Tuesday, May 10, 2011

May | 10 | ¿Tienes demonios en tus gavetas?

LIBERACIÓN

Hechos 10:38
“Me refiero a Jesús de Nazaret: cómo lo ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.”

¿Tienes demonios en tus gavetas?


Uso el término “la demonización del cristiano” para decir que hay ocasiones en las que el enemigo tiene una cierta libertad de expresión dentro y a través de nosotros, y no para hablar de una posesión demoníaca total. Recuerden, un intruso puede habitar la morada, pero no es su dueño, especialmente si el dueño protesta de manera legal contra la “infestación”. Habiendo dicho esto, me pregunto si es que en ciertas ocasiones esa “agitación” demoníaca, esa expresión de demonización por así decirlo, es tan avasalladoramente poderosa, en especial cuando se protesta contra ella de manera legal, que pareciera que fuera una posesión total y pudiera haber manifestaciones sobrenaturales al igual que algunas inusuales y también naturales, en torno a las áreas que están siendo liberadas. Estoy sugiriendo, entonces, que en el cristiano lo demoníaco puede tener algo de libertad de expresión, una oportunidad para explotar cualquiera de las múltiples aberturas en las que lo hemos admitido, a las que lo hemos invitado, o a las que tienen derecho por medio de maldiciones generacionales. Pienso que podemos categorizar estas ventanas de oportunidad demoníaca de tres maneras, que son, la explotación admisible, la explotación invitacional y la explotación generacional.

Explotación admisible. La explotación es por supuesto el uso, y sobre todo, el abuso de otras personas para beneficio personal. Un sinónimo es la esclavitud. Cada parte de nuestro ser debe rendirse ante Cristo y no ante el diablo. Nuestras elecciones frente a objetos, medios de comunicación, relaciones personales, prácticas laborales, expresiones verbales y frente a cualquier cosa, abren o cierran las ventanas de oportunidad o para la maldad y la oscuridad, o para la santidad y la luz. Así que revisa algunas de tus elecciones, revisa algunas de las repercusiones de tus elecciones y, si son pecaminosas, entonces deshazte de ellas, destrúyelas, cámbialas, incluso clausúralas para siempre. Encuentra cualquier raíz de pecado y quítala de tu tierra para evitar que continúe cualquier maldición. Donde hayas permitido ese tipo de explotación, tienes que trabajar duro para rechazarla y negarla.

Explotación invitacional. Muchos de nosotros, tanto de palabra como en obras, hemos encontrado fuentes de poder, de satisfacción temporal y de fascinación, en personas, prácticas o lugares de toda clase. La primera vez que bebemos libremente y, luego a menudo, nuestros sorbos continuos y subrepticios de estas fuentes de energía con frecuencia pecaminosas, son, me temo, una clara invitación a la oscuridad para que entre ¡y continúe explotándonos! Debes acabar con los sorbos subrepticios de esas fuentes de poder, satisfacción y fascinación. Niégalas, incinéralas y pulverízalas. Si no lo haces, entonces vas a invitar a los problemas a tu vida.

Explotación generacional. La historia humana es una historia de conexión generacional, incluso hasta llegar a Adán. La maldición del quebrantamiento de la ley y una multitud de otras tantas maldiciones hacen un gran despliegue diariamente en nuestras vidas. Es probable que esto no nos guste, pero ese hecho no niega la presencia y poder de un aparente derecho generacional de explotación, otorgado a los poderes de las tinieblas. Tal vez solo me quede decir en esta noche que, cuando se perciben patrones generacionales de problemas, vale la pena tan sólo pedirle a Dios Espíritu Santo que te lleve a pronunciar oraciones de confesión consciente y de justo arrepentimiento, para librarte de aquellos problemas a los que anteriormente se les ha permitido tener su camino generacional en ti. El viejo adagio de “si parece un pato, camina como pato, grazna como pato, entonces probablemente es un pato”, es bien utilizado en el área de discernimiento de este tipo de asuntos generacionales.

En conclusión, puedo decir que es posible tener un tocador elegante y enorme, lleno hasta rebosar de las más hermosas prendas de vestir; y aun así, es posible también que algunas de las gavetas estén habitadas por lo demoníaco. ¿Será que algunas de tus gavetas están ‘sonando’ esta noche?

Finalmente, sepan que los intrusos, admitidos, invitados o con derechos generacionales previos, jamás se van sin alguna forma de lucha por ese derecho de ocupación y explotación que se les dio alguna vez al ser invitados y admitidos, aunque ahora ese derecho se les haya quitado. Los dueños de esclavos y todos esos otros que explotan a otras personas para su propio beneficio, siempre se vuelven malos cuando se les roban sus posesiones personales. Siempre. Sin embargo, cualquier infestación puede ser removida de manera exhaustiva y completa, pero con delicadeza y sin daños para la propiedad, y entonces sí, efectivamente, el llenar a esa persona o lugar desinfectado con todas las cosas buenas, puede en realidad reemplazar la reputación anterior de cualquier casa de mala fama, transformándola en un lugar honorable de belleza perfumada, e incluso en un castillo digno para una Orden de Caballería ungida.

Medita: “Jesus les dijo, ‘Vayan y díganle a ese zorro: Mira, hoy y mañana seguiré expulsando demonios y sanando a la gente, y al tercer día terminaré lo que debo hacer.’” Lucas 13:32-33

Ora: Señor, declaro que estoy en el Camino del Gran Rey, y no tengo tiempo ni espacio para el enemigo. ¡Te pertenezco a Ti, Señor Jesús! En verdad sólo a Ti Jesucristo doy todo honor. Por eso, que Tus ángeles acampen junto a mi lugar de descanso y me concedan plena protección en esta noche. Señor, perdóname, por favor, mis muchos pecados personales, y los pecados de toda mi línea generacional; porque verdaderamente hemos sido una familia rebelde y hemos servido a otros dioses. Por eso, todos nuestros hechos malos nos habían separado de Ti y habían traído calamidades a nuestras generaciones; nuestra culpa e iniquidades son muchas y están siempre delante de Ti. Yo confieso y te pido, Señor, que me perdones a mí y a mi línea familiar, por todas las acciones, declaraciones y destrucciones anteriores acarreadas sobre mí y sobre mi familia, por culpa mía o de mis padres, y al pedirte esto en los lugares celestiales renuncio a todos y cada uno de los pecados y maldiciones generacionales que haya sobre mí y sobre la familia que me diste. Como individuo Santo, como sacerdote Real, los coloco ahora mismo bajo la preciosa Sangre de Jesús y te pido Señor un desalojo dulce pero total, tranquilo pero completo, de cualquier cosa repugnante que me toque a mí o a los míos, y que también me concedas una nueva herencia generacional de salud y libertad, y todas las bendiciones espirituales que están en Cristo Jesús, tanto para mí como para mi familia, y para todas la generaciones que puedan venir después de nosotros. Entonces, a la oscuridad y a todos los demonios, en el Nombre poderoso de Jesús les digo: ¡Fuera! ¡Salgan! ¡Váyanse! ¡Queden atados para nunca más volver ni siquiera a merodear en torno a la plenitud que tengo ahora en mi Salvador, Jesucristo, mi Señor! ¡Amén!

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