Friday, March 4, 2011

Mar | 04 | “De aspecto tosco pero siempre dispuesto”

Palabra para meditar – HONOR

Malaquías 1:6a
“El hijo honra a su padre y el siervo a su señor. Ahora bien, si soy padre, ¿dónde está el honor que merezco? Y si soy señor, ¿dónde está el respeto que se me debe? dice el Dios Todopoderoso.”

“De aspecto tosco pero siempre dispuesto”

Al manejar por el camino de Brownsboro, desde Louisville a la ciudad de Goshen en Kentucky, me toca pasar por el Cementerio Nacional Zachary Taylor y siempre miro las blancas y uniformes lápidas, todas alineadas cuidadosamente en hileras. Por supuesto, es aquí donde yace en su propio lote de tierra, en su propio mausoleo, el ex-Presidente de los Estados Unidos, quien nació en Virginia pero fue criado y triunfó en Kentucky. A pocos kilómetros, por el mismo camino a mano izquierda, se encuentra como parte de una antigua granja otro viejo mausoleo, una iglesia de madera pintada de blanco, la cual estoy seguro un fuerte estornudo hubiera bastado para derrumbarla. Esta vieja construcción es todo lo que queda de una antigua iglesia de esclavos, pero no se sabe dónde se encuentran sepultados sus ocupantes originales.

Zachary Taylor, apodado el “viejo de aspecto tosco pero siempre dispuesto” descendía de Eduardo I. Al tener muchos parientes de sangre y políticos que eran oficiales confederados de alto rango, decidió seguir la carrera militar en el Ejército de los EE.UU., la cual duró por aproximadamente 40 años; sin embargo él y su familia también eran los orgullosos propietarios de una plantación de esclavos de más de 10,000 hectáreas en Kentucky.

La cuestión de la esclavitud fue la que dominó el corto período en que Taylor estuvo en funciones, y me pregunto si las teorías sobre el asesinato están en lo correcto (en la década de 1990, la familia de Taylor hizo que su cuerpo fuera exhumado para indagar sobre un posible envenenamiento por arsénico) y si fue esa la causa de su muerte. Verán, aunque el Presidente Taylor era propietario de esclavos, adoptó una postura moderada en la expansión territorial de la esclavitud y esto enojó a sus colegas sureños. En respuesta a sus amenazas, él les dijo que si fuera necesario y para hacer cumplir la ley, él personalmente dirigiría el Ejército y “cualquier persona que se revelara contra la Unión sería colgada… con menor renuencia que la que habían tenido para colgar a desertores y espías de México”. El Presidente Taylor falleció en circunstancias misteriosas, cuando el ‘Acuerdo de Henry Clay’ de 1850 estaba siendo debatido. El acuerdo fracasó.

El objetivo de mencionar esta historia esta noche no es el de complacerme en la teoría de la conspiración conjeturada por la mayoría de los ciudadanos de los Estados Unidos, sino para reconocer tanto una era diferente como una perspectiva también diferente. ¡Una era en que, en un día como el de hoy de 1849, Zachary Taylor, Presidente electo de los Estados Unidos, propietario de esclavos, no prestó juramento para asumir su cargo porque la inauguración cayó en domingo! Este viejo Episcopal no deseaba violar el día del Señor y por eso, durante un día completo, la nación se vio forzada a proseguir sin Presidente. La nación, las jóvenes ruedas de la burocracia, los emisarios de poderes extranjeros, los dignatarios y los compradores, todos y cada uno de ellos, debieron esperar mientras el ‘viejo de aspecto tosco pero siempre dispuesto’ dio a Dios el honor que Él merece tan justamente.

Los tiempos han cambiado para bien en muchos aspectos, eso es incuestionable, pero en muchos otros quizá, los tiempos han cambiado para cosas peores.

En la condición humana, los tiempos rara vez son óptimos y la gente, las naciones, las sociedades y las comunidades están todas, de una forma o de otra, en un constante alboroto de cambio. Hasta cierto punto, puede decirse lo mismo de nuestras comunidades hoy, sean éstas una nación, una ciudad, una iglesia, el trabajo o la familia. La lección que sacamos esta noche del Presidente Zachary Taylor, ‘el viejo de aspecto tosco pero siempre dispuesto, es muy simple: No importa cuán difícil sea una situación, siempre deben estar dispuestos para dar a Dios el honor y la gloria que tan ampliamente se merece. Aun si esto significa ¡cerrar el país por un día!

Medita: “...será para mí motivo de gozo, y de alabanza y de gloria a la vista de todas las naciones de la tierra. Se enterarán de todo el bien que yo le hago, y temerán y temblarán por todo el bienestar y toda la paz que yo le ofrezco.” Jeremías 33:9

Ora: Señor, esta noche oramos por nuestros líderes y por nosotros como líderes. Señor, rodeados de muerte y de cosas malas. En Tu ira, oh Señor, recuerda la misericordia. En Tu furor, no olvides Tu bondad. En Tu enojo, no nos ocultes Tu rostro. Más bien, por la gracia comprada por la sangre de Jesús, tráenos salud y sanidad, y revélanos abundancia de paz y verdad. Haz que cese nuestra cautividad y reconstruye esos lugares que hemos derrumbado. Purifícanos de todas las iniquidades que hemos cometido contra Ti. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén. (Adaptado de Jeremías 33:4-8)


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