Saturday, January 1, 2011

Jan | 01 | ¡El HORNO de amor abrasador!

Palabra para meditar – INTIMO

Salmos 139:23-24
“Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno.”

¡El HORNO de amor abrasador!

En nuestro mundo, en el momento presente, hay una promiscuidad sexual impregnada en casi todo: Está en nuestros televisores, en nuestros teléfonos móviles, en Internet, está ¡en todos lados! La máxima principal del marketing es la siguiente: “si quieres venderlo, hazlo sexy, hazlo atrayente, ¡hazlo atractivo a los ojos!” El resultado de esto es una multitud de mujeres escasamente vestidas, contoneando su camino a través de nuestro mundo. Esta clase de desnudez es libertinaje, desenfreno, solo que distante y muy irreal. Esta clase de desnudez es sexo pero no es intimidad. Las conciencias cauterizadas han hecho de la desnudez pública y vergonzosa algo del pasado; hoy, todo está permitido. La intimidad es lo que verdaderamente deseamos, pero lo triste es que hemos igualado toda esta promiscuidad sexual con intimidad. Por supuesto que no es lo mismo y por lo tanto, nuestro continuo e insatisfecho deseo de tener intimidad nos lleva a más promiscuidad sexual. ¡El sexo ardiente no es sinónimo de intimidad, pero la vida ardiente sí lo es! Verán, si a comienzos de este año buscamos fervorosamente la verdadera intimidad con Dios, entonces debemos compartir con Él el horno abrasador de nuestro amor.

Así pues, primero permítanme hablar de Apertura. Necesitamos ser abiertos con el Señor. Debemos decirle, exactamente, cómo nos sentimos acerca de las distintas situaciones; cómo nos sentimos en relación con otros, cómo nos sentimos acerca de nosotros mismos, y cómo nos sentimos en nuestra relación con Él. ¡No se guarden nada! La verdadera intimidad siempre comienza con la apertura total.

Segundo, Vulnerabilidad. Debemos permitir que Dios vaya a cualquier lado que desee con nosotros. Debemos darle un acceso total y completo a nuestro espíritu.
¡Debemos permitirle que nos sondee, que nos escudriñe y que nos conozca!

Tercero, Éxtasis. Amigos, no olviden que el fin del matrimonio, de la verdadera intimidad, es tanto procreación como recreación. Dios desea que tengamos gozo…¡un profundo gozo! Nosotros también debemos desear Su gozo, debemos desear complacerlo. Amigo, haz que lo que le causa gozo a Dios, sea tu gozo, y no te equivocarás. Debemos desear Su gozo. ¡Imaginen eso! Para ser verdaderamente felices, ¡siempre debemos tratar de complacerlo a Él primero!

Por último, Cercanía. Este el verdadero objetivo de la intimidad espiritual, la ausencia de la soledad por la presencia, por la cercanía percibida de la persona en la que has puesto tu amor.

Amigos, si este año se convierten en un trozo de amor ardiendo por su Señor, entonces, ¡sus más profundos deseos se harán realidad! Adelante, inténtenlo ¡y coloquen a Dios en el horno de su amor abrasador!

Medita: “Hace mucho tiempo se me apareció el SEÑOR y me dijo: Con amor eterno te he amado; por eso te sigo con fidelidad, oh virginal Israel. Te edificaré de nuevo; ¡sí, serás reedificada! De nuevo tomarás panderetas y saldrás a bailar con alegría. Volverás a plantar viñedos en las colinas de Samaria, y quienes los planten gozarán de sus frutos Vendrá un día en que los centinelas gritarán por las colinas de Efraín: ¡Vengan, subamos a Sión, al monte del SEÑOR, nuestro Dios!” Jeremías 31:3-6

Ora: Al igual que el dulce canto de un coro, oh Señor Todopoderoso, ven y levántame. Permite que la flama de Tu amor apasionado venga a tocar mi alma y haga que mi amor arda por Ti. Jesús, ven e ilumina mi cielo matinal con Tu amor abrasador por mí, ¡y ayúdame a siempre complacerte con todo lo que soy! Amén.

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