Sunday, January 9, 2011

Jan | 09 | El apio: un gran regalo

Palabra para meditar – ELIGE

Mateo 19:11-12
“No todos pueden comprender este asunto —respondió Jesús—, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido entenderlo. Pues algunos son eunucos porque nacieron así; a otros los hicieron así los hombres; y otros se han hecho así por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte.”



El apio: un gran regalo

Como hombre, he llegado a considerar al apio como un gran regalo. Hace ya algunos años se descubrió que esta maravillosa planta era rica en el esteroide masculino Androsterona y ahora las últimas investigaciones parecen indicar que esta hormona masculina intensifica las feromonas, las cuales a su vez producen una atracción física en las mujeres, especialmente en aquellas cuya hechura genética no se superpone con la nuestra, y aparentemente, esta misma hormona ¡hace también que otros hombres se sometan, como bajo autoridad, a nosotros! ¡Alcáncenme el apio!!! Cuando un regalo como ese realza mi masculinidad, entonces, este es un regalo que puedo aceptar personalmente y con celeridad.

Hoy Jesús nos habla de otro regalo: El regalo del celibato. Ahora, permítanme que vaya al grano, si se me permite el juego de palabras, pues Jesús está hablando de un hombre sin testículos. Él está hablando sobre un hombre, quien está consagrado a su llamado por sobre todas las inclinaciones y relaciones naturales en la vida. Jesús dice que existen tres clases de hombres sin testículos: los que han nacido de esa manera, los que fueron hechos así y ¡los que eligen vivir de esa manera!

Ahora, esto es algo serio, porque fue Orígenes de Alejandría quien se hizo famoso por haberse castrado a sí mismo (¡auchh!) al haber interpretado este pasaje de manera literal, ¡para tener la posibilidad de enseñar a discípulos femeninos sin que hubiese ni un atisbo de escándalo! Más tarde en su vida, él se arrepintió de la acción que había tomado y luego, muy vehementemente, protestó contra esa continua y extraña práctica y contra cualquiera que quisiera seguir su ejemplo. Así que, estemos todos de acuerdo con el Orígenes ya entrado en años, en que este pasaje no ha de ser tomado de manera literal (¡Algunos de ustedes, hombres, pueden tranquilizarse ahora!)

Jesús dice dos cosas bastante sorprendentes en nuestro versículo de esta noche. Primero dice que “Sí, es difícil, pero algunas personas, por causa del Reino, pueden elegir prescindir de su derecho a una relación social y sexual, la cual les corresponde”. El celibato entonces, sugiere Jesús, ¡es claramente una elección! Esto significa que hay un costo en esta elección. Es difícil para el individuo y no muchos pueden aceptarlo, porque la elección no se realiza en ausencia de deseo o la ausencia de necesidad, ¡sino en la presencia de ambas! El celibato es una elección, no una respuesta a la imposibilidad de encontrar una pareja; no es una decisión desesperada tomada en respuesta a un reconocimiento de tendencias homosexuales o asexuales, no, el celibato es una elección de sacrificio, justa pero difícil, en pos de un servicio más enfocado en el Reino de Dios.

La segunda cosa que Jesús dice es que si uno elige esta manera de vivir, y puede hacerlo, entonces, uno ha recibido un regalo difícil. ¿Comprenden? El regalo no hace que la elección sea sencilla, ¡sino que la elección hace al regalo aceptable!

Creo que hay un principio que debemos aplicar en nuestras vidas: en nuestras vidas debemos tomar muchas decisiones, por el bien del Reino, las cuales no son fáciles. Cuando tomamos estas decisiones correctas, aunque difíciles, y somos capaces de aceptarlas por lo que son, entonces, de alguna manera maravillosa y majestuosa, estas decisiones difíciles se transformarán en regalos para nosotros y en tremendas bendiciones para otros.

En cuanto a mí, por si acaso… ¡denme apio todo el tiempo!!!

Medita: “No se nieguen el uno al otro, a no ser de común acuerdo, y sólo por un tiempo, para dedicarse a la oración. No tarden en volver a unirse nuevamente; de lo contrario, pueden caer en tentación de Satanás, por falta de dominio propio. Ahora bien, esto lo digo como una concesión y no como una orden. En realidad, preferiría que todos fueran como yo. No obstante, cada uno tiene de Dios su propio don: éste posee uno; aquél, otro.” 1ª Corintios 7:5-7

Ora: Señor, sé que existen decisiones difíciles que a veces hay que tomar por el bien del reino. Por favor Señor, dame el valor y la gracia para tomar estas decisiones difíciles, y luego Señor, ¡conviértelas en Tu regalo especial para mí, y en tremendas bendiciones para otros! Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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