Wednesday, March 9, 2011

Mar | 09 | Sinceridad de corazón

Palabra para meditar – ENFÓCATE

1 Corintios 7:1a
“Paso ahora a los asuntos que me plantearon por escrito.”

Sinceridad de corazón

De 1ª Corintios 7:2-6, el soltero dotado, el apóstol Pablo propiamente dicho, por Su sabiduría en el Espíritu Santo, da la visión de Dios en el santo servicio del sexo en el matrimonio. Si no creyera que este libro fue la revelación de Dios para nosotros, como hombre casado estaría un poco ‘molesto’ de que un tipo soltero tratara de darme consejos. Sin embargo, este libro es la Palabra de Dios y por lo tanto, me siento derecho y presto atención.

Vale la pena recordar que al escribir este libro Dios no tomó a los hombres y los convirtió en autómatas humanos o en máquinas revestidas de carne para simplemente unir unas pocas letras del alfabeto. No, más bien la palabra que Dios sopló nos llegó a través de diferentes personas, de situaciones de la vida, de contextos geográficos e históricos, y de todos los varios escritores, incluyendo al apóstol Pablo. Siendo este el caso, aquí Pablo coloca para nosotros, en el versículo 1 y en el 7 de este pasaje, sus propios sujetalibros para el contexto de los versículos centrales del 2 al 6. Aquí están:

Versículo 1- “Es mejor no tener relaciones sexuales.”
Versículo 7- “En realidad, preferiría que todos fueran como yo.”

El apóstol Pablo, ese hombre soltero dotado con un solo propósito, definitivamente estaba estableciendo una preferencia personal de una vida en celibato sobre el matrimonio. En el contexto de su apostolado, aunque el matrimonio era bueno para él, el ser soltero era mejor. Era mejor para él porque podía moverse libremente; sí, él tenía todo el tiempo del mundo para concentrarse en una cosa y eso era complacer a su Padre celestial y seguir Su llamado en la vida. Con ese fin en mente, él consideraba su soltería como un don preciado, un regalo valioso y todos estarán de acuerdo en que, sin lugar a dudas, fue un don bien aprovechado. Que el gran apóstol fuera viudo es irrelevante, porque en términos de su llamado, él tenía la intención de ser soltero y decía que esto era algo bueno.

Yo fui soltero alguna vez y si mi esposa partiera a la gloria antes que yo, seré un hombre soltero nuevamente. Por lo tanto, escribo esto porque tengo experiencia y porque he pasado mucho tiempo observando. En vista de esto, he comprobado que hay cuatro estados de soltería que se definen como búsqueda, espera, resignación y elección.

Puedes ser soltero y estar buscando una futura esposa. La mayoría de los hombres jóvenes se encuentran en este modo de caza... ¡en oración, por supuesto! Asegúrate de permanecer en los campos de caza establecidos por Dios; eso es, si tú eres Cristiano, cerciórate de encontrar una esposa Cristiana. El cazar fuera de los parámetros te traerá problemas y causará innumerables problemas en tu familia, entre tus amigos y en la comunión de la iglesia local. ¡Puedes estar seguro de que será así!

Puedes ser soltero pero estar en una relación a la espera de tomar esos votos de compromiso en el contexto de comunión y fidelidad. Será mejor que en este punto estés ahorrando dinero. Sé fiel y cuidadoso mientras esperas. ¡Ah, y mantén tus manos para ti! Recuerda, podrás desenvolver el paquete en la noche de bodas. Uno nunca desenvuelve los regalos antes de la Navidad. ¡Nunca!
Puedes ser soltero y estar resignado a serlo, batallando a diario para dar a Dios la gloria, no importa lo que suceda. Tu soltería puede ser el resultado de una muerte, una catástrofe, una enfermedad, la fealdad interna o externa, la decisión de otros, o lo que con ligereza llamamos, la providencia de Dios. De cualquier modo, no deseabas ser soltero, pero es lo que eres. ¡Oh, una condición tan dura! Que Dios te otorgue un cambio en esto pronto. Mientras tanto, haces bien en buscar que en todo, Dios sea glorificado. No te faltará recompensa.

Finalmente, puede que seas soltero porque es lo que haz elegido. Sí, hay un crecimiento en el Cristianismo posmoderno de jóvenes célibes. Hombres y mujeres jóvenes, sanos, optando por dedicarse al servicio de Dios en la oración y el servicio de Dios en el servicio a otros. Me preocupa porque, a diferencia del celibato como estilo de vida del Catolicismo Romano (el cual, a propósito, ha albergado no obstante a lo peor de los pervertidos sexuales, en su mayoría homosexuales) nosotros los Protestantes, no tenemos estructura, ni comunidad, ni un mentor a quien dar cuentas, con lo cual expresar, adecuadamente quizá, el estilo de vida del celibato. Esa, sin lugar a dudas es una afirmación para considerar más detenidamente, sin embargo aquí hay una ecuación, la cual creo que es acertada:

Soltería + Falta de propósito = Ociosidad
Ociosidad + Falta de dirección = ¡Desastre Personal!

En otras palabras, si eliges la soltería (y a pesar de la contradicción en mis palabras, ¡sí creo que este es un don elegido!), entonces será mejor que seas sincero en tu corazón respecto de tu propio llamado. Porque si tu soltería no se derrama en servicio a Dios y a otros, entonces, encontrará una fístula podrida de plenitud, en la indulgencia pecaminosa y egoísta y, les digo, eso sólo puede significar un completo desastre.

En consideración, supongo que el consejo del último párrafo se aplica a todos y cada uno de nosotros, solteros o no. Conozcan su llamado ¡y síganlo con sinceridad de corazón!

Medita: ¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero sólo uno obtiene el premio? Corran, pues, de tal modo que lo obtengan. Todos los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre. Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire. Más bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo llegue a ser eliminado. 1ª Corintios 9:24-27

Ora: Señor, con sinceridad de corazón, estiro el arco de mi unción y dejo ir la fle
cha de mi llamado hacia el objetivo de Tu deseo y Tu destino para mí. ¡Te pido un blanco! Así pues, concédeme un brazo firme, una enfoque en mi visión y un corazón sincero. Lo pido en el nombre de Jesús. ¡Amén!


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