Thursday, February 17, 2011

Feb | 17 | El dinero en el bolsillo de Dios

Palabra para meditar – SIEMBRA

Marcos 8:17-19
“Al darse cuenta de esto, Jesús les dijo: —¿Por qué están hablando de que no tienen pan? ¿Todavía no ven ni entienden? ¿Tienen la mente embotada? ¿Es que tienen ojos, pero no ven, y oídos, pero no oyen? ¿Acaso no recuerdan? Cuando partí los cinco panes para los cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de pedazos recogieron? —Doce —respondieron.”

El dinero en el bolsillo de Dios

Se rumora que el actual monarca de Inglaterra nunca lleva nada de dinero consigo. ¡No es que la realeza tenga alguna necesidad de llevar dinero en sus bolsillos! Sin embargo, me inclino a creer que Dios Todopoderoso, sí lleva algunas monedas consigo, las cuales palpa y hace tintinear entre Sus dedos, en esos momentos de quietud, cuando se recuesta con ambas manos en Sus bolsillos, pensativo, ¡con la columna arqueada y observando Su creación! Sí, no me caben dudas de que Dios lleva consigo, al menos, cuatro monedas de recuerdo en Su bolsillo derecho del pantalón, y esas monedas son las pequeñas limosnas de las viudas y tres centavos que alguna vez pertenecieron a Hattie May Wiatt. Un centavo para cada uno esta vez: para el Padre, para el Hijo y para el Espíritu Santo.

Cuenta la historia que Russell Conwell, ese primer gran predicador bíblico de la prosperidad, asistía a una pequeña pero muy concurrida iglesia ¡donde los boletos para las reuniones se obtenían con semanas de anticipación al servicio! La iglesia estaba tan concurrida que Hattie May de ocho años de edad no podía asistir a su escuelita dominical porque no había lugar. Conwell la confortó diciéndole que, tan pronto como obtuvieran los fondos suficientes, construirían una escuelita dominical más grande para que todos los niños cupieran. La pequeña Hattie May se embarcó inmediatamente en el proyecto y antes de su muy temprana muerte, había conseguido ahorrar algo así como 57 centavos. ¡Mucho dinero para una niña pequeña en esos días!

Conwell, conmovido por la historia, ¡se valió de la fe y entusiasmo de la niña fallecida y subastó los centavos a su congregación por $250 dólares! Más tarde, esta suma fue cambiada por 25,000 centavos, los cuales fueron vendidos para recolectar más dinero. De los 57 centavos originales, 54 se le devolvieron a Conwell, quien los enmarcó para exhibirlos. La fundación de la “Wiatt Mite Society” y la vasta provisión de fondos que le siguió para la realización de visiones futuras ya es historia y puedo decir, ¡una gran historia!

De aquí podemos aprender cinco cosas importantes:

Primero, que hubo una pequeña niña con una visión.
Segundo, que hubo padres, quienes con gran tristeza pero con mucho amor, continuaron esa visión.
Tercero, que hubo un hombre de influencia que se conmovió con esa visión y ferviente y fielmente llevó esa visión a otros.
Cuarto, que hubo personas dedicadas, deseosas de colaborar, para extender esa visión.
Quinto y más importante, cuando se unió todo esto, la visión creó en el pueblo de Dios tal ímpetu, tal atmósfera de fe y de convicción, que montañas enormes fueron movidas al medio del mar y se lograron grandes cosas, ¡las cuales no se habrían logrado sin este puño de cinco dedos lleno de fe!

A propósito, los tres centavos que faltaban de los 57 originales, nunca fueron devueltos… ¡escucho tintineos! ¡Digo que escucho tintineos!

Medita:Otro de sus discípulos, Andrés, que era hermano de Simón Pedro, le dijo: —Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?” Juan 6:8-9

Ora: Señor dame fe, dame sabiduría, dame visión y dame innovación. Sí, Señor, dame buenas ideas y dame la valentía para hacer que la fe florezca y la convicción mueva montañas y abra caminos para Tu pueblo y Tu Reino. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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