Sunday, February 13, 2011

Feb | 13 | El sonido de cuchillos siendo afilados

Palabra para meditar – c

Santiago 5:12
“Sobre todo, hermanos míos, no juren ni por el cielo ni por la tierra ni por ninguna otra cosa. Que su sí sea sí, y su no, no, para que no sean condenados.”
 

El sonido de cuchillos siendo afilados

No sabía dónde me encontraba, entonces me dirigí al hombre con el sombrero negro y alto, y amablemente le expliqué mi situación y le pregunté si podía ayudarme. Inhalando por su nariz al tiempo que inclinaba su cabeza hacia atrás un poco, y hacía una mueca arqueando sus labios hacia abajo, pareció dar una respuesta afirmativa al aire. ¡Luego, sin decir ni una palabra, con su mano izquierda y con un movimiento rápido sacó un afilador, y con la derecha, una navaja de mango negro de 30 centímetros! Aún sin decir palabra, justo enfrente de mí, comenzó a afilar con rapidez la hoja larga y brillante sobre la varilla de acero. Yo podía ver el resplandor de la hoja al ser raspada brillando en la luz del sol de la tarde y pequeñas chispas de soldadura rebotando en el suelo. Sólo doce pases rápidos, eso fue todo, pero mi corazón casi se me salía de mi pecho y, al igual que un conejo encandilado por las luces de un automóvil, estaba totalmente paralizado, ¡esperando por lo que él iba a decir! Pero luego, tan rápido como había comenzado, simplemente colocó el afilador y el cuchillo nuevamente en su cinturón, movió su cabeza ¡y se alejó! Me sentí tan aliviado pero también enojado. No, ¡la verdad es que estaba furioso! Estaba listo para pelear, porque después de todo sólo necesitaba que me orientara y todo lo que él hizo fue afilar un feo cuchillo en mi cara!

En otra ocasión me encontraba desconcertado por algunos eventos de mi vida y me acerqué al ‘mejor’ de mis amigos, mi queridísima esposa, pidiendo su opinión y su guía. A través de sus fosas nasales aspiró profundo, inclinó su cabeza hacia atrás y un poco hacia la derecha y dijo muy lentamente, en mi mera cara: “Bueno, no sé si debería responder. No, quizá deberías hablar con alguien más. No sé si estés listo para escuchar lo que tengo que decir. De hecho, no sé si te gustaría ”. Sólo unas pocas palabras filosas y brillantes, eso es todo, pero les digo, mi corazón latía fuerte dentro de mi pecho y, al igual que un conejo encandilado por las luces de un automóvil, estaba totalmente paralizado, esperando por lo que diría a continuación. Bueno, ¡no dijo nada! Entonces, respondí con un calmado enojo a su insensible respuesta:
“Adelante entonces”, dije. “Vamos, estoy listo, dime lo que tengas que decir”. Esta vez ella inclina su cabeza hacia el otro lado y dice: “Mmm...No... En realidad, no es una buena idea. Habla con alguien más”. A continuación, y despreocupadamente, se dió la media vuelta y se alejó. Me sentí aliviado pero también enojado. No, ¡la verdad es que estaba furioso! Estaba listo para pelear, porque después de todo sólo necesitaba que me orientara y todo lo que ella hizo fue afilar un feo cuchillo en mi cara!

Nos guste o no, nuestra respuesta a preguntas importantes puede sentirse como amenazadora y ofensiva. Nuestra falta de compromiso frente a una respuesta honesta y adecuada puede simplemente empeorar las cosas. Nuestro versículo para esta noche está directamente relacionado con los juramentos que hacemos y señala la simple necesidad de una respuesta honesta, directa, ni ambigua ni cándida, para las preguntas que se nos formulen. Me pregunto ¿será posible que nuestro versículo apunte de manera indirecta a la necesidad de respuestas amables, pero verdaderas, para las preguntas simples que se nos formulan? Yo creo que así es, y siendo ese el caso, ¡algunos de ustedes deben dejar sus afiladores en la cocina y, simplemente responder a las preguntas que se les formulan! Digan la verdad con amor por favor, mis amigos, y nunca en una forma insensible, ya que no solamente está mal sino que lastima y no contribuye a la paz.

Medita: “Lo que ustedes deben hacer es decirse la verdad, y juzgar en sus tribunales con la verdad y la justicia. ¡Eso trae la paz! No maquinen el mal contra su prójimo, ni sean dados al falso testimonio, porque yo aborrezco todo eso, afirma el SEÑOR.” Zacarías 8:16-17

Ora: Líbrame oh Señor, del sonido de cuchillos que están siendo afilados, y llévame hacia la verdad, hacia el amor y hacia la paz. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

 

No comments:

Post a Comment