Tuesday, March 22, 2011

Mar | 22 | ¡Alimentando el pensamiento a través de explorar la memoria!

Palabra para meditar – HONRA

Levítico 25:22
“Cuando ustedes siembren durante el octavo año, todavía estarán comiendo de la cosecha anterior, y continuarán comiendo de ella hasta la cosecha del año siguiente.”


¡Alimentando el pensamiento a través de explorar la memoria!

Fue el escritor Davis Grub, al reflexionar sobre el arte de la escritura, quien recordando una conversación sobre ese tema nos dice: “Años atrás un joven escritor se me acercó y me dijo “¿Qué razón hay para escribir algo? Ya se ha dicho todo”. Yo le respondí, “Sí, pero no lo has dicho tú” y yo creo que, a menos que uno crea en la sagrada individualidad de cada persona, uno no puede, en absoluto, creer en la escritura. Porque ninguna metáfora puede tener un significado real a menos que, luego de originarse en la mente del poeta, encuentre la tierra apropiada para resucitar en la mente de alguien más.”. ¡Qué maravilloso!

Anoche visité una iglesia joven. Fue levantada hace sólo cinco años y se encuentra en ese momento de crecimiento que es tan característico, donde personas jóvenes y solteras se unen, contraen matrimonio, forman pareja y tienen hijos. Muy pronto, los niños habrán crecido, llegarán más parejas casadas con niños pequeños y será necesario implementar un programa profesional y de instrucción para los niños, el cual será promovido y fuertemente subsidiado; también hará falta un ministro para los niños y, más tarde, se agregará al personal un Pastor de jóvenes y... ¡Hela aquí!: Ha nacido otra INE, “Iglesia Norteamericana Estándar”. Mi punto aquí, sin embargo, es que decenas de miles de estas nuevas iglesias levantadas por todo Estados Unidos y por todo el mundo, ponen en evidencia una brecha generacional debido a la ausencia en sus filas de individuos más maduros. Maduros en años, maduros en la lucha, maduros, especialmente, en las palabras. Los líderes sabios en estas iglesias jóvenes, orarán por estas adiciones a sus iglesias.

La primera y, creo yo, la más famosa de las novelas de David Grub, es La Noche del Cazador, con la cual se produjo (¡nuevamente en mi opinión!), una de las mejores películas de la historia. La historia gira alrededor del actor Robert Mitchum – personificando a uno de los grandes monstruos del cine de nuestros tiempos – mientras actúa como un predicador que es un asesino en serie, y quien hace de uno de los himnos de Elisha Hoffman titulado ‘Recostado Sobre los Brazos Eternos’, el sonido más representativo de la maldad que jamás se haya escuchado. Sin embargo, lo que quiero decirles esta noche es que el fruto de esta historia tiene su origen, principalmente, en las historias que el autor oyó de su anciana madre sobre incidentes reales que ella había vivido cuando trabajaba como asistente social durante la gran depresión, y de la forma particular en que esta se había manifestado en el pueblo de Moundsville, Virginia Occidental, y en sus alrededores. De la calidad de la película se desprende que Grub exploró en los recuerdos de su madre muy profundamente.

Las personas mayores que viven entre nosotros deben tener grandes historias sobre el pasado; de hecho, con frecuencia ellos mismos han participado de estos grandes sucesos y, si somos afortunados, esas grandes historias del pasado nos serán contadas por los mismos protagonistas. Son personas de la vida y de la palabra, y tienen innumerables historias que aún esperan a ser exploradas por los jóvenes en las profundas minas en las que se encuentran; son minas profundas colmadas de tesoros y con vetas de oro, acumuladas a lo largo de los años, las cuales, si son encontradas por los residentes jóvenes, pueden ser utilizadas para ‘pagar los gastos’ de todos los encuentros de la vida que vendrán sobre nosotros, los que estamos “aún muy verdes”. Puede ser que sus historias estén muertas y hayan sucedido hace mucho, ¡ah, pero sus semillas! Las semillas de estas historias una vez colocadas en corazones fértiles, pueden encontrar su resurrección en la mente de muchos otros ¡y producir abundante fruto!

¡Honremos entonces a los viejos guerreros entre nosotros, y nosotros, los guerreros de hoy, asegurémonos de que nuestras historias se planten para que den frutos y floreen sobre las mentes fértiles de los jóvenes que seguirán después de nosotros!

Reflexiona: “Herodes el tetrarca se enteró de todo lo que estaba sucediendo. Estaba perplejo porque algunos decían que Juan había resucitado; otros, que se había aparecido Elías; y otros, en fin, que había resucitado alguno de los antiguos profetas. Pero Herodes dijo: A Juan mandé que le cortaran la cabeza; ¿quién es, entonces, éste de quien oigo tales cosas? Y procuraba verlo.” Lucas 9:7-9

Ora: Padre, que el mismo Jesús se manifieste entre nuestros ancianos, para que incluso los Reyes puedan reconocer la presencia de profetas entre nosotros. Padre, danos sabiduría en nuestras vidas para que exploremos en la memoria de los ancianos y para que nos alimentemos de su fruto enriquecedor; así, la vida resucitada extenderá sus raíces cada vez más profundamente en nuestras mentes y en nuestros corazones. Finalmente, Señor, haznos aptos para nuestro viaje proveyéndonos de ‘bancos’ de memoria y de historias acerca de las maravillas del Señor, para que podamos llenar esos ‘bancos’ completamente. Amén.


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