, abarcadora, y postrera revelación, esta piedra angular demanda una declaración, pues hay un objetivo en su declaración y está apoyada por el poder del Dios todopoderoso.

Para el cristiano, aun en su caída arrogancia, el diálogo se debe convertir simplemente en un medio para seguir declarando.

Medita: “Pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad. Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien dio su vida como rescate por todos. Este testimonio Dios lo ha dado a su debido tiempo, y para proclamarlo me nombró heraldo y apóstol. Digo la verdad y no miento: Dios me hizo maestro de los gentiles para enseñarles la verdadera fe.” 1ª Timoteo 2:4-7

Ora: Oh, poder de Dios para salvación, oh declaración de libertad de Tu herencia a las naciones, ven y danza sobre nuestros labios en una declaración de mando. En el nombre de Jesús oramos. Amén.



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